Comunitario

Sacrilegio enluta a Guatemala

Es un hecho casi insólito que una colección de pinturas encargada a un pintor colonial barroco del siglo XVIII haya subsistido los avatares del tiempo durante casi 300 años y persistido hasta nuestros días. Este es el caso de la serie de las grandes pinturas sobre la Pasión de Cristo, del excelso pintor guatemalteco de Santiago de Guatemala —hoy Antigua Guatemala— Tomás de Merlo.

El dramatismo de La Flagelación, el contraste entre la serenidad de Cristo y la ferocidad de sus captores en Jesús ante Caifás, así como la fuerte emoción representada en La Agonía del Huerto son tan solo parte de la magnificencia de la obra de Merlo, que fueron torpemente cortados de sus marcos el miércoles último.

El dramatismo de La Flagelación, el contraste entre la serenidad de Cristo y la ferocidad de sus captores en Jesús ante Caifás, así como la fuerte emoción representada en La Agonía del Huerto son tan solo parte de la magnificencia de la obra de Merlo, que fueron torpemente cortados de sus marcos el miércoles último.

Se dice coloquialmente que no se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde, y este es precisamente el caso de más de la mitad del conjunto de 11 pinturas: cinco están en el Museo de Arte Colonial de Antigua y las seis restantes fueron vilmente robadas de la iglesia El Calvario, hermosa edificación barroca de color amarillo, al final de la alameda del mismo nombre.

Encargo

El Calvario de Antigua fue construido por el Santo Hermano Pedro de Betancur con sus propias manos y las de otros pocos hermanos betlemitas, y fue estrenada en 1655. Se trataba de una iglesia probablemente grande pero de un sencillo estilo renacentista. El conocido capitán pintor don Antonio de Montúfar, amigo del santo, había pintado una primera serie de piezas describiendo el vía crucis para decorar la iglesia de los betlemitas.

Los terremotos de San Miguel, de 1717, destruyeron casi por completo la ermita y todas las pinturas de Montúfar. En la primera mitad del siglo XVIII se reconstruyó a la moda de la época, en estilo barroco, muy antigüeño, decorada con pilastras almohadilladas flanqueando sus tres puertas y en la espadaña o campanario triple que la engalana.

Para decorar la nueva edificación, las autoridades comisionaron en 1737 a Tomás de Merlo para pintar una nueva serie de 11 cuadros de la Pasión, para ilustrar y estimular la piedad y la fe de los feligreses, en especial de los analfabetos.

Restauración

Con el traslado de la capital, en 1776, parte de la colección de pinturas fue llevada al Valle de la Ermita, pero posteriormente fueron devueltas a donde pertenecían, a Antigua.

Por muchísimos años, las seis pinturas que regresaron a El Calvario estuvieron en gran abandono, rasgadas, empolvadas y con estiércol de murciélago. Su nombre correcto y en el orden de los hechos de la Pasión son: 1. La Oración en el Huerto, 2. La Curación de Malco, 3. Cristo ante Caifás, 4. La Flagelación, 5. El Rey de Burlas y 6. La Piedad.

Ya en el siglo XX, doña Marta de Secaira, abnegada benefactora de El Calvario, quien edificó los baños de este lugar, se preocupó por cotizar la restauración de los lienzos, aunque ya no pudo disfrutar tal esfuerzo concretado, pues no fue sino hasta 1987 cuando promoví la restauración de mi obra favorita de Merlo: La Oración en el Huerto, con el amable patrocinio del Comité Organizador del VIII Congreso Latinoamericano de Parasitología.

Dos años después, en 1998, me enteré de la fundación de Adesca (Aporte para la Descentralización Cultural), y como uno de los primeros usuarios de este financiamiento para proyectos culturales se me adjudicó en lo personal, no institucionalmente, una suma para la restauración de otro Merlo de El Calvario.

Este fue el primero de cuatro proyectos financiados por Adesca y tuve la responsabilidad de dirigir la intervención para la conservación y restauración de tan delicado patrimonio, proceso laborioso que duró 10 largos años hasta terminar de restaurar todos los Merlos en el 2008.

El quinto proyecto que me otorgó Adesca fue destinado a restaurar la valiosa imaginería del templo, lo cual culminó con la entrega pública de todo el patrimonio artístico de El Calvario restaurado, y la posterior publicación con el patrocinio de la Fundación G&T Continental del libro que edité con la colaboración de distinguidos científicos guatemaltecos, expertos en diversas ramas del saber, que escribimos en nueve capítulos todos los detalles posibles bajo el título: El Tesoro de El Calvario, Patrimonio Cultural de La Antigua Guatemala, 2009.

Este logro nunca hubiera sido posible sin el arduo, delicado y científico trabajo de la experimentada restauradora Margarita Estrada y la arquitecta Brenda Penados, del prestigioso Estudio Taller Salterio.

Se aplicó la técnica reversible de reentelado con la técnica holandesa, que consiste en pegar el lienzo antiguo de retazos de lino cocidos a un nuevo lino crudo especial para restauración.

El problema era la enormidad de dos de los cuadros: La Curación de Malco y Cristo ante Caifás. Fue necesario mandar a tejer el lino especial en una sola pieza en grandes telares a Holanda, con un costo elevadísimo.

Sacrilegio

Es de imaginarse la gran indignación, tristeza y decepción que nos embarga a los que con gran amor tocamos dichos lienzos, extremando cuidados de todo tipo, sabiendo que, este pasado miércoles, maleantes desalmados y codiciosos rasgaron los valiosos lienzos con algún cuchillo y navaja, dejando los bastidores y marcos pelados en el ahora desolado y enlutado Calvario. Seguramente fueron doblados descuidadamente, y con gran riesgo de sufrir daños irreparables fueron sacados furtivamente por un cafetal aledaño hacia un incierto y oscuro destino.

Las autoridades responsables han respondido y el público culto reenvía correos electrónicos con fotos de las pinturas robadas.

No deben escatimarse esfuerzos para lograr la recuperación de las pinturas. Resulta imposible asignarles un valor económico a los Merlos, pues no solo se han robado un bien mueble para venderlo ilegalmente, sino un trozo de nuestra historia.

Las restauradoras recomiendan por ahora no bajar de las paredes de El Calvario los marcos ni los bastidores que retuvieron los bordes de las pinturas cortadas irregularmente, pues se pueden desalinear y en caso de que los lienzos aparezcan, sería muy difícil su integración. Pero creo que lo más patético y necesario es dejar estos tristes esqueletos de arte como testimonio de la vergüenza que representa este robo, sobre el cual cualquier calificativo se queda corto.

Tomás de Merlo

Entre 1737  y 1739, año de su muerte, Tomás de Merlo, nacido en 1694, ejecutó una serie  sobre la pasión de Cristo, destinados a la veneración de los fieles de la Ermita de El Calvario Merlo es considerado el más destacado pintor del barroco guatemalteco.

Expertos afirman que se autoretrató como uno de los personajes del cuadro Jesús ante Caifás, uno de los seis que fueron robados .

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