Unos tres millones de estudiantes del sector público volvieron a las escuelas este lunes, según datos oficiales. Sin embargo, no todos regresan a centros educativos que cumplan con las condiciones adecuadas como constató Prensa Libre y Noticiero Guatevisión durante estos recorridos.
“El peligro es que se nos viene es la lluvia y el polvo. No hay ventanas, se han quebrado”, resume Elvira Coy, presidenta de la Organización de Padres de Familia (OPF), sobre los problemas estructurales que afecta a la escuela Oficial Rural Mixta 824 y 825.
No se trata de una “escuela” convencional, pues está construida con módulos temporales, revestidos con material para una duración de 10 años, tres de los cuales ya transcurrieron con la pandemia del covid-19.
La escuela recibe a 860 estudiantes durante la jornada matutina y 460 por la tarde.
Problemas de infraestructura durante el ciclo escolar 2023
Según Coy, los padres están preocupados porque sus hijos regresan a clases presenciales en un sitio donde los estudiantes se enfrentarán al aumento de temperaturas durante la época seca y, luego, con el pasar de los meses, al riesgo de filtraciones de lluvia y lodo.
Pero además, la escuela no tienen maestros y está sobrepoblada de estudiantes. Tampoco hay posibilidad de pensar en que puedan recibir clases de computación por temas de seguridad y falta de presupuesto.
La falta de maestros afecta a los estudiantes de primaria. “Hay padres que tienen hasta cuatro niños y no tienen, no han colaborado […] El año pasado habían maestros que se llevaban Q300 o Q200 al mes por venir a impartir clases. Creo que no es justo”, agregó.
Brenda Carolina Oliva, directora de la jornada vespertina, admite que entre los desafíos también está que los alumnos se adapten de nuevo a las clases presenciales, la nivelación y retomar el método educativo anterior a la pandemia.
Sin clases durante el primer día
A cuadra y media se encuentra también ubicada la Escuela Oficial Urbana Mixta, donde en la jornada verpertina opera el Instituto Jerusalén.
Allí, los alumnos de primaria solo asistieron 10 minutos y se vieron obligados a retirarse. El problema se debió a la falta de drenajes y, al igual que los casos anteriores, por falta de maestros.
Con aulas de madera construida desde hace 12 años, la directora del recinto, Niddian Gómez, explica que los baños no se pueden usar y las reparaciones representan un costo elevado, por lo que esperan que las autoridades atiendan el inconveniente.
“De momento los estudiantes se tienen que retirar en su primer día del ciclo escolar 2023, debido a que los drenajes no funcionan…”, indicó.
La falta de educadores ha marcado una baja en la matrícula. Los padres, según dijo, saben que son pocas maestras trabajando. Solo cuatro están presupuestadas.
Por ello, para contratar más personal, Gómez explica cómo se organizan los padres para reunir los fondos y cubrir el pago de los salarios de los maestros.
Sobre la falta de maestros en las escuelas, la ministra de Educación, Claudia Ruiz, explicó que el tema está bajo análisis y se coordina la demanda a través de distintas extensiones. Menciona, entre estas, a la Dirección General de Coordinación (Digecor) y la Dirección Departamental de Educación Guatemala Norte (Dideduc).
“Hay una mesa técnica por cada dirección departamental estudiando y analizando la demanda”, dijo en concreto sobre la falta de maestros a nivel nacional.
En cifras
Según cifra del Ministerio de Educación, actualmente hay 128 mil docentes distribuidos a nivel nacional para impartir clases en las 11 mil escuelas públicas.
De ese total de centros educativos, al menos 1 mil 500 necesitan reparaciones por daños estructurales, mientras que más de la mitad (5 mil 700) establecimientos carecen de acceso a agua potable y sistema de drenaje.
Con información de EFE*