Un grupo de amigos decidió adquirir dos máscaras para buceo desde Estados Unidos, a las cuales les hicieron algunas modificaciones para que se les pueda implementar un filtro respiratorio que las haría un poco más efectivas que las mascarillas N95, explicó Juan Escondrillas, un ciudadano español residente en Guatemala.
Escondrillas logró contactar con la empresa española OirT, la cual está en la disposición de donar cien máscaras para el personal médico del Ministerio de Salud.
“La máscara yo no diría que es para una persona normal, porque eso es matar moscas a cañonazos, es un equipo que es lo suficientemente, digamos, amplio como para proteger al personal sanitario, al ponerse un filtro se evita que se respire el 99 por ciento de virus y bacterias”, explicó Escondrillas.
La idea es proteger lo mejor posible a los médicos y enfermeras. El español estima que este tipo de herramientas permitirán cubrir de manera adecuada a quienes combaten diariamente la pandemia.
“La gran ventaja que tiene la máscara de buceo es que se adhiere a la cara y no deja ningún orificio de entrada y protege perfectamente los ojos, la nariz y la boca, esto es para médicos y sanitarios, pues hay que tener en cuenta que el mayor volumen de gente que está atendiendo a la afectada por el covid-19 no solo son médicos, hay mucho personal de enfermería y auxiliar de enfermería, y ellos tienen que usar el mismo equipo que un médico”, refirió.
Roosevelt recibe donación
El Hospital Roosevelt recibió una donación de Ingenieros Sin Fronteras, una oenegé de Estados Unidos, que consta de equipo de buceo para que los médicos puedan tener alternativas de protección para la atención de los pacientes de covid-19.
Según explicó por medio de una fotografía en su cuenta de Twitter el doctor Edwin Asturias, titular de la Comisión Presidencial Contra el Covid-19 (Coprecovid), el equipo recibe el nombre de escafandra y funciona para proveer oxígeno a los pacientes.
Este artefacto es un traje protector de una sola pieza, pero en la imagen que compartió Asturias se conectó el caso a una serie de tubos que permiten a los pacientes mejorar su capacidad de respiración.
“Este dispositivo lo que nos ofrece es darle soporte respiratorio a los pacientes de forma no invasiva (…) con la comodidad de no tener el dispositivo apretado en la cara de los pacientes, al paciente al que se le colocó ayudó en su momento a mejorarlo y hoy pudimos disminuir el aporte en el soporte ventilatorio y ya lo tenemos en un dispositivo de flujo nasal y se encuentra en mejores condiciones”, explicó Joel Falla, jefe de la unidad de terapia intensiva de adultos del Hospital Roosevelt.