De aquella estampa, que se convirtió en un hecho histórico en Guatemala, se cumplen dos años este sábado, sin que la cobertura de vacunación contra el coronavirus supere el ideal 70% que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los países para contener los contagios. Es más, la mitad de la población guatemalteca que el Ministerio de Salud tenía previsto alcanzar aún no tiene el esquema completo.
En el grupo de los adultos mayores de 70 años, entre los priorizados y los más vulnerables a enfermar y morir, solo el 55.7% tienen dos dosis. El mayor impacto de la vacunación en el país descansa en el grupo de 50 y 69 años, que supera el 60% pero sin lograr la cobertura ideal.
La población infantil y adolescente es la menos alcanzada. Solo dos de cada 10 niños entre 6 y 11 años tienen el esquema completo, y entre los guatemaltecos de 12 a 17 años son cuatro de cada 10.
La poca disponibilidad del biológico se convirtió en una de las principales falencias del Plan Nacional de Vacunación, que tuvo errores en su implementación desde el principio. No fue por falta de recursos económicos, pues desde el Congreso de la Republica se autorizaron Q1 mil 500 millones para la compra de dosis en el segundo año de la pandemia.
Pese a tener presupuesto, la incapacidad de gestión de compra por parte del Ministerio de Salud llevó al país a ser uno de los últimos en América Latina en comenzar a inmunizar a su población contra el covid-19. Si lo hizo gracias a donaciones.
Débil gestión de compra
El donativo de 5 mil dosis de Moderna por parte del gobierno israelí fue el que permitió que Guevara González y demás personal sanitario recibieran la primera vacuna.
De ese momento para acá, dos de cada cinco dosis que se han aplicado a los guatemaltecos son producto de la buena voluntad de Israel, India, República Dominicana, España, Canadá, México, Suiza, Corea del Sur y Estados Unidos.
Las negociones de Guatemala con las farmacéuticas no prosperaron, y las dosis de Moderna, Pfizer y Astrazeneca – biológicos anticovid aprobados por agencias reguladoras internacionales como la FDA- que llegaron lo hicieron por donaciones y por la intervención del Mecanismo Covax, dirigido en parte por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 29% de vacunas compradas arribaron al país a través de la iniciativa internacional.
Al país han llegado 28 millones 394 mil 760 de dosis contra el covid-19 de distintas marcas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
El Ministerio de Salud logró una compra de 8 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, el trato millonario lo hizo con Rusia y pagó por adelantado Q614.5 millones, sin tener la logística y capacidad -cadena de frío- para distribuir el biológico en la provincia, que para conservar su eficacia es necesario mantener a -20 grados Celsius.
De acuerdo con Laboratorio de Datos, de los 839 puestos de vacunación que el Ministerio de Salud instaló a enero del 2022 en el país solo el 45 por ciento tenía la capacidad para administrar la vacuna rusa.
Las Sputnik V no solo llegaron tardíamente y en cargamentos minúsculos, lo que contribuyó al pausado avance de la vacunación, sino también hubo pérdida del biológico. Se vencieron 3 millones 963 mil 44 dosis, por las que se pagaron Q350 millones 927 mil 546, incluido el trasporte aéreo para traerlas a Guatemala.
Las dosis que caducaron aún permanecen en bodegas secas en el Centro Nacional de Biológicos, pues el Ministerio Público solicitó que fueran anticipo de prueba en una investigación relacionada con la compra de las vacunas rusas, proceso que no avanza desde mayo del 2021.
Entre pérdida del biológico y vacunas que llegan a cuentagotas -los últimos lotes arribaron en diciembre pasado-, en Guatemala actualmente hay disponibles 226 mil 841 dosis de Moderna y Pfizer para continuar con la cobertura de vacunación, que ha sido desigual.
Proceso desigual y centralizado
Hay municipios como San Lorenzo, en Suchitepéquez, en donde solo el 5% de la población tiene el esquema completo, contrario a Guatemala, Guatemala, donde, según la información oficial, la totalidad de los habitantes ya recibieron dos dosis contra el covid-19.
Los contrastes también se observan en los puestos de vacunación. Dos años atrás las filas de personas que esperaban recibir la vacuna eran extensas, actualmente la demanda por las dosis es escasa, los lugares están vacíos.
A criterio de Karin Slowing, de Laboratorio de Datos, la estrategia de vacunación contra el covi-19 implementada en Guatemala es urbano-céntrica, y se relegaron las áreas rurales. La baja cobertura en San Lorenzo es un ejemplo.
“Se requería de sensibilización de la población y del acercamiento de la oferta vacunal a las comunidades, lo que se hizo demasiado tarde”, dice Slowing.
“Le echan la culpa a la gente de no vacunarse, pero no hubo un trabajo de preparación previo para que la población recibiera la vacuna”, agrega, a lo que sumó la desinformación que llevó a la propagación de mitos sobre la inyección y al rechazo en ciertos poblados.
El resultado es el lento avance en la vacunación contra el covid-19 en el país, y no hay certeza si llegarán más vacunas. El Ministerio de Salud dijo en enero pasado que la compra de más dosis dependerá de la afluencia de personas a los puestos de vacunación. Aunque en el presupuesto del 2023 del Ministerio de Salud se incluyeron Q443.4 millones para la compra de más biológico.