Quinteros: La idea es enlazar comunicaciones de sociedad civil de diversa índole, incluidas las iglesias, para recabar información y desarrollar acciones conjuntas para que se conozcan los casos de corrupción y que estos no se queden en el aire.
¿Las redes sociales serían ahora un ingrediente contra la corrupción?
Alarcón: Claro, porque se hace un movimiento social y contra la corrupción. Eso ha generado una dimensión más profunda para llegar a más gente.
Habíamos vivido otras situaciones, pero la combinación del caso IGSS y de la SAT son como gasolina para seguir moviéndonos y unirnos en la Plaza de la Constitución.
¿Qué pasará ahora que Baldetti también es investigada?
Quinteros: Las protestas están llegando a un punto de estabilidad y están saliendo las propuestas de distintos grupos. En los próximos días van a salir pequeñas protestas para presentar propuestas específicas y soluciones a problemas más particulares.
¿Todo este escándalo ha ejercido presión para que las autoridades planteen reformas?
Alarcón: Sí, la clave es seguir aplicando presión al Legislativo, para que se den reformas. Se están presentando propuestas de diferentes grupos, pero la misión en conjunto debería ser eliminar la corrupción en el Congreso.
¿Qué entidades son las encargadas para luchar contra este flagelo?
Quinteros: No nos podemos cerrar a dos o tres instituciones. Hay que tomar en cuenta la cadena de justicia, está la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, el Instituto de la Defensa Pública Penal, los tribunales, hasta llegar a lo constitucional, pero hay instituciones de control como la Contraloría General de Cuentas y el Tribunal Supremo Electoral. Hay que recordar que cada quien tiene dentro de su ámbito algo que colocar en el muro de la justicia.
En el caso de La Línea y el IGSS, la Contraloría debería haber salido a decir que esto estaba pasando y no esperar que una entidad extranjera lo viniera a decir.
Alarcón: Es clave la Contraloría, y los ciudadanos también deberían fiscalizar el trabajo que está haciendo.