Centroamérica es una de las regiones que más padece los embates del cambio climático, y según Raúl Maas, del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (Iarna) de la Universidad Rafael Landívar, son factores globales los que determinan cómo impactará ese cambio en la región.
Esta vulnerabilidad propia de la región se intensifica por factores socioeconómicos que los Estados no han podido resolver, como la pobreza. Distintas mediciones coinciden con que más del 50% de los centroamericanos sufren esta condición y, de este porcentaje, la mayoría está concentrada en Guatemala, El Salvador y Honduras.
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La población que padece estas limitaciones es la que más sufre ante fenómenos climáticos, ya que sus viviendas están asentadas en zonas de riesgo y a menudo pierden sus propiedades. Por esa razón, eliminar la pobreza podría ayudar a reducir la vulnerabilidad, explica Maas.
“Hay temas clave para reducir la vulnerabilidad en la región. Por ejemplo, la desnutrición crónica. Resolver este problema es clave. La inadecuada gestión de los bienes y servicios ambientales como agua, suelo y bosques acrecienta la vulnerabilidad”, insiste.