Este escenario, según Balsells, pondrá en un callejón sin salida la administración financiera y causará dificultades para gobernar los primeros cien días.
Advirtió de posibles impactos de una crisis internacional que golpeará en los precios de bienes que exporta el país.
¿Qué escenario espera el próximo gobierno?
El nuevo gobierno entrará en crisis fiscal muy fuerte. Ingresará con una serie de promesas e impulsos, y va a encontrar muchos proyectos de arrastre, principalmente del Ministerio de Comunicaciones. Este será el resultado de una deficiencia administrativa y desorden del actual gobierno.
¿Cuáles son las áreas críticas?
La incertidumbre del presupuesto y cómo será financiado, sobre todo de la deuda bonificada —emisión de bonos— que será mayor. Esa situación va a generar un letargo de la actividad bancaria, porque esa inversión privada debería estar estimulando la economía.
Eso significará que van a necesitar más de Q15 mil millones de deuda bonificada, incluido el roll over —títulos que vencen y se vuelven a recolocar—, y ese escenario es lamentable.
Es decir, ¿persistirá el endeudamiento?
El nuevo gobierno encontrará un presupuesto que continuará con el incremento de la deuda total del país, que sobrepasará los Q130 mil millones. No es una deuda alta, pero sigue sin cambiar y premia al sector bancario nacional.
¿Cuáles serán los retos en el gasto?
Todas las entidades están requiriendo más ingresos del Estado y la recaudación que se pronostica será la misma, y solo ahí ya existe una camisa de fuerza. Eso provocará una tensión entre gasto e ingreso.
¿Qué problema identifica?
El monto del presupuesto no es la dificultad, sino que los recursos ya están atados a un porcentaje de los ingresos tributarios. Eso no hace liberar los recursos, y esa rigidez del presupuesto debe ser revisada en el futuro.
En campaña, varios candidatos afirmaron que buscarían más ingresos, pero el problema está en desatar esa recomposición del gasto, endeudamiento, pactos colectivos, situados constitucionales, etcétera.
¿Con qué mecanismos se puede resolver la crisis?
Estas respuestas las ha dado la sociedad civil con una reforma del Estado, bajo cuatro elementos: Ley Electoral y de Partidos Políticos, modernización del sector Justicia, Servicio Civil y Contrataciones del Estado.
La población está solicitando reforma del Estado y combate de la corrupción, y al atajar esa situación se pueden liberar recursos que se podrían invertir.
Si la clase política no aporta con su trabajo y todo sigue igual, lo que vamos a tener serán los resultados iguales del gasto.
En materia económica, ¿cuál es el escenario?
Hay que tener cuidado con las proyecciones de la economía, por qué el Banco de Guatemala acostumbra a mantener su proyecciones como si se tratara de un copy paste. Los expertos están advirtiendo de una recesión económica de nuevo, porque en América Latina varios países se están resistiendo, como Brasil y México.
El entorno internacional podría impactar en precios como del azúcar y del café. En el 2016 no se prevé ninguna recuperación de ciertos mercados que tienen ciclo recesivo.
¿Cómo recibirán los agentes económicos al nuevo gobierno?
Me preocupa la aversión de la ciudad a ciertos candidatos, y eso le significará al candidato ganador ir en contra del gran poder y las decisiones que se toman en la ciudad, porque de la Guatemala profunda, muchas de las decisiones se toman acá.
En la SAT, ¿qué debe hacer el nuevo gobierno?
Se debe plantear una estrategia, cambios en el Directorio y áreas de trabajo.
En ese aspecto se debe trabajar de manera intensa en las aduanas, puertos y aeropuertos. El problema en la recaudación no proviene en aduanas, sino en los puertos que son mal administrados. Me extraña que ahí no apoye el Programa Nacional de Competitividad y el Ministerio de Economía. Se necesita una nueva Ley de Aduanas, con sanciones y regulación para los agentes aduaneros.
¿Cómo se encuentra la moral tributaria?
Totalmente baja, porque se está castigando más en el impuesto sobre la renta a la clase trabajadora que a las empresas, que tienen régimen flexible.
¿Será momento para hablar de una nueva reforma?
El nuevo gobierno está en un callejón sin salida. Tiene dos caminos para financiar su gasto: más deuda o más ingreso tributario.
No puede dispararse leyes que resten ingresos como de la Inversión y Empleo, que le pueden restar ingresos que no cuentan.
¿Cómo deberá tratar los pactos colectivos?
Primero, debe existir una fuerte Ley de Servicio Civil. Lo que han planteado los candidatos es una revisión de los excesos que tienen los pactos, sobre todo la dirigencia sindical. Además, no deberá suscribir nuevos pactos, que serán más carga al presupuesto.