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¿Por qué es importante vacunar a las niñas para prevenir el Virus del Papiloma Humano?

En el esquema de vacunación del país se contempla la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) para niñas comprendidas entre los 10 y 14 años. Son dos dosis las que deben suministrarse en un intervalo de seis a 12 meses, y las protege contra el cáncer de cérvix, enfermedad con alta incidencia entre las guatemaltecas.

Vacuna Virus Papiloma Humano

La vacunación contra el VPH en niñas comenzó en el 2018. El año pasado se logró la inmunización de 401 mil niñas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Tan solo en el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) cada año se atienden alrededor de 600 casos en distintos estadios de la enfermedad, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que es el tercer cáncer más frecuente entre las mujeres en América Latina. Anualmente en la región se diagnostica a 56 mil pacientes, y más de 28 mil mueren como consecuencia de este mal, buena parte de los decesos ocurren en países de bajo y de mediano ingreso.

La vacuna contra el VPH puede prevenir dicha enfermedad, esa es la importancia de que las niñas reciban la dosis recomendada. La meta para el 2030 es que los países logren inmunizar a nueve de cada 10 niñas antes de cumplir los 15 años, lo cual es parte de la estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer cérvico uterino, y Guatemala se comprometió a conseguirlo.

“En 15 y 20 años tendremos mujeres que no tendrán cáncer de cérvix”, dice Mirna Montenegro, médico y directora del Observatorio de Salud Reproductiva (Osar), que busca el acceso universal de la salud para las guatemaltecas.

Comienzan a vacunar

Fue en el 2018 que la vacuna ingresó al esquema de vacunación nacional, ese año se logró aplicar 362 mil 797 dosis, cifra que casi se igualó al año siguiente cuando se suministraron 308 mil 801. Las jornadas se desarrollaron principalmente en las escuelas, a donde el personal de salud llegó para inocular a las niñas. Allí se cubrió a la mayoría de población vacunada, los centros y puestos de salud también dieron el servicio.

Pese a las dificultades que generó la pandemia para realizar campañas de inmunización, durante el 2020 se colocaron 401 mil 627 dosis.

Las escuelas estuvieron cerradas, los servicios de salud fueron interrumpidos, la población tuvo problemas para movilizarse, sumado al temor del contagio del covid-19, esto impidió a los padres llevar a sus hijas a recibir las dos dosis, y obligó al personal a salir en busca de las menores.

Se implementaron varias estrategias, como extender la jornada de la segunda dosis hasta diciembre, los salubristas se acercaron a parques e iglesias, y se establecieron puestos de vacunación en las calles, señala la doctora Lesbia Lissette Barrera Arriola, coordinadora del Programa de Inmunizaciones del Departamento de Regulación de los Programas de Atención a las Personas del Ministerio de Salud.

En el 2018, de acuerdo con el censo poblacional, se contaban 797 mil 455 niñas entre los 10 y 14 años. A partir de ese año se han suministrado 1 millón 73 mil 225 dosis, por lo que se habría inoculado a cerca de 536 mil 612 menores, durante estos tres años.

De acuerdo Montenegro, las coberturas de vacunación del 2018 y 2019 llegaron al 74%, mientras que el año pasado debido a que las escuelas permanecieron cerradas, dicha cobertura cayó al 40%.

Por ahora no se tiene sí los estudiantes retomarán las clases presenciales en las escuelas, de esa cuenta, Julia Barrera, vocera del Ministerio de Salud, indica que la vacuna estará disponible durante todo el año en los servicios de salud pública, además, se coordinan jornadas en los centros educativos, que estarán informando a los padres de familia para que puedan llevar a sus hijas durante el día de la inmunización.

 

Enfermedad al acecho

La doctora Isabel Orozco, médico asesor del Incan, indica que el cáncer de cérvix es una de las principales causas de mortalidad de las pacientes que se atienen en la institución, pese a que en el país se cuenta con métodos de tamizaje como el Papanicolau, que es accesible a la población, los casos se diagnostican ya en estados avanzados, y a temprana edad.

Se ha identificado a mujeres de 20 años con la enfermedad, y según la doctora, a menor edad, algunos cánceres son más agresivos y la sobrevida es corta, siendo la prevención y el diagnóstico temprano importante.

“Nos estamos quedando cortos en el diagnóstico”, dice.

La estrategia mundial para erradicar la enfermedad, de la cual Guatemala es parte, propone que para el año 2030 el 70% de mujeres sea tamizado -a través de Papanicolau, inspección visual con ácido acético (IVAA) o pruebas de ADN de VPH-, y un 90% reciba tratamiento si lo necesita.

A criterio Montenegro, “la vacuna del VPH representa la prevención primaria contra el cáncer de cérvix que es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres (700 fallecimientos anuales) de un cáncer que es 100% prevenirle”.

En Guatemala la vacuna se aplica a niñas, pero en otros países también se inmuniza a los varones. Montenegro ve como un avance que esta sea parte del esquema nacional de vacunación, pero es necesario su promoción para que los padres de familia conozcan las ventajas que tiene y la demanden en los servicios de salud, punto que Orozco comparte, pues hay mucha desinformación sobre la vacuna.

Efecto de la pandemia

Ante la interrupción de los servicios de salud y la dificultad de movilidad de la población por la pandemia, principalmente en las áreas urbanas, es probable que muchas niñas hayan recibido únicamente la primera dosis de la vacuna conta el VPH, en este caso no es necesario comenzar de cero, se puede continuar con la segunda aplicación de la vacuna.

“Las vacunas dejan memoria en el cuerpo, y cuando son dos o tres dosis, la primera hace que el cuerpo reconozca al virus, lo identifica y los anticuerpos comienza a luchar, ya con la segunda dosis esas defensas se generan formalmente y al tener contacto con el virus no permite que se desarrolle. Entonces, aunque haya pasado más de un año de la primera dosis, no importa, el cuerpo mantiene la memoria de la inmunidad leve que esta produjo y luego ya se continua con el esquema normal. Aunque pase un año, se pone la segunda dosis. Nunca se reinician esquemas”, dice Barrera Arriola.

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.

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