El agua que vaciaron fue utilizada para limpiar oro y plata, además esta cargada de químicos, entre ellos cianuro, agregó.
Josue Navarro de la Diócesis de San Marcos, indicó que cuando se presentaron al lugar donde se realizó el vaciado de las aguas, fueron amedrentados por personal de la mina Marlin, por lo que presentaron una denuncia a donde corresponde.
Es una falta de respeto y va en contra de los derechos humanos de los habitantes de San Miguel Ixtahuacán, ya que ha habido una orden de suspensión de los trabajos en la mina, que fue dictada el año pasado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero nadie la acató, indicó Giovani Tomás Hernández, auxiliar de Derechos Humanos.
Agregó que el Gobierno en su informe señaló que la mina puede continuar sus operaciones, porque no se descubrieron químicos tóxicos que afecten a las comunidades y al ambiente de la zona.