“Yo no me considero un inventor”, dice Ken, hoy con 19 años, durante una entrevista con la agencia EFE.
“Tuve una idea y la cumplí. Luego se convirtió en la necesidad de encontrar algo que ayudara a las demás personas también, no solo a mí”, recuerda.
Lou Castillo descubrió desde niño que era alérgico al humo y ello le impedía compartir con su familia diferentes circunstancias que involucraban el uso de fuego.
Fue así como le pidió ayuda a su padre, productor audiovisual, y tras muchas semanas de pruebas creo con su ayuda el leño ecológico, compuesto por una serie de materiales reciclados, serrín y parafina, que al ser encendido emana un humo blanco no perjudicial para la salud y que es menos dañino para la capa de ozono que el humo natural.
Un tronco de Mr. Fuego dura aproximadamente dos horas encendido, mientras que en ese mismo periodo de tiempo se habrían necesitado seis troncos de madera, del mismo tamaño, para mantener la misma intensidad de calor, presume el joven inventor.
La recepción del producto en el mercado ha ido aumentando con los años.
“En Guatemala se puede encontrar en todos los supermercados. Y también se exporta a Costa Rica”, precisa el joven, actualmente estudiante de comunicación en una universidad privada.
El leño ecológico y su apertura dentro de la sociedad le valieron al joven inventor la Orden Érick Barrondo para la Juventud 2013. Además, le permitió entrar en la Comisión de inventores de Guatemala, de la que es el miembro más joven.
“La mayoría de inventores del país tiene una media de 60 años de edad. Ha costado un poco que me tomen en serio por esto, pero ellos tienen más experiencia por lo que me han llevado un poco de la mano”, relata.
El inventor no oculta su preocupación acerca de la situación ecológica de Guatemala, que según estudios oficiales perdió casi el 4 por ciento de sus bosques entre 2006 y 2010.
“Solíamos ser uno de los pulmones del mundo, pero cada vez estamos contaminando más”, advierte.
De acuerdo al Ministerio de Energía y Minas (MEM), tres de cada cuatro familias en Guatemala utilizan leña para cocción de alimentos y un gran porcentaje de ellas lo hacen en fogones abiertos que impactan en la salud y la naturaleza.
El consumo energético de leña en 2012 fue el equivalente a casi 70 mil barriles de petróleo, es decir, casi el 60 por ciento del consumo energético del país en ese año.
Por ello, Guatemala ha impulsado recientemente el uso de estufas mejoradas o ahorradoras.
Lou Castillo cuenta que ha tenido varios acercamientos con los creadores de estas estufas y actualmente se encuentra en el proceso de buscar una manera de unir su invento con esta iniciativa.
“Me parece una idea brillante. Hay que apoyarla y ofrecérsela a las familias a precios accesibles”, apunta.
El joven cree, sin embargo, que el cambio ecológico más importante para el desarrollo debe de venir de la población. “Tenemos que cambiar esa mentalidad que tenemos en Guatemala de que un trozo de basura más o un trozo menos no hacen la diferencia en el ambiente”, concluye.