Qué la enfermedad no sea altamente mortal, y que la cifra oficial de contagios sea baja podría llevar a que las autoridades tomen el tema con ligereza, dice la infectóloga Alicia Chan, presidenta de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI), sin embargo, el riesgo de que el virus se disemine a nivel comunitario como sucedió con el coronavirus es latente. Sucede en Estados Unidos y en Brasil, que juntos suman más de 25 mil 300 contagios y dos fallecidos.
En Guatemala van 12 casos confirmados por el Ministerio de Salud, mientras que dos están en investigación. En las Américas estamos en la posición 13 de país con más personas infectadas.
No se descartan que sean más los casos. El médico Eduardo Arathoon, miembro de American Society for Microbiology y de la Asociación Guatemalteca de Parasitología, menciona que esta es una parte del número real y es probable que haya personas con síntomas leves que no consulten, o bien asintomáticos.
“Con solo que haya un caso, el próximo paso es que (el virus) se vaya a la comunidad -gente que no estaba en riesgo de enfermar-”, menciona Arathoon.
Indica que a diferencia del covid-19 para prevenir la viruela símica ya se cuenta con una vacuna -Jynneos-y hay medicamento para tratar a los pacientes -Tecovirimat-, hace falta que el país tenga acceso a estas opciones de tratamiento.
Conformar un comité técnico que trabaje en vigilar la evolución de los contagios, en tener vacunas y medicamentos es una estrategia que ya se realiza en algunos países. Brasil lo conformó en julio pasado.
Arathoon indica que este es el prototipo de proyecto que se quisiera tener en Guatemala, que haya alguien responsable que esté al frente de la emergencia, pero después de la experiencia con la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia COVID-19 (Coprecovid) para atender la pandemia del coronavirus hay “temor” de repetir los mismos errores, y será difícil que alguien quiera asumir esa responsabilidad.
El comité debería de integrarlo un equipo multidisciplinario con médicos especialistas, que se haga responsable de coordinar las acciones para atender el tema, que trabaje en el protocolo para los pacientes, en el cual se debe incluir la adquisición de la vacuna y medicamentos, y del abordaje de la comunicación para evitar el estigma que rodea la enfermedad.
Chang indica que es importante tener un equipo de profesionales en varias disciplinas, que además de médicos incluya profesionales en comunicación, en tecnología, para abordar temas de salud como la viruela símica.
“Sería importante que fuera un comité, pero no exactamente como la Coprecovid, sino uno completamente independiente al Ministerio de Salud, que tenga una representación del ministerio, pero que no dependa de este para funcionar. Tiene que ser un comité completamente apolítico”, refiere la infectóloga, para tener recomendaciones apegadas a la ciencia.
La Coprecovid se creó en mayo del 2020 para apoyar a Salud en la lucha contra el covid-19, sin embargo, su trabajo fue cuestionado en varias oportunidades tanto por el desborde de pacientes en los hospitales, la falta de medicamentos y la tardía compra de vacunas. El 1 de enero del 2021 dejó de funcionar.
Para el médico Rafael Espada, coordinador del grupo de decanos de las facultades de medicina del país, no es necesario crear un comité que atienda el tema de la viruela símica. Señala que en el Ministerio de Salud hay epidemiólogos con experiencia, hay infectólogos que pueden resolver y dar su opinión al ministro, y con el apoyo del Consejo Nacional de Prácticas en Inmunizaciones se puede trabajar.
“Sería un error volver a caer en conformar una comisión, gastar tiempo y dinero, esto crea burocracia que Guatemala no necesita. Hay que ser muy cuidadosos, ya aprendimos con covid, que invertimos millones de millones y no tenemos ni el 40 por ciento de gente vacunada, que al final era lo que tenía que hacerse”, indica Espada.
Lo oportuno es seguir las instrucciones y cánones de la Organización Mundial de la Salud (OPS), que da los lineamientos de qué hacer y qué no para evitar la propagación de la enfermedad, agrega.
Los médicos coinciden que con la pandemia del covid-19 lo que faltó fue información que llegará de manera oportuna a la población, educación y coordinación. La historia se repite ahora con la viruela símica.
La punta del iceberg
De acuerdo con Arathoon, la viruela símica se transmite por contacto íntimo, comenzó entre la comunidad de hombres que tienen sexo con hombres, pero se ha ido expandiendo a mujeres y niños. Por ello, ve necesario que se ponga a disposición de la población las pruebas para detectar el virus, pues los casos confirmados son solo la punta del iceberg.
El Laboratorio Nacional de Salud es al momento el único que puede correr los test y dar un diagnóstico, lo que no permite tener una radiografía real del comportamiento del virus.
“Con la experiencia del covid-19, desde el primer día se hubieran descentralizado las vacunas, las pruebas, no hacerlo atrasó mucho (la detección de casos) y cuando se dieron cuenta ya había explotado” la emergencia, señala.
Si bien no es tan mortal como el coronavirus, la viruela símica es incapacitante. El período de aislamiento de una persona contagiada es de un mes aproximadamente, un tiempo en que la persona no puede trabajar, y esto golpea la economía de los hogares. Para quienes están en el sector informal el impacto es mayor.
La información es vital
La viruela símica está ya está en Guatemala y es necesario que la población sepa cómo prevenir el contagio, que conozca cómo identificar casos sospechosos, a dónde abocarse para ser evaluado y hacerse una prueba diagnóstica y recibir tratamiento.
A criterio de los médicos esta información no está ampliamente difundida, por lo que los guatemaltecos restan importancia a la enfermedad. Los mensajes deben divulgarse con pertinencia cultural y llegar a las áreas rurales.
“Debiéramos prestar atención y tener un nivel de vigilancia alto, ¿se está realmente tomando muestras de todas las personas que pueden tener lesiones sospechosas en la piel? No solamente es tratamientos, sino también prevención, información, pruebas y comunicación”, dice Chang.
Por su parte el Ministerio de Salud ha dicho en anteriores oportunidades que la Mesa de Comunicación de Riesgo dio lineamientos de comunicación para establecer los procesos, mensajes claves para comunicar sobre la enfermedad, así como el seguimiento médico a las personas con el virus. Además de que llevan a cabo capacitaciones con distintos grupos de la población.
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