Indica que el pastor Jorge H. López ya contactó al hombre que hace el reclamo y se reunieron a solas en la oficina del abogado del religioso. Posteriormente se incorporaron los asesores legales de ambas partes.
El documento agrega que ese día se tenía listo un kit para realizar una prueba de ADN para comprobar la paternidad, pero inicialmente el hombre que dice ser hijo del pastor se negó a aportar la prueba de sangre.
“Le pidió una suma millonaria de dinero ofreciendo que nunca más sabría de él, además le solicitó firmar un documento legal en donde se reconociera la paternidad de dicha persona”, dice el comunicado.
El pastor Jorge H. López no accedió a esas peticiones y le reiteró que debían realizarse la prueba de ADN.
Prensa Libre contactó a la oficina de comunicación de La Fráter para obtener más información, pero la persona que atendió dijo que no darían más declaraciones además del comunicado.
“Oportunamente comunicaremos los resultados”, señala el mensaje difundido por la iglesia.
Deja sus funciones
Jorge H. López se aparta temporalmente de su cargo como pastor general de la Fratenidad Cristiana de Guatemala, el cual ha ejercido durante 38 años, y se tomará “el tiempo necesario para resolver la situación descrita”.
La iglesia pide respeto para su líder y su familia, y anuncia que los servicios y actividades no se verán afectados.
“Sin perdón no hay olvido”
Esta es una entrevista a Jorge H. López que Prensa Libre publicó el 21 de octubre de 2012.
El fundador y pastor general de la Fraternidad Cristiana de Guatemala cuenta que fue su abuela quien marcó su destino.
Jorge H. López —H., de Humberto—, pastor y fundador de la congregación Fraternidad Cristiana de Guatemala, ve como el principal desafío del país mantener unidas a las familias y suplir las carencias de los niños y jóvenes cuyos padres se han separado o viven juntos pero absortos en el trabajo o la rutina.
Hijo de Noel López, un experto soldador que laboró en una fábrica de calderas, y de Alicia Hernández, ama de casa, Jorge creció a inmediaciones de lo que hoy es la avenida La Castellana, zona 8, cuando allí no había más que llanuras.
A su abuela, doña Jerónima, es a quien atribuye la profecía de su vida. “Cuando tenía 12 años, me mandó a llamar en su lecho de muerte, puso su mano en mi cabeza y en oración le pidió a Dios que fuera predicador del evangelio. Ella marcó el destino que ahora vivo”, explica en su oficina del complejo de la Fráter, en la calzada Roosevelt.
¿Cuáles son los principales logros de la Fraternidad Cristiana?
En casi 34 años, Fraternidad Cristiana ha logrado ser, según palabras del presidente de la Alianza Evangélica, una punta de lanza en Guatemala y en el continente en aspectos importantes. Fue la primera congregación que se empezó a reunir en un hotel, el Guatemala Fiesta. Empezamos cinco familias, y ahora somos una comunidad de 15 mil miembros. El énfasis ha sido la familia, que proclame el poder de Dios, manifieste el poder de Cristo resucitado y persevere en el orden dado en la Biblia.
¿Fue difícil el comienzo?
Como todo comienzo, no fue fácil. Llegábamos con nuestra familia a montar el equipo de sonido, y después ya con algunos amigos. Hoy día tenemos tres mil 500 voluntarios.
¿Qué afecta más a la familia guatemalteca?
Hay varios factores, uno de ellos es lo que llamo el padre ausente. Lamentablemente, a veces por las presiones y necesidades económicas, muchos padres abandonan a sus familias y se van a EE. UU. a trabajar. A veces son padre y madre ausentes. Otros, por vivir muy lejos, salen de sus casas temprano y regresan tarde. Los hay también quienes tienen puestos importantes que los absorben, y descuidan a los hijos. Entonces, los niños crecen al cuidado de la niñera, de la abuelita, de la vecina, y eso produce una niñez carente de una imagen paternal. Hijos de gente acomodada resultan en bandas de secuestradores, de narcos o de acosadores, porque lo único que tienen es dinero, pero no está la presencia de esos padres, y esta es vital para inculcar principios. Ahí entra a funcionar el rol de la iglesia: hay jóvenes, niños y niñas que han encontrado padres sustitutos en los maestros del colegio Fráter. He oído testimonios como el de un joven que sentía que no valía nada, porque sus padres no le ponían atención, y me dijo: “Usted ha sido como un padre”.
¿Y qué siente cuando le dicen eso?
Satisfecho de ser una imagen paternal para jóvenes y señoritas que son como hijos del pájaro cucú. Usted sabe, ese pájaro que pone huevos en los nidos de otras aves para que otros los cuiden.
Las iglesias evangélicas han aumentado. ¿A qué se atribuye esto?
La respuesta bíblicamente correcta es: a Dios, pues Él da el crecimiento. Ha habido en el país hambre de Dios. Cuando yo era niño, la población cristiana evangélica era porcentualmente insignificante, pero hoy en día los análisis arrojan que es el 47 por ciento. Nosotros nacimos para alcanzar a la gente de clase media que estaba en un sándwich, porque había una creencia de que para ser parte del reino de Dios había que ser muy pobre, y si eras muy acomodado, era difícil. Jesús no hace diferencias, ni por raza o posición económica, y por eso en esta iglesia se ve al patrón de una empresa y a su chofer al lado.
A veces miembros de una congregación evangélica se sienten inconformes y crean una iglesia propia. ¿Cómo se explica esto?
Quizás el procedimiento correcto para multiplicarse no sea el más adecuado, pero es como el que tira un tomate en el jardín y a los meses ya cosecha tomate. El cristiano es luz donde quiera que vaya, y cuando llega a algún lugar debe dar fruto de cristiano. Aquí hay un concepto: la iglesia del Señor es una, es la iglesia universal, que está integrada por muchas denominaciones.
¿Alguna vez los cristianos estarán unidos?
Yo creo que sí. Cada vez que muere un cristiano y llega a la presencia de Dios, allá se sorprende al ver a quién se encuentra.
Uno de los hechos que más han conmocionado recientemente al país es lo ocurrido en Totonicapán. ¿Qué lectura le da usted al clima de conflictividad en el país?
Volvemos al tema del amor: debemos tratar a los demás como queremos ser tratados. Es el principio que Jesús enseñó. Por eso es tan importante que exista entre nosotros el fruto del espíritu, que es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, mansedumbre templanza y dominio.
¿Cómo pueden las congregaciones locales contribuir a reducir esa volatilidad en el ambiente?
Es por eso que nosotros invertimos una fortuna en medios. Creo que a través de los medios masivos podemos hacer llegar la voz a mucha gente, crear opinión de que debemos practicar el perdón, pues sin perdón no hay olvido. No podemos vivir en un país donde no haya perdón ni reconciliación.
¿Cómo ven la desnutrición en Guatemala y qué planes tienen?
Estamos constantemente haciendo jornadas médicas con voluntarios de la iglesia en los lugares. Acabamos de tener una jornada en Tierra Linda, Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla. Llevamos ropa, zapatos, comida y atención médica a lugares con necesidad. Claro, la desnutrición es algo estructural que hay que resolver de manera macro, con programas como los que tienen los gobiernos, pero que a veces falta implementarlos.
¿Hasta qué punto la política interfiere?
Desde el punto de vista político, lo que conviene es que todos se pongan de acuerdo en un plan nacional de largo plazo, y que se dé seguimiento sin importar qué equipo esté en el Gobierno.
El país tiene índices de corrupción altos. ¿Cuál cree que es la raíz de este problema?
La avaricia. El problema se corrige teniendo principios y valores firmes que no son negociables.
¿Qué opinión le merece que la ley contra el enriquecimiento ilícito lleve 15 años varada?
Lo que pasa es que es una ley que se va a aplicar, primero Dios, en los funcionarios públicos, y considero que por eso hay personas que están interesadas en que la norma no pase, porque se pondrían la soga al cuello.
¿Qué piensa de las reformas constitucionales?
No las conozco.
¿Cuándo sintió el llamado a ser religioso?
Nací en una familia cristiana evangélica y mi abuela vivía a una pared de por medio de mi casa. Mi abuela, Jerónima viuda de López, la abuela Choma, me indujo a leer la Biblia.
¿Qué valores le inculcaron sus mentores?
Me enseñaron a servir a la gente, a tomar liderazgo e iniciativa. Sirviendo y obedeciendo es como uno aprende a ser líder.
La economía aflige a muchas personas. Usted acaba de publicar un libro al respecto.
Yo enseño principios básicos de administración. Entre ellos, que debemos ser buenos administradores. Si no aprendemos a gastar menos de lo que ganamos, nos vamos a endeudar. Y la mejor manera de salir de deudas es no meterse en deudas.
Explíquenos, ¿qué es el diezmo y cómo se administra?
Una de las lecciones que doy en el libro Alas para tu economía es la fórmula 10-10-80: cada persona debe apartar un 10% para ayudar a otros, o si es una persona religiosa, para ayudar en su iglesia. Otro 10% debemos ahorrarlo, para ayudarnos a nosotros, porque el que guarda siempre tiene. Las iglesias se sostienen con las ayudas de los fieles, y esto es lo que ha hecho que la Fraternidad Cristiana pague todos los proyectos de contado.
¿Con esa metodología se logró construir la Mega Fráter San Cristóbal?
Sí, se hizo con esa metodología. US$40 millones costó esa obra y todos fueron fondos recaudados en nuestra congregación, ya que cada quien aportó voluntariamente lo que ganó. Está pagado y no se debe a nadie nada. Estamos libres de deudas. Eso muestra que en Guatemala se pueden hacer grandes proyectos. De Washington nos han preguntado funcionarios del BID: ¿Cómo es posible que se haya hecho un proyecto así con fondos propios, sin endeudarse?
Inspirado
Una visión optimista
Jorge H. López estudió Teología. Menciona que llevó cursos de Pedagogía en la Universidad Rafael Landívar, y en EE. UU. estudió producción de televisión, inglés y una maestría en Divinidades.Entre los versículos de la Biblia, hay uno que lo inspira especialmente: “Tercera de Juan, verso 2: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
En un lugar central de la librera de su oficina tiene una foto con su esposa, Elsy, con quien lleva 41 años de matrimonio. También tiene otra con sus hijos: Jorge Ricardo, Álex Humberto y César Eduardo.
“Debemos practicar el perdón, pues sin perdón no hay olvido. No podemos vivir en un país donde no haya recon-ciliación”.
Fundó la Fraternidad Cristiana de Guatemala en 1979, cuyo edificio emblemático es la Mega Fráter, que cuenta con un auditorio para 12 mil personas y nueve edificios más.
“Tenemos filiales de la Fraternidad Cristiana en El Salvador y en Atitlán —Sololá—”, cuenta el propio López.
En su proyecto educativo, cristalizado en el colegio Fráter, vislumbra formar a futuros profesionales con valores morales sólidos. “En 25 años ya hemos logrado graduar a 416 bachilleres que hoy los encuentro como abogados, médicos, ingenieros, en distintas partes de la sociedad, que sirven con ética”, manifiesta.
Palabras e ideas
Se le plantearon algunos términos al pastor López para conocer algo más de sus ideas.
- Jesús: Mi señor y salvador
- Fe: Convicción
- Caridad: Amor
- Papa: Gran líder espiritual
- Femicidio: Tragedia
- Narcotráfico: Desgracia
- Virgen María: Modelo de mujer
- Corrupción: Cáncer de la Nación
- Desnutrición: Vergüenza
- Minería: Potencial
- Un lugar al que le gustaría volver: Israel
- Un lugar que le gustaría conocer: El cielo
- Libro que está leyendo: El último fue La Guayaba tiene dueño —de Jorge Serrano Elías—.
- Problema que más le preocupa: La inseguridad