Aún así, una de las grandes diferencias entre un virus y otro es que el de la influenza es estacional, para su prevención existe una vacuna y para su tratamiento hay un medicamento específico. En cambio, para el Sars-Cov-2 aún no se ha generado la vacuna ni el medicamento.
Aunque la temporada fría aún no se ha declarado de forma oficial en el país, médicos y epidemiólogos levantan una alerta al existir la posibilidad de tener en el ambiente dos virus igual de fuertes, tomando en cuenta que México reportó el pasado 12 de octubre al primer paciente infectado con covid-19 y AH1N1.
Además, las condiciones en el sistema de salud cambiaron este año debido a la pandemia que aún está activa y que diariamente sigue enfermando a millones de personas en el mundo. Ante este panorama, surge la pregunta de si la población debe vacunarse contra la influenza y si esta vacuna ayuda de alguna forma a enfrentar la enfermedad del covid-19.
Diferencias entre covid-19 e influenza
El epidemiólogo Erwin Calgua explica que la diferencia principal es que la influenza es estacional y aunque hay casos reportados durante el año, existe una mayor prevalencia durante los meses de octubre a febrero debido a la temporada fría que afecta al país.
Aunque el número de casos de influenza en Guatemala están muy por debajo a los de covid-19. En los últimos tres años (2017-2019) se han atendido 5,942 casos de influenza y solo en este año se ha reportado 1,575 casos.
La detección para ambos virus se hace de forma molecular con una prueba PCR, aunque también existen pruebas sanguíneas pero con menor porcentaje de certeza.
Otra de las diferencias es que el covid-19 afecta de forma leve a los niños, por el contrario, con la influenza los infantes pertenecen a los grupos de mayor riesgo.
Calgua agrega que las características de contagio y el periodo de incubación de los dos virus es similar, por lo que la forma de prevención también es igual: mantener la higiene, evitar el contacto con pacientes infectados y aislarse.
Por su parte, el neumólogo pediatra Édgar Beltetón agregó que la cantidad de niños que podrían infectarse de influenza siempre aumenta a fin de año, aunque por los factores de confinamiento provocados por el covid-19 podría hacer que se disminuyan las probabilidades de contagio en los menores.
Sin embargo, Calgua y Beltetón coinciden en que el riesgo está en padecer los dos virus a la vez y el sistema respiratorio podría no aguantar con los dos. “Una coinfección es más peligrosa, si la gente no se vacuna contra la influenza puede iniciar en el país una pandemia de influenza junto con una de covid-19”, dijo el epidemiólogo.
Calgua agrega que esta es una alerta que deberían de tener todos los países de la región para preparar a la población y que sea anuente a administrarse la vacuna.
Además, mencionan que se debe evitar saturar los hospitales.
Vacunación: sí
“Hay que verlo así: tenés dos enemigos en el ambiente, si podés protegerte contra uno te va a ir mejor. Además, con la influenza hay un medicamento que es un antiviral hecho especialmente para que mate el virus, con el covid-19 no”, resumió Beltetón.
Ante este panorama, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) informó que para este año adquirieron 600 mil dosis más, para tener un total de 1 millón 30 mil dosis para ampliar la cobertura y asegurar la vacuna a la población de riesgo.
Se espera que este lote de vacunas ingrese al país durante la última semana de octubre o primera de noviembre para que se pueda administrar durante los meses de noviembre, diciembre y enero del próximo año.
El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) también informó que en las próximas semanas tendrán a la disposición las vacunas contra la influenza y advierten que este año podrían tener una mayor demanda.
En conclusión: la población que pueda vacunarse debe hacerlo. La vacuna de la influenza no cambia el cuadro clínico del covid-19 pero protege al sistema inmunológico de un virus igual de fuerte.
El MSPAS explica que la población prioritaria para la vacunación son niñas y niños de 6 a 35 meses de edad, embarazadas, personas con enfermedades crónicas, mayores de 60 años, personal de salud con mayor riesgo laboral (contacto con pacientes), estudiantes de escuelas formadoras en salud y cuerpos de socorro.
Aunque aún no existe suficiente información para determinarlo, el MSPAS considera que si una persona padeció covid-19 puede vacunarse contra la influenza de 4 a 6 semanas después de superada la enfermedad.
Las personas que no deben vacunarse son aquellos que tienen alergia a la proteína del huevo, pollo y a cualquier componente de estos, que hayan tenido reacción anafiláctica a dosis anteriores y quienes han mostrado síntomas de convulsión en el último año.