Los visitantes limpiaron, pintaron y adornaron tumbas con flores y coronas, y en algunos casos contrataron músicos para recordar a sus seres queridos. En otras partes, como Sololá y Alta Verapaz, llevaron alimentos para comerlos junto a las tumbas, donde también quemaban incienso y copal.
Otra de las tradiciones atractivas es la de San Sebastián, Retalhuleu, donde la imagen del santo patrono fue llevada en procesión al cementerio.
De esta manera, tradiciones, rituales y costumbres locales se mezclaron con la fe y duelo de los deudos.