“Ella quiso saber quién era yo, y por mi nahual me identifiqué con el búho”, comenta este amigo de la Biblioteca que prefiere permanecer en el anonimato —para “que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”—, y quien dio vida a esa iniciativa por el simple hecho de estar convencido de que la lectura, además de ser una aventura emocionante, le permite a un niño soñar y ampliar su horizonte.
“Kleidy agregó lo de la leyenda, luego de que conociera de una fábula que cuenta cómo los animales del bosque querían matar al búho, y un humano le preguntó qué crimen había cometido. Este contestó que su único pecado era ver en la oscuridad. Para mí eso es justo lo que hacen los libros, dan la posibilidad de entrar en un mundo de conocimiento que da las herramientas para ver en la oscuridad”, explica.
Mayor alcance
Después de haber recibido su primer libro nuevo —El diario de Anna Frank—, el gusto de Kleidy por la lectura aumentó, así como el de otros niños de escasos recursos de Purulhá.
Los fundadores y colaboradores de la Biblioteca se comunicaron con la librería Sophos, cuyos representantes, tras haberse informado sobre esa iniciativa, quisieron involucrarse.
“Sophos tiene que ser algo más que un lugar en donde se venden libros, y para nosotros esta ha sido la oportunidad de empezar a hacer ese camino. Creemos en las bibliotecas como algo fundamental para cualquier país que se precie de tener visión, y creo que no hay que esperar a que el Estado lo haga, aunque sea su obligación, sino que hay que apoyar a la gente que ya lo está haciendo”, explica Marilyn Pennington, fundadora de Sophos, quien agrega que es alentador cómo los clientes han respondido al Búho de la Leyenda y han decidido regalar uno o varios libros al niño de su elección.
De acuerdo con Karla Samayoa, colaboradora de la Biblioteca Bernardo Lemus, son 150 los niños que ya han completado más de 10 títulos y que participan en el programa.
El Búho de la Leyenda está muy contento de saber que la iniciativa alcanzó esa proporción, y está convencido de que eso demuestra la voluntad de muchos guatemaltecos por que el país mejore.
“Lo que falta es que se tengan iniciativas, se tengan ideas, porque siempre hay gente dispuesta a replicarlas, dispuesta a apoyar. Hay gente dispuesta a querer un país diferente. Entonces, es muy satisfactorio, porque esto se multiplica, y eso no es nada más que expresión de que los guatemaltecos necesitamos abrir puertas que nos brinden un mejor futuro”, comentó.