Comunitario

Tejedoras en guerra contra la  piratería

Los tejidos artesanales de Guatemala son parte inherente de los pueblos indígenas, pero el poco reconocimiento y la falta de respaldo del Estado mueven el reclamo de las creadoras de los textiles. En esa tarea está     Sonia Gutiérrez Raguay, quien preside la Asociación de Abogados Mayas.

Los diseño como el de Santiago Sacatepéquez puede ser protegido. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Los diseño como el de Santiago Sacatepéquez puede ser protegido. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

¿Qué riesgo ve para proteger los tejidos indígenas?

Rechazo y oposición, principalmente de las empresas y sectores económicos que de alguna manera han lucrado con los trajes indígenas. Esa es una de las amenazas y no dudamos que pueda generarse incomodidad; vamos a tener que prepararnos.

El tema de los trajes no solo es una situación cultural, también es económica. Cuando hablamos del tema  aparecen otros actores como el sector productivo porque hay un grado de lucro y esas quizá son las fisuras.

¿Reformar las leyes de Derecho de Autor y de Propiedad Intelectual es opción para proteger los textiles regionales?

En la Ley de Protección y Desarrollo Artesanal aparecen los tejidos y actividad artesanal que llevan a cabo las comunidades indígenas, pero no protege específicamente los tejidos típicos. Nuestra iniciativa pretende blindar todo lo relacionado con la propiedad intelectual de los pueblos indígenas. Las leyes —Derecho de Autor y Propiedad Intelectual— solo protegen a personas particulares, jurídicas y estatales, no a comunidades. Eso está ausente.

¿Cuáles artículos reformarían?

La iniciativa busca crear la figura legal del derecho de propiedad intelectual de los pueblos indígenas. Efectuado el cambio se reconoce a las mujeres tejedoras como sujetas de derecho. A partir de la aprobación podemos demandar derechos.

“Los tejidos son elemento de nuestra identidad, reflejan la forma de sentir”.


El otro punto es que toda producción intelectual de los pueblos indígenas no se vulnere frente a toda la productividad económica del país. Ahora es una iniciativa, y el planteamiento es que no se desnaturalice el espíritu de la propuesta.

¿Analizaron una propuesta de ley para los textiles típicos?

 Aspiramos a una ley; sin embargo, sabemos que no íbamos a tener todos los apoyos por la coyuntura —discusión del derecho indígena—.

Los pueblos indígenas nos hemos visto limitados en alcanzar  leyes. En el Congreso están guardadas 10 iniciativas y no avanzan, aunque han pasado así en dos legislaturas. La forma más descarada en que actuó el Partido Patriota  fue frenar la aprobación de leyes de pueblos indígenas en el Congreso.

Los diseños de los textiles son diversos, en su propuesta, ¿el registro de propiedad intelectual sería individual y colectivo?

La iniciativa no contempla el registro. Hay que discutir para crear y tener la vía legal y que no se vulnere con la propiedad intelectual de las mujeres tejedoras.

¿La reforma debería incluir sanciones o delitos para quien use sin permiso los textiles?

Sí. Son los puntos de desencuentro con el sector económico y empresarial que ha lucrado y se ha aprovechado de los tejidos. La iniciativa no contempla sanciones, ni delitos y se discutió el tema. Panamá sanciona a las personas que se apropian sin avisar. Se debería  analizar, la parte coercitiva, si no existe, crea un vacío.

¿Cuál es el plan B si el Congreso rechaza la reforma?

Es incidir, cabildear y presionar para que el Congreso asuma su responsabilidad por una omisión por parte del Estado, el incumplimiento en materia de pueblos indígenas.

  • Reforma al Decreto 33-98, Ley de Derecho de Autor y Derechos Conexos: “Se prohíbe a personas ajenas a las comunidades reproducir comercialmente estas creaciones textiles, sin consentimiento de estas.
  • Se reconoce como autor a los pueblos y comunidades indígenas de sus creaciones de propiedad intelectual”. Reforma al Decreto 57-2000, Ley de Propiedad Intelectual: “Se prohíbe el registro de marcas y nombres comerciales que utilicen las colectividades indígenas”.

¿Qué pasa con el Instituto Guatemalteco de Turismo —Inguat— que utiliza  los textiles en campañas?

En el 2015, según los datos que obtuvieron  las organizaciones de mujeres,  el Inguat reportó ingresos por Q746.2 millones relacionados con la venta de textiles típicos. ¿A dónde va ese dinero? No va a las tejedoras. Con un pago justo  las condiciones de vida de las tejedoras cambiaría. En Guatemala no hay estudios económicos que reflejen el  impacto en la economía.

De aprobarse esta reforma, ¿cuál será el futuro de la industria textil de San Francisco el Alto?

Sujetarse al marco legal. Creemos que no habría problema en derechos, no se limitaría la actividad comercial si tienen el  consentimiento de los pueblos.

Güipiles en bolsos, zapatos, carteras   y otros souvenirs se venden en euros, ¿qué opina de esto?

Es una moda. Se ve bien visualmente, pero es  injusto. Las grandes empresas obtienen buenos porcentajes, pero las condiciones de vida de las tejedoras no mejoran.

ESCRITO POR:

Mynor Toc

Mynor Toc

Periodista de Prensa Libre y Guatevisión con 26 años de ejercicio periodístico especializado en periodismo comunitario, seguridad, justicia y política. Becario de KOICA y el Reuters Institute en periodismo digital.