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Coronavirus: “Está lucha contra el virus es a largo plazo”

Médico infectólogo de la Clínica Mayo habla sobre las variantes del covid-19, la eficacia de las vacunas ante las diferentes cepas y de la pandemia.

Vacuna contra el coronavirus

Mientras la vacunación avanza en muchos países, los países también intentan frenar en sus territorios la aparición de variantes del virus encontradas en Reino Unido y en Sudráfrica. (Foto Prensa Libre: EFE)

Con la segunda ola del covid-19 se habla de la aparición de distintas variantes del virus, y la preocupación de los países porque estas lleguen a su territorio se extiende, al igual que las dudas entre la población sobre lo que esto representa, precisamente en el momento en que la tan anhelada vacuna comienza a distribuirse. Aunque en Guatemala podría llegar hasta en marzo.

El doctor Juan Gea Banacloche, especialista en enfermedades infecciosas e internista de Clínica Mayo en Phoenix, Arizona, Estados Unidos, aclara algunas dudas sobre el tema y el comportamiento del nuevo coronavirus, que lleva más de un año de sembrar temor en el mundo.

Pareciera que la gravedad de los casos en esta segunda ola de la pandemia es más alta, comparado con los primeros brotes ¿a qué se debe esto?

Es probable que en la primera ola muchos casos no se diagnosticaron, como se puede hacer ahora y por eso nos damos cuenta del espectro total de la enfermedad. Al principio solo se diagnosticaban los casos más severos, pues había dificultad para hacerlo, pero ahora que es más fácil vemos muchos casos leves que antes pasaron desapercibidos. No es que la enfermedad haya cambiado, es que ahora tenemos mejores metodologías diagnósticas para verla.

¿Qué se sabe de las nuevas cepas del coronavirus hasta ahora?

Se sabe poco, pero si uno busca las encuentra y siempre ha habido muchas. Si una variante empieza a predominar en una zona en particular, eso indica que tiene alguna ventaja competitiva con las otras. No sabemos de momento si estas variantes causan una enfermedad más severa o menos severa. No sabemos con datos clínicos si las vacunas que ahora hay funcionan para las nuevas variantes. Es previsible que en algún momento las vacunas que están ahora en uso no sean eficaces para alguna variante; por lo que sabemos, no es el caso todavía, pero tarde o temprano habrá una variante que requiera una vacuna distinta.

¿Es posible que cada país desarrolle su propia variante de covid-19?

En general el virus va a mutar, la variante que se transmita mejor va a predominar, eso es parte de la selección natural. Eso es inevitable con un virus que tiene genoma de ARN, nunca dejará de haber variantes. Lo que se tiene que hacer es estar preparado para enfrentarse a ellas.

¿Eso quiere decir que cada país tiene que hacer una investigación genómica para adaptar las vacunas, como se hace con la influenza?

En el caso de la gripe, las variantes que circulan en el hemisferio sur son las que se utilizan para sintetizar la vacuna para el año siguiente. Es posible que con el coronavirus sea semejante. Es una pandemia global y puede que en algún momento las instituciones internacionales organicen un sistema en el que las variantes de diversos países se analicen globalmente y con eso se decida cuál es la vacuna más apropiada en un momento específico.

Una ventaja de las vacunas de Pfizer y Moderna es que son más fáciles de hacer, no es como la de la gripe que requiere mucho tiempo, porque se tiene que hacer crecer el virus en medio de cultivo en células para desarrollar la cantidad de virus necesaria. Las vacunas de ARN mensajero son más maleables y fáciles de sintetizar, y al ser optimista, en el futuro podría predecirse cuál es la variante más probable en el año que viene y tener la vacuna perfecta para ella, pero es incierto en este momento.

¿Qué se sabe de la eficacia de las vacunas frente a las nuevas variantes del virus, como la de Sudáfrica y la del Reino Unido?

Hasta qué grado disminuye la eficacia de la vacuna en las distintas variantes no lo podemos saber hasta que no tengamos datos clínicos de lo que pasa en la calle, con la gente que está vacunada.

Es importante tener conciencia que los virus con genoma hecho de ARN mutan.  Si en las variantes que conocemos ahora las vacunas son eficaces para prevenir la infección, lo desconocemos, y no quiere decir que en el futuro no vaya a ver una variante para la cual las vacunas no funcionen, tarde o temprano habrá alguna.

No nos sorprendería, que al igual que la vacuna de la gripe es diferente cada año, las vacunas (contra el covid-19) tengan que modificarse. Más que aterrorizarnos porque esta variante es la sudafricana o la del Reino Unido, es importante que la gente tenga conciencia que está lucha contra el virus es a largo plazo, y que habrá modificaciones a lo largo de ella.

Dado que están llegando vacunas de distintas casas farmacéuticas a los países ¿hay algún riesgo en que una persona se vacune con una y reciba la segunda dosis de otra?

Una vez que uno recibe una vacuna, lo suyo es completar la serie con esa misma vacuna, porque eso es lo que sabemos que funciona. Pero, en principio no tiene porque pasar nada, existe siempre la posibilidad, particularmente en la enfermedad por coronavirus, de sobrecargar el sistema inmune y tener alguna consecuencia negativa, pero de momento no hemos visto nada de eso. Hay consideraciones teóricas por las que uno dice: ‘no pasará nada por recibir una vacuna diferente cada x número de veces’.

Independientemente de la vacuna que le suministren a cada persona, ¿cuándo será el momento de relajar las medidas de prevención?

Uno puede decir que las vacunas -Pfizer y Moderna- tienen el 95% de eficacia, pero la gente que participó en ese estudio recibió la vacuna y utilizó luego todas las medidas de distanciamiento social, higiene y mascarilla. ¿Tendrá la misma eficacia si no se añaden las medidas epidemiológicas? No lo sabemos. Lo que sabemos de otras vacunas, es que cuando uno controla la pandemia ya no hacen falta las precauciones, pero desconocemos cuándo será eso.

Otra cuestión que no se sabe es hasta qué punto la vacunas previenen la transmisión, creemos que la previenen porque otras vacunas lo hacen, pero lo que se midió en los estudios de Moderna y Pfizer no fue la transmisión sino la enfermedad sintomática, desconocemos hasta qué punto previene la enfermedad asintomática y la transmisión, hasta que eso se sepa, la recomendación es continuar con las medias.

¿Qué tan frecuente es la reinfección del covid-19 en los pacientes?

Con otros coronavirus que circulan, la inmunidad no es permanente sino transitoria, es probable que pueda haber reinfección. La información que tenemos de esto es limitada porque hay pocos casos. No es que la reinfección per se sea más grave, porque a lo mejor de los casos leves nadie se da cuenta, sino que se nota los más severos, pero de momento no parece ser muy común.

El uso de medicamentos como ivermectina, también el dióxido de cloro y otro tipo de tratamientos se han popularizado como cura para el covid-19 ¿qué riesgo hay en esto?

Una de las cosas que hemos aprendido con esta pandemia es que todos desean encontrar el remedio a esta enfermedad, buscan un atajo. Hemos sufrido varias decepciones en el camino, el año pasado hubo interés en la hidroxicloroquina y al final se han hecho estudios que no demuestran que funcione, y ha sido una decepción.

La ivermectina se ha hecho popular, había razones de pensar que podía funcionar, pero es muy difícil saber que algo funciona, y no hay atajos, no hay más remedio que hacer estudios comparativos donde un grupo de pacientes recibe la medicina y el otro no. Tenemos prisa por hallar una solución contra el covid-19, pero no hay manera de encontrarlo más deprisa de lo que se puede.

Por desconfianza a las vacunas hay personas que no quieren vacunarse ¿Cómo puede afectar el que un grupo no reciba la vacuna?

Si una cantidad importante de personas decide no vacunarse, seguirán siendo susceptible de adquirir la infección y a transmitirla. El proceso de desarrollo de la vacuna de Pfizer y de Moderna fue transparente y rápido, no porque se hayan saltado pasos importantes sino porque la tecnología estaba disponible, se utilizaba para tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer, entonces, la tecnología estaba disponible y se podía aplicar rápidamente.

No es pensar en el tiempo, sino en el número importante de pacientes que se incluyeron en los estudios -Pfizer 44 mil y en Moderna 30 mil-, los cuales fueron seguidos durante un tiempo para monitorear los efectos secundarios que normalmente tienen las vacunas.

Si para desarrollar estas vacunas se utilizó tecnología que ya estaba disponible para otros tratamientos, entonces, ¿por qué no se ha usado para crear vacunas contra enfermedades como el cáncer y el sida?

Las vacunas las tiene que desarrollar alguien, en este caso, las compañías farmacéuticas desarrollan vacunas dependiendo si encuentran beneficio o no. Las vacunas de ARN mensajero se habían desarrollado desde hace muchos años y se han utilizado en estudios de inmunoterapia del cáncer, y es allí donde se desarrolló la tecnología, pero la inversión necesaria para una vacuna es muy elevada y muchas farmacéuticas prefieren no meterse en ello.

La cuestión de qué enfermedades son susceptibles de prevenirse mediante vacunas es otro problema, en el caso del Sida no hemos sido capaces de desarrollar una vacuna en 40 años porque probablemente es una enfermedad infecciosa con peculiaridades muy inusuales, y con el cáncer son muchas enfermedades, no solo es una. No hay una vacuna universal contra el cáncer.

¿Existe algún riesgo de administrarse la vacuna contra la influenza previo a del covid-19?

No pasa nada, la recomendación de Pfizer y de Moderna es separar la vacunación del covid-19 dos semanas de cualquier otra vacuna, pero eso es para no confundir los efectos secundarios de ambas, no porque vaya a pasar algo.

En principio no debería dar problemas aplicarlas al mismo tiempo, y en una situación de emergencia se pueden dar simultáneamente.

La respuesta inmune de cada individuo es distinta ¿qué conclusiones hay sobre los anticuerpos postcovid?

Los primeros estudios sugirieron que la inmunidad desaparecía rápidamente, y estudios subsiguientes dan la impresión de que dura unos cuatro meses, estamos adquiriendo más información.

Las personas temen a la vacuna porque piensan que alterará su ADN, ¿qué de cierto hay en esto?

No, el ácido ribonucleico mensajero del que están compuestas las vacunas no penetra en el núcleo de las células donde está el ADN y no pueden modificarlo.