La gente se empezó a congregar para la misa de cuerpos presentes, que fue oficiada por el sacerdote Fray Diego Velásquez, quien dijo que se sentía consternado y clamó por el cese de la violencia. Al partir hacia el cementerio del municipio, ya se contaba con numerosos acompañantes.
Ni familiares de las víctimas ni personas que asistieron al velatorio se atrevieron a dar declaraciones. Sin embargo, las conversaciones giraban sobre el mismo tema: exigir que se esclarezca el cuádruple crimen.
Sorprendidos
Los residentes de Utzumasate dijeron sentirse sorprendidos por la llegada de los cuerpos a su cantón, y se solidarizaron con los abuelos de las niñas, Antonio Gaitán y Yolanda Franco, quienes viven en el lugar.
Pobladores dijeron que era una familia honrada, que solía vender comida frente a su casa.
Óscar Boteo, familiar de las víctimas, demandó justicia por la muerte de estas.
“Exijo al Ministerio Público que esclarezca el hecho, que no se quede impune como muchos casos donde mueren personas inocentes”, expresó Boteo, quien añadió que su prima le contó que su hija más pequeña estaba en tratamiento porque se encontraba enferma del corazón. “Lo único que me dijo cuando la fui a visitar, hace una semana, fue que iban a operar a la niña”, refirió.
