Comunitario

Déficit de escuelas empaña educación

De los 17 mil edificios de que dispone el Ministerio de Educación (Mineduc) en el país, al menos 226 escuelas no podrán utilizarse en el inicio del ciclo escolar, por haber quedado destruidos a consecuencia del terremoto ocurrido el 7 de noviembre último, las cuales se suman a más de mil establecimientos que ya estaban dañados.

Algunas escuelas que han reportado daños por circunstancias distintas al terremoto no han sido reparadas desde hace  años.

Algunas escuelas que han reportado daños por circunstancias distintas al terremoto no han sido reparadas desde hace  años.

Según cifras oficiales del plan de reconstrucción por el terremoto, el Estado necesitará Q219 millones para la recuperación de la infraestructura educativa en el occidente.

El Mineduc asegura que cuenta con fondos de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del que se dispone US$105 millones —unos Q819 millones— para inversión en infraestructura.

La ministra de Educación, Cynthia del Águila, reconoció el problema y aseguró que por ahora se priorizará la recuperación de los inmuebles que fueron dañados por el sismo.

“El mayor reto es poder regresar a aulas seguras en San Marcos, Huehuetenango, Quetzaltenango, principalmente. Ese es un reto grande, al igual que el resto del país, pero en esos lugares, específicamente, hay escuelas con daños y se tienen que atender desde ya”, dijo.

La funcionaria afirmó que se han identificado salones comunales y otros lugares que pueden utilizarse de manera temporal, para no retrasar el ciclo lectivo.

Otra solución, según la ministra, podría ser empezar el ciclo con un uso alterno de espacios habilitados.

Reconstrucción

De acuerdo con Del Águila, 96 de las 226 escuelas certificadas con daños necesitan reparaciones menores, para lo que necesitan Q90 mil. Los trabajos están a cargo de la Vicepresidencia.

Para recuperar 130 establecimientos que ameritan obra nueva se deberá ejecutar más de Q70 millones.

ESCRITO POR:

Alex Fernando Rojas

Periodista de Prensa Libre especializado en política y periodismo de investigación con experiencia de 15 años como reportero y editor en medios escritos, radiales y digitales. Reconocido con el Premio Nacional de Periodismo en Guatemala, en 2014 y becario del programa de periodismo judicial Cosecha Roja de Argentina y del programa de autorregulación ITP, en Suecia.