Castellanos Arévalo de Ramírez cuenta con 45 años consecutivos de servicio como voluntaria en su comunidad, y entre sus acciones se suman las gestiones para la construcción de tres escuelas, una de ellas en un poblado de Chimaltenango.
Orgullosa viste su chaleco de color púrpura con costuras y bordados dorados, distintivos de los valores que promulga el Club de Leones: amor, bondad y servicio, así como desprenderse de la riqueza para ayudar a los necesitados.
“Me siento muy contenta por esto —el reconocimiento—. Mi trabajo ha sido duro, pero fue bueno ayudar a los necesitados”, refirió mientras mostraba el cuarto al que llama “la cueva”, donde tiene los recuerdos de sus actividades.
Familia
Mama Berta es la única hija de Luz Arévalo Corado y Maximiliano Castellanos. Nació en la ciudad capital, el 2 de septiembre de 1913.
Su papá murió cuando ella tenía 7 años, a causa de la guerra que se peleaba en el país en esa época, recordó. Sus ojos enrojecieron, su voz se quebró y sus anteojos se empañaron al hablar en ese momento.
Ahora su familia se extiende a 97 descendientes: cinco hijos —uno ya murió—, 29 nietos, 58 bisnietos y cinco tataranietos.
A los 21 años se casó con Miguel Ramírez, con quien convivió por 49 años. Su cónyuge la llevó al Club de Leones.