¿Cómo llega Guatemala a este proceso y qué podemos esperar?
Brunori: Es un proceso atípico, y por ello la oficina desplegó nueve equipos en seis departamentos, incluido Petén, para observar que no haya violación a los derechos humanos y sobre todo prevenir la violencia, en estricta coordinación con la Procuraduría de los Derechos Humanos.
Wong: De parte de la Usac tenemos este nuevo observatorio democrático, con 7 mil 850 personas a nivel nacional que observarán en la capital y en 21 centros regionales el desarrollo de las elecciones. Es un proceso atípico que no se ha visto en 70 años. Queremos dar la certeza de que las elecciones se dan en un ambiente con claridad, apoyar al TSE.
¿Debería ser una preocupación que algunos no vean con buenos ojos el proceso electoral?
Brunori: Mientras las instituciones del Estado, en especial el TSE, mantengan la fecha, la ONU respeta las decisiones. Son legítimas las preocupaciones de la población. La presencia de la Oficina desplegada en el campo servirá para garantizar los derechos de los que quieran ir a votar y de los que no quieran acudir. El debate seguirá, no termina con las elecciones.
Wong: Tenemos que apoyar el despliegue. Consideramos que sí hay cien mil personas en la Plaza que manifiestan y piden que no haya elecciones en estas condiciones, pero hay desinformación. La trashumancia, por ejemplo. Muchas personas no saben que si la persona está en el padrón debe votar en donde está registrada. Hay otras formas de fraude, como el carrusel, así le llaman cuando los partidos consiguen una boleta, la marcan y le indican a la persona que esa es la boleta con la que votará y que les lleve de vuelta la nueva boleta. Es una manera de garantizar el voto, pero también la fotografía, la falta de energía eléctrica, pero confiamos en que las cosas saldrán bien y será una fiesta cívica, a pesar de las sombras.
¿Tienen información de si se han registrado conflictos electorales en algunas regiones?
Wong: No hemos registrado como tal. Se coordinará con la Oacnudh. No podemos pedirles a los observadores que tomen foto a quienes tomen fotos a votantes, no pueden dar declaraciones, solo lo hace el rector. Esperamos que la población lleve todo con tranquilidad.
¿Dónde tendrían las autoridades que poner más atención?
Wong: Hay que tener especial atención. Nosotros tenemos monitoreados 275 municipios y son 75 los que han registrado conflicto en elecciones anteriores. La pregunta principal es quién gana con que haya elecciones y quién con que no haya. Tenemos que poner atención a esos lugares, más que todo por la posible desinformación. A veces les dicen a votantes que hay cámaras ocultas que vigilarán el voto y que así sabrán —los partidos— que no votaron por ellos, pero la gente desconoce que no puede ser.
Brunori: Estaremos en Huehuetenango, San Marcos, Alta Verapaz, Quetzaltenango, Izabal y Petén. Estamos para prevenir y no reparar daños. La idea es que a través de la presencia se bajen los tonos. La OEA tiene más de 70 observadores, la PDH también desplegó gente. Habrá presencia importante, y eso es bueno para el proceso democrático. Si hay inconformidad recomiendo denunciar a las autoridades. La PNC también se desplegará; la responsabilidad de la seguridad es del Estado.
En el sentido de la conflictividad, con el repudio que hay hacia la clase política y con el despertar ciudadano en la provincia. ¿Esto podría incidir en la violencia?
Brunori: Es un despertar sin precedente, lo veo como una oportunidad y no un problema. El Estado debe dar respuesta. Hay demanda de reforma electoral, de transparencia. Este proceso es un despertar de Guatemala, un nuevo despertar. Espero que no se lleguen a dar problemas, pero seguramente no vendría por este movimiento ciudadano.
¿Podrían ser los partidos o fuerzas oscuras las que violentarían el proceso, más que el ciudadano que se hartó?
Wong: Las cien mil personas que manifestaron en la Plaza van a estar expectantes para ver quién sale elegido como presidente; quien sea investido el 14 de enero será muy fiscalizado por la población. Es posible que este contexto de violencia lo podemos ver en México, cuando López Obrador perdió y promovió un movimiento violento; podría decir que la violencia no sería de la gente de la Plaza, porque ya habría estallado, sino más bien de los partidos. Independientemente de quién quede, se dará un tiempo de seis u ocho meses, y si no convencen habrá movimientos como los que hemos visto.
¿Qué tanto influye la prisión provisional del expresidente Otto Pérez Molina y la captura de Roxana Baldetti?
Wong: La captura del presidente es una válvula que deja escapar la presión porque las personas están más tranquilas, porque con la manifestación lograron botar al presidente. La vice fue un trato para bajar la molestia de la persona. Entendamos este contexto, es tener una mejor idea de cómo fiscalizar las cosas.
Brunori: Veo dos cosas: una es la justicia y el debido proceso y las instituciones del Estado están a prueba. Por otro lado no se puede cambiar un país por medio de la justicia, existe un debate político que puede haber en el próximo período. Lo que ha cambiado en Guatemala es que la gente ha despertado, es algo positivo. Creemos que está la observación de la población hacia sus gobernantes para exigir cambios que sean necesarios.
¿Cómo vieron el proceso de transición de presidente?
Brunori: El MP hace su trabajo, tendrá que demostrar lo que sostiene en los tribunales. El sistema de justicia está respondiendo bien. Va avanzando. El comunicado del secretario general de Naciones Unidas apoya en toda manera posible el proceso de transformación que Guatemala necesita. Lo hemos recomendado muchas veces, es hora de pasar a la acción.
¿Cómo será la relación de la comunidad internacional con el próximo gobierno?
Brunori: ONU trabaja con la representación del Estado de Guatemala, que es el presidente. Hay una transición el 14 de enero. ONU seguirá trabajando con las autoridades legítimamente electas. Se auditarán los estándares internacionales de derechos humanos y ver que se apliquen los tratados firmados por Guatemala.
Wong: Guatemala pone el ejemplo en el mundo. Cómo es posible que un país tan violento tenga manifestaciones tan ejemplares. Los que están en peligro son los partidos, porque si se desata la violencia son los partidos los que estarán en el ojo del huracán. Hay que tener observancia sobre esos factores porque Guatemala ya despertó. La lucha empezó y no termina con que se hayan botado al presidente. Los hondureños lo están emulando.
¿Qué detonante de violencia les preocupa más?
Wong: La minería es un tema muy sensible en varios lugares, y también las hidroeléctricas. No tienen que ver nada con lo electoral, pero con la tensión que existe pueden ser detonantes. También el narcotráfico, hay candidatos declarados que son apoyados y en las redes se conoce quiénes son.
Brunori: Estaremos en Guatemala, San Juan Sacatepéquez, San José del Golfo, Mixco, Huehuetenango, en áreas críticas. Desde luego, por el tipo de trabajo que hacemos, la minería es el tema que algún partido puede utilizar para el conflicto.
Los partidos firmaron un pacto de no agresión. ¿Qué han observado al respecto?
Brunori: No tengo reportes de eso. Desde hoy hasta el martes nos desplegaremos y tendremos información sistematizada, pero sí tenemos información de agresiones a defensores de derechos humanos en Huehuetenango.
Wong: Estamos muy preocupados por los partidos políticos. Hay gente que defiende a un partido, y otros, a otros, y se enfrentan por apoyar a un candidato.
Ha habido muchos conatos de confrontación. Hay que dar ejemplo en el mundo.
¿Qué llamado hace cada uno como representantes de misiones observadores?
Brunori: Que los guatemaltecos decidan si quieren o no votar y por quién. El proceso no termina con el voto, no puede retroceder, solo puede ir para adelante. Algunos hablan de refundar el Estado.
Desde los acuerdos de paz hay temas estructurales que no han tenido respuesta, hay una ciudadanía que reclama.
Wong: Sigamos haciendo las cosas como las hemos hecho. Confiamos en el pueblo guatemalteco. Sabemos que la mayoría son partidarios de un proceso en paz, sin mayores problemas. Estaremos en las calles para que el proceso se dé con la mayor legalidad posible, porque no tenemos problemas con la democracia, sino con la corrupción. Que vayan a votar o si lo desean se queden en casa, pero que dejen que los demás, en forma pacífica, voten.