¿Qué ocurrió esta vez? La UNE alcanzó 1 millón 328 mil 381 votos contra los 2 millones 750 mil 847 de Jimmy Morales, del FCN-Nación.
Algunos de los diputados de la UNE encargados de mover esa maquinaria trataron de justificar el resultado. En esta ocasión, la UNE no hizo grandes cierres de campaña. Torres se limitó a efectuar encuentros municipales, con menos afluencia de simpatizantes, pero con mensajes más personalizados y enfocados en las necesidades de las localidades.
Esta estrategia requirió de que se invirtiera más tiempo, pero de alguna manera garantizó la cercanía con los electores y conocer a los nuevos aliados en la segunda vuelta. Al menos, en teoría, ese fue el objetivo de sus asesores.
La fórmula, además, aseguraba, el contacto personal “en el área rural, con ese voto duro y escondido”. La UNE decidió virar hacia ese mecanismo, en medio de lo que sus diputados llaman una campaña “atípica”, en la cual no se hicieron los tradicionales anuncios de alianzas partidarias a voz en cuello y en la que el factor de incertidumbre fue una constante.
Una logística infalible
La misma maquinaria que años anteriores había probado su eficacia volvió a funcionar en la primera vuelta de septiembre de este año: la UNE sumó casi un millón de electores.
Diputados encargados de coordinar el plan tenían claro al principio de la jornada previa al balotaje que la meta era superar aquella cantidad de votantes. Esa sería la prueba contundente de que la logística que ha caracterizado a la UNE había funcionado una vez más. De lo contrario la respuesta estaría en el fracaso de los acuerdos locales en los que Torres se había esmerado tanto en los dos últimos meses.
Sí, el éxito dependía en buena medida de apoyarse en liderazgos que no eran de la UNE. Pero la tarea se dificultó en las localidades cuyo alcalde apoyó a un candidato y la base partidaria a otro. Pero, para algunos miembros del comité ejecutivo, estas explicaciones no son convicentes.
Los distritos claves para la UNE no dieron los resultados esperados, ya con el 100% de los votos contabilizados, como San Marcos, en donde el partido obtuvo 95 mil 807 votos y 144 mil 211 votos a Morales; Huehuetenango, 104 mil 930 votos contra 126 mil 194 de Morales. En el caso de Quiché y Alta Verapaz, Torres superó por poco a Morales en la cantidad de sufragios. En estos departamentos, la UNE dominó en la primera vuelta.
A todos estos factores se suma, según integrantes del comité ejecutivo, el retiro del apoyo en segunda vuelta de un ala del sector privado.
Tres días antes de las elecciones, Orlando Blanco, uno de los hombres de confianza de Torres, se resignaba a aceptar que los resultados podían ser desfavorables. “Lo que tenemos son los 33 diputados trabajando en el interior. Ganando o no ganando, la UNE es un proyecto viable. Por primera vez hay un partido serio, entró en crisis, se reconstruyó y es el más grande del país”, comentó.