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Falta de lluvia por fenómeno El Niño mantiene bajo el nivel de los ríos en el país

Los ríos de las vertientes del Caribe y del Pacífico son los más afectados. Se prevé el ingreso de La Niña en el segundo semestre del año y la condición podría cambiar a un ritmo lento.

El río Los Ocotes es uno de los que abastece a la Ciudad de Guatemala.

La poca lluvia que se ha registrado en país impacta en el nivel de los ríos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La escasa lluvia que se ha registrado en el país en los últimos meses mantiene bajo el nivel de los ríos, principalmente los de la vertiente del Caribe y del Pacífico. Si el pronóstico de ingreso del Fenómeno de la Niña para julio se persiste las condiciones no cambiaran.

El informe del Instituto Nacional de Sismología, Meteorología, Vulcanología e Hidrología (Insivumeh) indica que de los 17 ríos que se monitorean en el Pacífico el 55 por ciento está por debajo del nivel normal. Los que estarían en peor situación son el río Salamá en donde está la estación Cantel, en Quetzaltenango, y el Madre Vieja en Patulul, Suchitepéquez.  

De los siete que se vigilan en el área del Caribe el 85% se encuentran en esa situación, se menciona el río Camotán, en la estación del mismo nombre, en Chiquimula, y el Matanzas, en Panzós, Alta Verapaz, como los más afectados.  

Mientras que de los 13 afluentes que se monitorean en la vertiente del Golfo de México el 30% está en un nivel bajo. El Selegua en Colotenango, Huehuetenango, presenta un mayor déficit.   

Pablo Enrique Barrios, del área de Hidrología del Insivumeh, refiere que el descenso de los ríos es un comportamiento normal en esta temporada, durante el año hidrológico, que en Guatemala empieza en mayo y finaliza en abril del año siguiente.

“Cuando inicia la época lluviosa es cuando incrementa el nivel y el caudal en los ríos, llegando a valores máximos entre junio y julio, disminuye nuevamente por la canícula y vuelve a aumentar en el último periodo del año, entre septiembre octubre”, refiere, y luego de la temporada baja de nuevo el caudal.

Si bien este es el comportamiento cíclico de todos los años, el 2023 fue un período seco por la aparición del fenómeno El Niño, y en lo que va del 2024 las condiciones se han mantenido, esto repercute directamente en que desciendan los ríos. 

Condición similar se observó en 2017-2018, cuando también hubo déficit de lluvia, por la presencia de El Niño y las condiciones neutras registradas.  

“Al tener años consecutivos de la presencia de El Niño prácticamente estamos arrastrando el déficit (de precipitaciones) de años anteriores, contrario a lo que ocurrió en 2021-2022, donde hubo actividad ciclónica y lluvia asociado a La Niña”, agrega Barrios.

La escasa lluvia del año pasado provocó que durante enero y febrero del 2024 el caudal de los ríos disminuyera respecto a otros años.

Según la perspectiva climática, en lo que resta de marzo persistirá la transición de la temporada fría a la cálida, mientras que el déficit en el acumulado de lluvia podría oscilar entre 10% y 20% en la mayor parte del país, condición que se mantendría en el trimestre de abril a junio.

Esa falta de lluvias influyó en la decisión del Ministerio de Energía y Minas (MEM) a declarar emergencia en el Sistema Nacional Interconectado de Electricidad (SNI), pues para generar energía las hidroeléctricas dependen de que el caudal de los ríos se mantenga en niveles óptimos.

Presencia de La Niña

Los acumulados de lluvia que se han registrado en marzo están relacionados con la influencia o paso de frentes fríos en el país y al ingreso de humedad proveniente del mar Caribe, según el Boletín de Aplicaciones Climáticas del Insivumeh.

El informe indica que el comportamiento climático actual en el territorio nacional se debe a la presencia de El Niño y se espera que pase a condiciones neutras, esto implica que las precipitaciones disminuyan en algunos puntos del país.

A partir del segundo semestre del año podría presentarse La Niña. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) emitió una alerta ante la posible llegada del fenómeno, lo que llevaría a experimentar un cambio hacia condiciones más lluviosas y húmedas a partir de mayo.

“Si La Niña persiste se registrarían lluvias irregulares, quiere decir que no son tan constantes y no son tan continuas. Esto afectaría la variación en los niveles de los ríos”, indica Barrios, debido a que su nivel de recuperación podría ser lento.

“El 2023, pese a que se estimó que sería un año con alta actividad ciclónica, no fuimos afectados directamente, en 2024 dependemos de cómo será la situación con relación a este tipo de eventos para ver las variaciones qué tendríamos en algunas áreas del país”, agrega.  

Hay ríos que están en la categoría de intermitentes y efímeros, que dependen directamente de los fenómenos de lluvia o de almacenamiento superficial que se generen, y serían los más afectados. Contrario a los que son más maduros, que tienen un caudal base por el aporte subterráneo del agua, estos estarían menos comprometidos.  

Por otro lado, el fenómeno de La Niña genera eventos de lluvia extremos, con una distribución de menor tiempo y mayor intensidad, pues no es lo mismo que llueva 25 milímetros en 24 horas a que esa cantidad caiga en 10 minutos, entonces, los suelos no tienen la capacidad de absorberla, con lo que prácticamente el agua se va directamente a los ríos y se generan crecidas repentinas, esto representa un peligro para poblaciones cercanas.

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.