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El país está ahora en la fase de mitigación de la epidemia, pues el virus se ha expandido a los 22 departamentos, y cualquiera puede resultar infectado.
A diferencia de las semanas de marzo, en las que la mayoría de los casos eran importados, ya hay brotes en muchas comunidades y municipios, por lo que las restricciones impuestas por el Gobierno para evitar la propagación del nuevo coronavirus deben continuar, pero por cuánto tiempo más y de qué manera debemos volver a la cotidianidad. Dos médicos expertos en las área de epidemiología e infectología dan su opinión al respecto.
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La cuarentena, ¿hasta cuándo?
En la etapa de mitigación de la enfermedad en la que el país se encuentra, la infectóloga Alicia Chang indica que no es prudente relajar las medidas antes de la primera quincena de mayo y de ser posible extenderse hasta la última semana del mes, pues aún se espera un pico elevado de casos.
En Guatemala por ahora la transmisión del virus se multiplica a 1.5 a 2 por contagiado, por lo que si levantan todas las medidas, Edwin Asturias, pediatra y epidemiólogo que actualmente trabaja para la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, refiere que las personas volverán a concentrarse y será muy fácil que se vuelva a expandir la epidemia.
La infectóloga recomienda continuar con la cuarentena el mayor tiempo posible, hacer teletrabajo, y si se sale de casa mantener las normas de lavados de manos, distanciamiento, uso de mascarilla y desinfección de superficies de uso frecuente.
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Debe permanecer el distanciamiento social
Para evitar el contagio de más personas con el nuevo coronavirus, los médicos dicen que el distanciamiento deben continuar.
A criterio de Chang debe mantenerse por los próximos dos años o bien hasta que aparezca una vacuna eficaz o la mayoría de la población se haya contagiado y desarrollado anticuerpos.
De acuerdo con Asturias, mientras la epidemia continué creciendo en casos, y se multiplique por arriba de una tasa de contagio de 1, el distanciamiento social y las medidas para evitar concentraciones de personas deben seguir. Otros países han logrado disminuir los contagios en un promedio de dos o tres meses.
“Todos queremos regresar a tener una vida social, compartir, trabajar y producir, pero el riesgo, es que si lo hacemos muy rápido, y la epidemia repunta, muchas personas enfermarán y morirán. Es una decisión sanitaria y política muy difícil”, dice Asturias.
Continuar con estas medidas ayudará a que el sistema de salud no se desborde en su capacidad al atender a gran cantidad de pacientes con el virus.
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Se puede volver a la cotidianidad
Antes de pretender volver a la “normalidad” y relajar las medidas de contención, los médicos aconsejan que se tomen en cuenta aspectos como que el número de casos vaya en descenso y que la cantidad de pacientes recuperados sea en número igualando a los casos.
Por lo menos, durante dos semanas de verse que los casos van a la baja, pues el tiempo de incubación del covid-19 (desde el contagio hasta que la persona se enferma) es de 7 a 14 días, por esa razón se hace necesario verificar que los casos siguen bajando por dos semanas para asegurar de que no se trata de una desaceleración temporal.
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Reactivación económica
La economía del país ha tenido efectos negativos en las últimas semanas por la epidemia del coronavirus que obligó a paralizar actividades, y ya se habla de comenzar a reactivarla. Pero los criterios médicos señalan que esto debe hacer con cierto orden.
Asturias menciona que se debe hacer un análisis de los sectores que son claves para la economía, y que, en estos momentos, representan un riesgo menor de contagio al reactivarlos, como la agricultura, que es vital para la producción de alimentos y que es una fuente de trabajo, las personas pueden laborar en el campo manteniendo una distancia de dos metros entre ellos.
Los supermercados, farmacias, y la industria de producción de medicinas son importantes, pero las maquilas, pese a que emplean a un gran número de personas, debe considerarse, pues en estos espacios es difícil mantener la distancia social. Una opción para este sector son los horarios escalonados de trabajo.
Para Chang los sectores económicos que pueden comenzar a funcionar son la construcción, la industria, centros comerciales a la mitad de su capacidad y el transporte, siempre que sea regulado.
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Volver a clases
Los centros educativos fueron cerrados para ralentizar la expansión del nuevo coronavirus, una alternativa que adoptó la mayoría de los países. Algunos, como China, que han evidenciado un descenso en la curva de contagios, los niños comienzan a volver a las aulas. Sin embargo, en Guatemala, cuando se espera durante este mes el pico más alto de infectados, no se tiene certeza del momento más oportuno para reanudar el ciclo escolar.
“No sabemos exactamente cuando, depende cómo vayamos viendo que funciona el resto de las fases de la apertura”, dice Chang.
Se sabe que los niños son igual de infecciosos que un adulto con el virus, pero el peligro es que la mayoría no presentan síntomas o son muy leves. “Cuando van a la escuela, hay 20 a 40 niños juntos en una clase de 50 metros cuadrados. Eso es una receta para un contagio enorme, y estos niños regresan a las casas de sus papás y abuelos y los contagiarían”, menciona Asturias.
Ante esta situación, el pediatra y epidemiólogo hace énfasis en que las escuelas y universidades deben ser las ultimas en reabrir, y para que esto suceda primero hay que bajar la curva de la primera ola, abrir los sectores económicos claves y si no hay repunte de casos, entonces pensar en abrir algunas escuelas de manera escalonada.
Cuando esto suceda debe hacerse bajo estrictas medidas de distanciamiento, lavado de manos y protocolos para detección de casos.
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Abrir el transporte público
El transporte público, según los médicos, puede abrirse, pero bajo reglas claras, ya que este es importante para reactivar la economía del sector trabajador.
Se debe controlar el número de pasajeros que abordan cada unidad, vigilar el distanciamiento, el uso obligatorio de mascarilla y medidas de higiene, como uso de alcohol en gel.
También se puede habilitar transporte especial para las personas en riesgo, como mayores de 60 años o aquellos que saben que tienen alguna enfermedad previa.