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Una opción contra la tala: El traslado que puede salvar árboles

En Guatemala se está popularizando la práctica de trasladar de ubicación árboles en edad madura, evitando que estos sean talados.

En el Palacio Nacional de la Cultura  se trasplantaron árboles de jacaranda desde el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias (Foto Prensa Libre: Carmina Montúfar).

En el Palacio Nacional de la Cultura se trasplantaron árboles de jacaranda desde el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias (Foto Prensa Libre: Carmina Montúfar).

El  nombre de Guatemala se deriva del náhuatl Quauhtemallan, que significa “lugar de bosques o de muchos árboles”. Históricamente el país se caracterizaba por las selvas y bosques, sobre todo en la región petenera.

Con el avance de la industrialización en los procesos de producción y los cambios en los estilos de vida, los bosques empezaron a verse en peligro por la tala de manera desproporcionada.

Petén está constituido en un 83 por ciento de bosques latifoliados, es decir con árboles de hoja ancha. La mayoría de bosques del país se resguardan en  áreas protegidas, según un estudio de emisiones de gases invernadero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Hugo Flores, director de Manejo y Restauración de Bosques en el Instituto Nacional de Bosques (Inab) comentó que se debe de solicitar autorización a la institución cuando la tala es por cambio de uso, por ejemplo, que el terreno pasará de ser bosque a ser usado para crianza de  ganado.

“La ley manda que cuando se autoriza un cambio de uso se tiene que recuperar área por área”, especificó el director. El terreno debe ser recobrado en el mismo municipio o departamento.

Fundamental para la vida

La falta de tal recuperación de las zonas forestales repercute en el calentamiento global. El ambientalista Melvin Flores explicó que sin los árboles no existiría la interacción de organismos y seres vivos que es primordial para el ciclo de vida, no solo de la vegetación sino también de los animales.

“Los árboles son el pilar fundamental para la proporción de hábitat”, aterrizó. Parte de sus funciones son proveer sombra, refugio a aves, retienen el suelo con sus raíces y hasta suscitan el crecimiento de más vegetación u organismos que incluso son parte de las cadenas alimenticias de otros animales.

En los bosques, los árboles se comunican entre sí, por medio de las raíces, además que se comparten nutrientes; y retienen el suelo y la erosión.

Recientemente, el especialista en meteorología aplicada, Claudio Castañón, compartió que en la Ciudad de Guatemala se registró una temperatura de 32 grados centígrados el 9 de junio, según sus mediciones. Esta fue la temperatura más alta registrada desde junio de 1980 para la capital. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estableció que el ritmo de la deforestación en el país es de entre 80 mil y cien mil hectáreas anuales, mientras la reforestación entre 10 mil y 50 mil hectáreas por año. En otras palabras, la pérdida de las zonas boscosas está entre las 50 mil y las 70 mil hectáreas al año.

 Trasplante, una opción

En las áreas metropolitanas, las zonas boscosas se transforman en áreas urbanizadas. En casos donde un área boscosa pasará a ser un complejo habitacional, que se considera un cambio de uso, debe ser de conocimiento del Inab y se debe de reforestar el área dentro del municipio o departamento.

Sin embargo, como alternativa a esta práctica, en algunos proyectos habitacionales han optado por trasplantar los árboles para no talarlos, respetando los años de crecimiento del organismo.

Esto se realiza desde el 2008 en Condado Naranjo, un área habitacional ubicada en la zona 4 de Mixco. La idea surgió porque los árboles estaban en un vivero esperando a ser plantados, pero crecieron más de lo esperado. Eventualmente fueron trasplantados al estar ya en edad madura.

“Esto empezó en 2008, pero hasta 2018 se comenzó a documentar”, recalcó la arquitecta Kathya Ardón, Coordinadora de Sostenibilidad de Condado Naranjo.

Estima que cerca de 40 árboles  han sido movidos de su ubicación inicial y son de diferentes especies como árboles de aguacate, jocote, Llama del Bosque, Lluvia de Oro, Orgullo de la India y Timboque.

Melvin Flores refirió que influye mucho la especie para el trasplante porque cada uno tiene características diferentes. “Por ejemplo, las coníferas, los pinos y los cipreses tiene raíces muy grandes, muy profundas en el suelo y el sistema radicular se extiende”, declaró, lo cual dificulta el traslado.

De acuerdo con el procedimiento detallado por Ardón, los árboles que serán movidos de ubicación deben de ser estudiados para verificar que cuenten con las características necesarias.

Se evalúa la madurez del tronco, el estado de la corteza, la salud general del árbol, que  no esté infestado por insectos u hongos que pueda infectar a los demás en la nueva área.

“Se da prioridad a aquellas especies que propicien la biodiversidad del área y que provean de alimento a las especies de fauna local”, agregó la arquitecta.

Tres días antes del traslado, se excava un anillo alrededor del árbol con el objetivo de preparar sus raíces y se inunda el área excavada, para que sea más fácil desenterrarlo.

El día del traslado se realiza otro movimiento de la tierra que rodea el árbol y con la ayuda de una retroexcavadora se procede a levantarlo del suelo. “Mientras eso sucede, el equipo de trabajo corta las raíces que pudieran quebrarse o las que son muy pequeñas que pudieran retrasar el proceso de adecuación en la nueva área”, indicó. En un agujero de más de un metro de ancho, alto y largo será trasladado el árbol a la nueva ubicación. Se debe de aplicarle producto que propicie el enraizado de la especie y tierra negra para favorecer la estabilidad de las raíces y se riega.

Además, se instalan postes y se atan cuerdas a tensión para que quede asegurado y se desarrolle en la nueva ubicación.

De acuerdo con la explicación, los elementos de estabilización se remueven después de un periodo mínimo de dos meses, tiempo promedio en el cual se espera que el árbol pueda desarrollar nuevas raíces y buscar la estabilidad en el área por sí mismo.

Entre los cuidados que debe recibir se especificó que en verano deben de ser regados cada dos días y constante monitoreo. Se estima que el tiempo de adaptación es de dos meses.

De los 40 árboles que han sido trasplantados, cuatro no lograron adaptarse a la nueva ubicación por lo que el quipo del complejo habitacional realizó modificaciones en los procesos para reducir estos casos en el futuro.

El ambientalista Melvin Flores recalcó que es de suma importancia que el nuevo suelo tenga las mismas propiedades, la pendiente del terreno, condiciones topográficas y sea en época lluviosa para que esta ayude a que la raíz se desarrolle en la nueva ubicación.

Hugo Flores detalló que para esos procedimientos se debe de tomar en cuenta las condiciones de la nueva ubicación, que sean similares a donde el árbol creció para que los casos de éxito sean más, de la misma manera que se realiza en cualquier tipo de plantación como trasladar una planta de un vivero a una maceta de casa o hasta en plantaciones industriales.

“En una plantación industrial por el fin de la plantación se cuida mucho el tipo de especie que se va a utilizar, la época de siembra procurando que sea en la época de invierno”, especificó.

Ya que en el país hay diferentes tipos de condiciones de humedad y temperatura  no todas las especies se desarrollan en todos los lugares

Práctica en jardines

En el Palacio Nacional de la Cultura  se trasplantaron árboles de jacaranda desde el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

Tanto ese procedimiento como el realizado en Condado Naranjo fueron hechos sin la maquinaria específica para el trasplante. El rol de tal maquinaria es extraer desde la raíz al árbol, movilizarlo, abrir el agujero en la nueva ubicación, facilitando y acelerando el procedimiento.

ESCRITO POR:

Fátima Najarro

Periodista de Prensa Libre especializada en el Organismo Ejecutivo, fiscalización y política, con varios años de experiencia en medios escritos.