Miles de católicos guatemaltecos también llegan en romerías provenientes de diferentes sitios para venerar la imagen que fue tallada por Quirio Cataño, en 1594.
Largas filas de fieles se observan; llegan al templo en grupos, rezando y cantando para agradecer bendiciones o favores concedidos.
Debido a la masiva afluencia de visitantes, los encargados del santuario contrataron personal temporal para seguridad y atención.
Instalan carpas
La cantidad de romeristas es tal que se encuentran totalmente llenos hoteles y posadas, por lo que algunos núcleos familiares instalan carpas en las afueras del templo, donde pernoctan y preparan alimentos.
Otros llegan de lejos para participar de los festejos, como la familia Roldán López, que viajó en bus desde Oaxaca, México.
La salvadoreña Jakeline Sorto recuerda que junto a su familia visita cada año la Basílica.
Desde Lívingston, Izabal, y con un viaje de alrededor de ocho horas, se postra de rodillas Irma Albre González.
“Es un viaje largo que se hace en lancha y asfalto, pero lo hacemos por agradecer los favores recibidos”, expresó.