Comunitario

Heroísmo surge entre llamas

En todas las batallas hay héroes. Ayer, un incendio consumió cientos de locales del mercado de La Terminal, zona 4, pero no consumió el coraje de quienes, cubeta en mano, acompañaron a los bomberos en su lucha contra las llamas durante diez horas.

Humo en la ciudad. Lector @juvejuan envió esta imagen vía Twitter, de un sector de la zona 14.

Humo en la ciudad. Lector @juvejuan envió esta imagen vía Twitter, de un sector de la zona 14.

El estruendo rompió el silencio a la 1.30 de la madrugada. Las sirenas, seguidas de los gritos de “¡agua, agua!”, llegaron al mercado, donde manos voluntarias se unieron para que la tragedia no fuera mayor.

Vecinos detenían su marcha y aportaban algo: ofrecían agua pura a los bomberos, trasladaban cubetas con agua o reunían arena, que pasaban de mano en mano hasta uno de los focos del siniestro.

GALERÍA – Vea imágenes del siniestro

Algunos vecinos que apoyaban en las tareas se intoxicaron por el humo y fueron atendidos en ese mismo lugar por los socorristas, quienes los trasladaron a diferentes hospitales.

Voluntarios

“Lo que se quema no se vuelve a recuperar”, dijo Orlando del Cid, un vendedor de carbón, quien recordó que, en un incendio como el de ayer, en el 2006, se quemó su producto.

Del Cid fue uno de los cientos de voluntarios que unieron sus fuerzas para que las llamas no se extendieran más y evitar que el desastre fuera peor.

Las llamas se redujeron a ceniza y humo a eso de las 12 horas. El cansancio era evidente. Cascos en mano, caras sucias por el hollín y un fuerte olor a quemado invadió la zona del desastre.

Al final de la jornada, mujeres les servían a los bomberos la comida que habían preparado para la venta del día.

“Ellos son nuestros héroes”, expresó una vendedora mientras se limpiaba la frente y las lágrimas con la manga de su blusa, al tiempo que observaba con desconsuelo la devastación causada por las llamas.

Afectados

“Buscaré cómo  levantarme de nuevo. El negocio nos daba de comer y lo perdí todo”.

Tomás Morales, comerciante.

“Pido a Dios me ayude para poder iniciar de nuevo. Perdí dos locales con ropa”.

Claudia Ramírez, comerciante.

“Nunca hay que decaer ni dejar de trabajar. Hay que seguir adelante y pedirle a Dios”.

Orlando del Cid, comerciante