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¿Patrullajes combinados de PNC y Ejército por ola de criminalidad? Esto dicen autoridades y analistas  

El Ministerio de Gobernación y Ejército hablan de las estrategias para combatir al crimen organizado, y si retomarían las acciones de gestiones anteriores.

En los últimos tres gobiernos se han llevado a cabo patrullajes combinados entre la Policía Nacional Civil y el Ejército Nacional. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En los últimos tres gobiernos se han llevado a cabo patrullajes combinados entre la Policía Nacional Civil y el Ejército Nacional. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En los primeros cien días del Gobierno de Bernardo Arévalo, el Ministerio de Gobernación (Mingob) que dirige Francisco Jiménez Irungaray, ha decidido no recurrir a patrullajes combinados con el Ejército, los que se acostumbraban a hacer en las últimas tres administraciones gubernamentales.

Sin embargo, en las últimas semanas, en redes sociales y en otros espacios de discusión se ha abierto el debate sobre “la necesidad de usar a las fuerzas castrenses en tareas de seguridad ciudadana”.

La viceministra de seguridad, Claudia Palencia, al respecto, asegura que el Mingob no tiene por ahora planificación alguna sobre tareas en forma conjunta con el Ministerio de la Defensa (Mindef).

“La Policía Nacional Civil hace todos los esfuerzos para combatir la criminalidad”, afirma.

Agrega que se han desplazado a las áreas donde hay mayor incidencia criminal para detener, por ejemplo, asaltos en semáforos o la vía pública.

Incluso, opina, “hasta eventos desastrosos como el de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, pero este ya se contuvo junto con otras instituciones”. 

El jefe de la cartera del Interior, Francisco Jiménez, ha asegurado que los planes de seguridad se enfocan ahora en los departamentos con más incidencia criminal. Se trata de Guatemala, Escuintla, Izabal, Santa Rosa y Jutiapa.

Explica que las pandillas, grupos de sicarios, el narcotráfico y la seguridad fronteriza relacionada con la trata de personas, provocan violencia homicida, y para ello han desarrollado planes que refuercen con más personal, inteligencia e investigación criminal, esas zonas del país.

“La PNC está llevando a cabo los planes específicos para eso”, asegura Jiménez. Aunque aclaró que el Ejército les apoya en lugares específicos y las fronteras del país.

Decisión "coherente"

Para Sandino Asturias, del Foro de Organizaciones Sociales especializadas en temas de Seguridad (FOSS), considera clave la decisión del gobierno de darle su lugar a la PNC para las tareas de seguridad ciudadana.

“Los Acuerdo de Paz le dieron esa función a la PNC, y los últimos tres gobiernos la corrompieron”, asegura.

Asturias cree importante la decisión del Gobierno de reforzar las tareas de la PNC y separarlas de las que tiene el Ejército.

“El presidente de la República estableció con claridad el desarrollo de la política de seguridad basado en conceptos de seguridad democrática y también de retomar los Acuerdos de Paz bajo la conceptualización de la seguridad integral”, indica Asturias.  

Agrega: “Esto significa que las funciones del Ejército y las de la Policía Nacional Civil son diferentes y complementarias. Uno debe cuidar las fronteras y la soberanía nacional, y la otra hacerse cargo de la seguridad ciudadana”.

“Se han mandado mensajes autoritarios de que con el Ejército habrá seguridad en las calles, lo cual es una falacia. Debe regir la seguridad democrática. Necesitamos un Ejército moderno que cuide las fronteras y la soberanía nacional”, argumenta Asturias.

Para el especialista, en los últimos años se han distorsionado las tareas de la PNC, “dándoles cursos kaibiles”, por ejemplo.

“Por eso estamos como estamos”, opina, “porque se ha violentado ese principio de seguridad ciudadana, profesional, civil, especializada, que cumpla con la función de la defensa de los ciudadanos”, manifiesta Asturias.

La PNC, insiste, "es lo que es" ahora porque se ha formado “como una fuerza militar, lo cual riñe con la Constitución.

“Necesitamos una policía que esté cerca del ciudadano, de aproximación, profesional, que se acople, que no haga lo que pasó en San Andrés Itzapa”, arguye.

Para Asturias, se debe trabajar en una policía en la que la ciudadanía pueda confiar. "Se debe construir, pero la apuesta estratégica tiene que ser a su fortalecimiento como la institución encargada de la seguridad ciudadana y que el Ejército haga lo que le manda los Acuerdos de Paz”, recalca.

Discusión en Consejo

Mario Mérida, analista en temas de seguridad, considera que no se debería descartar el apoyo militar porque, como dice el ministro de Gobernación, “hay una visión subjetiva de la violencia, pero que se manifiesta aisladamente de manera brutal”.

Mérida cree que eso hace que los guatemaltecos digan con incertidumbre que hay que encontrar una salida a esta ola de violencia.

“Este tema se debería discutir en el Consejo Nacional de Seguridad. Ahí se debe determinar si conviene o es pertinente, políticamente, la intervención de las Fuerzas Armadas para generarle esa respuesta de confianza a las personas”, explica Mérida.

Para el experto, "una negativa tan absoluta, de 'no los necesitamos –al Ejército-' puede fortalecer al crimen organizado, a sabiendas de que la PNC es la única fuerza de contención, con las limitaciones que tiene, y que sigue en el proceso de transición de tomar el control de la seguridad”.

Mérida es de la opinión de que los patrullajes combinados funcionaron, y se vio en el primer año del gobierno de Otto Pérez Molina.

“Se organizaron de tal manera que incluso se pensó en el respeto de los derechos humanos, que al final les preocupaba a algunos activistas”, recuerda.

“La situación sería distinta en algunos lugares donde la gente quema subestaciones de policía o quema las autopatrullas, que son escasas, porque sabrían que hay una fuerza combinada operando con apoyo de fiscales en la contención de la criminalidad de cada uno de sus lugares”, refiere. 

Mérida considera que el apoyo del Ejército ha sido vital para la PNC para reducir los índices de criminalidad en los últimos años. “Desde el gobierno de Álvaro Colom las cifras van a la baja”, recuerda.

El especialista cree que la “gente también percibe que mayor presencia del Ejército y policía en las calles genera un ambiente de prevención y disuasión hacia las bandas organizadas”.

El Ejército y los cien días

El portavoz del Ejército, Rubén Téllez, comenta que la institución actúa bajo el marco del Decreto 40-2000, Ley de Apoyo a las Fuerzas de Seguridad Civil, que estipula que “deben colaborar con las fuerzas de seguridad civil para la protección de las personas y garantizar la seguridad que le corresponde dar al Estado”.

El portavoz explica que en los primeros cien días del gobierno han continuado con planes como el “cinturón de fuego”, que consiste en patrullajes combinados entre 4 mil efectivos castrenses y 500 policías por toda la Costa Sur, y por toda la línea fronteriza entre San Marcos, Huehuetenango y Quiché.

También mantienen presencia en municipios como Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá, Sololá, donde van más de 70 días sin ocurrir algún enfrentamiento armado.

“En aquel lugar se desarrolla la operación ‘caminando juntos a la paz y el desarrollo integral’ en conjunto con la PNC”, expone.

Asimismo, el presidente Bernardo Arévalo en su presentación del informe de cien días de gobierno, resalta: “En este tiempo hemos llevado tranquilidad a las familias afectadas por el conflicto entre Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá, contabilizando más de 75 días sin ataques ni actos violentos".

“Por primera vez en muchos años”, según el mandatario, “el período de siembra de maíz, de frijol, de calabazas, no se ha vivido bajo la zozobra de la violencia”, indica.

Arévalo manifiesta que “esto nos ha permitido iniciar la formulación de una estrategia de paz y desarrollo que buscará ofrecer una solución sostenible y definitiva a este conflicto comunitario histórico”.

ESCRITO POR:

Raúl Barreno Castillo

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad y justicia con 25 años de experiencia.