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<em>Las Rositas</em> celebran su tercer año de vida

Las hermanas Ana Rosa y Aída Rosalina, siamesas conocidas como las Rositas y que fueron separadas en septiembre del año pasado celebraron su tercer año de vida con personal del Hospital Roosevelt. 

Las Rosistas celebraron su tercer cumpleaños junto a personal del Hospital Roosevelt. (Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

Las Rosistas celebraron su tercer cumpleaños junto a personal del Hospital Roosevelt. (Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

Las niñas, quienes nacieron en Quiché en 2013 y estaban unidas por la pelvis, compartían vejiga, cadera e intestino grueso.

Las menores han permanecido casi todo su vida en el centro asistencial, específicamente  en la Unidad de Pediatría del Hospital Roosevelt, por lo que el personal las considera parte de su familia.

Debido a que sus padres son de escasos recursos y a su condición de salud que requiere de cuidados especializados, la Procuraduría General de la Nación (PGN), realizó todos los trámites para que el centro asistencial se hiciera cargo de ellas.

Este jueves, junto a enfermeras, médicos y personal del Hospital Roosevelt, las Rositas celebraron su cumpleaños, el cual es especial debido a que es el primero que celebran estando separadas.

Celebración

Vestidas con un atuendo de su personaje infantil favorito las niñas soplaron su pastel de cumpleaños y fueron mimadas por el personal del centro asistencial.

Las hermanas disfrutaron de su fiesta de cumpleaños desde una vista distinta, es decir en brazos de sus cuidadoras y disfrutaron de apagar las velas sentadas frente a frente.

Las pequeñas, junto a otros niños de la pediatría del Hospital Roosevelt, se divirtieron con el espectáculo de un pequeño y lúdico vaquero, comieron pastel y abrieron varios regalos, la mayoría del personal médico que las ha cuidado.

Se recuperan

Javier Bolaños, uno de los médicos que las separó quirúrgicamente, señalo que luego de la operación las menores han tenido “una recuperación fantástica” y ahora siguen procesos como rehabilitación, recuperación física y nutricional.

“Estamos sumamente contentos y agradecidos  con todos los que nos ha ayudado y han colaborado de alguna  manera… hay mucho que hacer por estas nenas todavía”, aseveró.

Uno de los procedimientos que sigue es la elaboración de un corsé para corregirles la columna vertebral a las menores, para ello podrían viajar a Estados Unidos por un tiempo señaló el especialista.

Las Rositas deben comenzar un proceso formal de fisioterapia para ayudarles a ponerse de pie y fortalecerles el miembro inferior así como sus brazos; además de ayuda psicológica.

Adopción

Bolaños comentó que los padres de Ana Rosa y Aída Rosalina regresaron a su comunidad y cedieron el derecho de adopción, por lo que después de la tratamiento de recuperación deberá verse dicho tema.

“Comprendemos que los padres las quisiera tener pero no les pueden dar los tratamientos ni el cuidado que las niñas necesitan”, señaló María Eugenia Villagrán, procuradora de la Nación.

Villagrán agregó que se tiene que llevar a cabo el trámite de adopción pero las niñas primero deben continuar con un tratamiento médico. Además comentó que se buscan que el proceso de las menores que se lleva en Quetzaltenango pueda ser visto por un juez en la ciudad capital para mayor facilidad.

La Procuradora comentó que la Municipalidad de Guatemala ofreció darles educación en un centro educativo, al lado de un hogar privado para las niñas y que  junto con su nana se pudieran trasladar allí.

Villagrán refirió que el trámite de adopción es largo porque se tiene que calificar a las familias que deseen aplicar, sin embargo resaltó que en este momento la prioridad es la salud de las menores, por lo que deberán continuar en el hospital Roosevelt hasta que los médicos lo consideren necesario.

Damaris Luch, la nana de las niñas, manifestó que está interesada en adoptar a Aída Rosa y Ana Rosalina.

“Sería un sueño poder hacerlo, estoy en la disposición, ellos (la Procuraduría General de la Nación) tendrá la última palabra. Yo las quiero mucho, yo les tengo un gran amor, ellas también a mí; yo no quisiera que ellas tuvieran más problemas de rupturas, de que se les esté cambiando su ambiente, sería dañino para su salud psicológica, para su desarrollo. A mí me encantaría poder tenerlas y le ruego a Dios que me ayude”, aseveró.

Complicada operación

El pasado 29 de septiembre, a las 7 horas, comenzó la cirugía de separación. Javier Bolaños, médico que encabezó  al grupo de cirujanos, informó que solo el procedimiento para separar  los órganos duró nueve horas y en total duró más 18 horas.

Los costos de la intervención fueron superiores a los Q50 mil, los cuales fueron aportados por el hospital. Para este procedimiento calificado de alta complejidad fue utilizado equipo especial y  medicamentos, el procedimiento fue el segundo que se realizó no solo en el país sino en la región.

Para la intervención quirúrgica colaboraron más de 30 profesionales quienes donaron su trabajo, entre ellos cinco cirujanos pediátricos, cuatro anestesiólogos, dos ortopedistas, un pediatra, un psicólogo, un nefrólogo y un cirujano plástico.

Veinticuatro horas después de haber finalizado la cirugía a las niñas se les pudo retirar el ventilador al que fueron conectadas y los médicos catalogaron el procedimiento como exitoso.

En las semanas siguientes las niñas recibieron atención especializada debido a que aunque estaban estables había serias posibilidades de que contrajeran una infección por lo complicado del procedimiento.

Sin embargo, su evolución fue satisfactoria y actualmente siguen en recuperación. “Todo el procedimiento ha requerido cientos y cientos de horas de preparación. Fue un esfuerzo titánico, pero no nos rendimos, continuamos adelante para demostrar que con la ayuda de Dios, buena actitud y colaboración, todo es posible”, dijo Bolaños.