Aficionados de Colombia celebran en las gradas de la Copa América 2024.

El poder del fútbol: Cómo el deporte rey olvida y evidencia problemas culturales

30 de junio de 2024

Noventa minutos, once contra once, dos tiempos de 45 minutos. Gana el equipo que más goles anota. Son 17 reglas básicas, algunas relacionadas con indumentaria, tiempo de juego y otras más específicas con situaciones que se pueden dar durante el juego.

Desde los partidos que cada barrio organiza hasta los duelos más importantes a nivel mundial, el futbol trasciende un aspecto meramente deportivo. Es una combinación de factores sociales, económicos, de identidad, históricos, y  mueve masas. 

En una ocasión preguntaron al expresidente chileno Salvador Allende que describiera en dos palabras la mayor y la peor tragedia, a lo que respondió sin pensarlo mucho “el gol y el auto gol”.

A toda hora 

Nada mejor para un amante de futbol que un mes de intensa actividad de torneo de selecciones. Cinco  partidos por día es un sueño como ha venido sucediendo estos días con la celebración de la Eurocopa y la Copa América.  Qué decir de los partidos de torneos continentales en días hábiles, como la Champions League, y el fin de semana torneos de liga. Cada vez más futbol,  más demanda, más necesidad de consumo.

"Los migrantes se reúnen cada fin de semana para ver partidos de Guatemala como una forma de mantener un vínculo con el país que extrañan".
Hugo Maúl, economista


Una de las figuras más representativas en la actualidad es el francés Kylan Mbappé. El es capitán de la selección de su país y reciente fichaje del Real Madrid, pero abrió el debate ya que no podrá jugar con los galos en los próximos Juegos Olímpicos. ¿La razón? El equipo español tiene programada una gira por Estados Unidos y su prioridad es llevar a las estrellas. Por aparte, una temporada normal en Europa inicia en agosto,para terminar en mayo. Los tiempos se reducen cada vez más. Hoy se programan juegos en temporada de Navidad y Semana Santa con un promedio de cerca de 100 partidos entre pretemporada, liga, torneos continentales o compromisos con selección. A eso se suman viajes, concentraciones y compromisos publicitarios.

Pep Guardiola, técnico del Manchester City, afirma que más que entrenadores, hoy se debería hablar de “gestores de equipos profesionales” que buscan dosificar los espacios de dos a tres juegos por semana, para evitar lesiones y tratar de aprovechar el recurso humano y hacer al equipo lo más competitivo posible.

En medio de esa vorágine de actividad física, ¿puede mantener un jugador su ritmo al más alto nivel? Dwight Pezzarossi, exseleccionado y técnico guatemalteco, considera que un jugador que no tenga períodos de descanso entre partidos y entrenamientos puede incidir en bajo rendimiento y hasta lesiones. “Creo que el futbolista actual está más acostumbrado a jugar más partidos en menos tiempo; los planteles son más amplios, ahora hay más cambios. Hay que dosificar los tiempos para manejar el estrés competitivo”, indica al tiempo de subrayar que no solo es el cansancio, sino también el desgaste mental que sufre, por lo que ahora se trabaja en eso.

Pezzarossi amplía el análisis desde la perspectiva de un plantel. “Hay jugadores que están con sus equipos y con selección, otros juegan algunos minutos. Un técnico tiene que planificar esto al momento de conformar un plantel y observar los compromisos que vendrán. Incluso selecciones de edad limitada que pueden quitar jugadores”, precisa.

Futbol y sociedad

El jogo bonito   o juego hermoso brasileño, la naranja mecánica de Países Bajos, la garra charrúa, el orden alemán, el catenaccio italiano. Estas son expresiones que caracterizan a las potencias futbolísticas del mundo. Pero junto a ello, ahora el mundo también estuvo pendiente de aspectos como la conformación étnica de los equipos.  
Francia, por ejemplo,  campeona mundial  de 1998, tenía una plantilla donde la gran mayoría de jugadores eran  descendientes de migrantes o de colonias asiáticas y africanas.

 Más allá de la cancha, el equipo, la camisola, marca una identidad, una relación que se hereda de generación en generación. Hay contrastes interesantes como el hecho de que  para un vasco es impensable no apoyar al Athletic de Bilbao o a la Real Sociedad, mientras  los ingleses no transmiten futbol de ningún lugar en el horario que hay Liga Premier.

En algunos casos, el futbol se convierte en algo propio, opina  Juan Mascardi, periodista argentino y docente de la Universidad Abierta Iberoamericana de Rosario. Opina que el futbol en Argentina es como el asado del domingo, como el abrazo materno antes de ir a dormir. Como una porción de identidad que se dirime en los actos más cotidianos y simples de la vida. “Para algunos, es una religión, las únicas alegrías verdaderas y sinceras, porque ese sentimiento se adquiere desde la cuna y se fomenta en la vida a través del afecto y el cariño”, remarca. Añade que por eso se habla siempre de pasión;  cualquier niño  de barrio siente algo por esos colores que lo atan con la infancia, y ese es un patrimonio que se lleva de por vida, recuerda.

En sociedades donde predomina la fe católica los aficionados invocan el poder divino para que su equipo obtenga el resultado deseado.

(Foto Prensa Libre: EFE)

Esto lo reafirma Yan Yanin López, catedrático universitario de Ciencias políticas, quien  considera que el fútbol también muestra elementos propios de los países.

Para López, el futbol no es solo geografía, sino geopolítica, geoeconomía y geocultura. Una selección no está integrada por las lealtades nacionales de sus jugadores, sino por los futbolistas que tienen el pasaporte que les permite jugar con determinado equipo.

 Si una sociedad reconoce a sus otros, ¿eso se ve reflejado en sus selecciones? López considera que la presencia de jugadores marca la rigidez o flexibilidad en las políticas de inclusión o migratorias. Las selecciones nacionales no son una expresión de cada sociedad, pero los éxitos o fracasos deportivos pueden ser un indicador estatal.


Influencia económica

Una investigación de la Red de Periodismo de Investigación de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) arroja luz sobre los cambios ocurridos, sobre todo en las últimas dos décadas, en la propiedad de los clubes de futbol europeo. 

Se ha producido una revolución en la propiedad del fútbol, con millones de euros procedentes de Estados Unidos, así como países del Golfo Pérsico o China; millones que han ido a parar a los mercados de clubes y jugadores y a estructuras de inversión y a la multipropiedad de clubes. A finales del 2023, tres de cada cuatro clubes de futbol de Inglaterra y Bélgica,  el 75 y el 71 por ciento, respectivamente, tenían al menos un accionista extranjero.


Un  éxito deportivo puede salvar o terminar de hundir la economía del país y hasta  hacer olvidar errores políticos. 

En Argentina se recuerda su primera Copa del Mundo en 1978, tal vez más que los problemas políticos y sociales que generó la dictadura del general Jorge Rafael Videla.  

Por cierto, la presencia de este jefe de Estado de facto castrense hizo que una de las figuras de aquella época, Johan Cruyff, no aceptara participar con la selección de Países Bajos, al argumentar que no estaba de acuerdo con las políticas de la dictadura.

 El futbol cambia o modifica nacionalismos, nacionalidades, identidades, momentos políticos. Puede ocultar la mala situación de un país o hacer olvidar por 90 minutos a una nación  los problemas que enfrenta.

Más ganancias

Junio, el mes en que se celebra un mundial de futbol,  era una época adecuada para  invitar a los vecinos a “ver el futbol en la nueva tele”. Del blanco y negro al color, a los controles remotos, a la imagen HD. El futbol era la excusa perfecta para unir a familias y vecinos alrededor de la televisión.  La Copa del Mundo paralizaba todo. Los tiempos cambian y hoy el deporte y el espectáculo se viven en los teléfonos, en la computadora, en plataformas. 

La llegada de Lionel Messi a la MLS hizo que Apple adquiera los derechos para la transmisión de los partidos de la liga.

Paramount tiene a la Premier, Sky a la liga española. En suma, si se desea ver futbol, hay que pagar. Y en la era de las redes sociales, se centra en dispositivos personales. Ya no se  necesita de televisores grandes, pues en el trabajo, en el bus, en el gimnasio, un celular conecta con cualquier partido.


Personas asisten a un restaurante para observar por televisión la Copa América 2024 este sábado, en Ciudad de México (México).

(Foto Prensa Libre: EFE)

Una multitud de seguidores españoles ve el partido de la fase de grupos del Mundial femenino de fútbol entre España y Japón.

(Foto Prensa Libre: EFE)

Lo que antes era un negocio local, acaso regional, hoy se convierte en un fenómeno global. Abel Cruz, economista y vicerrector administrativo de la Universidad Mesoamericana, considera que un ejemplo es el Real Madrid. “La forma en que administran sus ingresos le permite pagar altos salarios a las grandes estrellas; esto lo hace un equipo atractivo para giras por Estados Unidos o Asia. En la final de la Champions los negocios de comida están repletos y los clientes llevan su camisola del equipo con el que simpatizan”, subraya. 

Esto puede explicar por  qué un clásico entre el Real Madrid y el Barcelona a veces se programa el sábado a las 6 de la mañana, horario guatemalteco, 14 horas de Madrid. ¿Buen horario? No para lo deportivo, pero sí para colocar en el mejor horario de televisión  del sábado en China, donde cada hogar que quiere ver el partido tiene que pagar cerca de US$10  para acceder a ello. 

 Juan Pablo Ramirez, docente de Ciencias económicas de la Universidad Rafael Landívar, considera que hay cuatro rubros importantes que impulsan los beneficios para los equipos: derechos de televisión, patrocinios y publicidad, merchandising y las giras internacionales.

Por alrededor de 90 minutos hay mercados directos e indirectos que viven, crecen y progresan de la mano del deporte y de su espectáculo. Su demanda genera fuentes de trabajo, desde los futbolistas que reciben grandes sumas de dinero, pasando por las personas que trabajan en los equipos o estadios, o tal vez   el lejano trabajador de una maquila que no alcanza a visualizar hasta dónde llegará la camisola que confecciona. El mundo demanda del  futbol transmisiones previas, análisis, informes de los entrenamientos, análisis de jugadas polémicas. Desea entretenerse hasta con el nuevo sistema de verificación de jugadas conocido como  el VAR.

Luis Miguel Morales, exdirector asociado de social media para FOX Deportes, dice que los medios tradicionales han sido opacados por la inmediatez de los medios digitales. “Crearon la necesidad de tener contenidos deportivos en la palma de la mano. Los medios digitales aprovechan esa necesidad para generar ingresos donde antes era impensable. El reto es crear contenido más digerible”, sostiene.

"(La era digital) creó la necesidad de tener contenidos deportivos en la palma de la mano. Los medios digitales aprovechan esa necesidad para generar ingresos donde antes era impensable. El reto es crear contenido más digerible".
Luis Miguel Morales, exdirector asociado de social media para FOX Deportes

Nuevas opciones para conectar

La tecnología  actual presenta nuevas opciones. De la televisión  y la radio se pasa a plataformas.  

 Luis Miguel Morales cree que el futuro está en la distribución de eventos deportivos en la OTT (servicios de transmisión en línea, por sus siglas en español) El usuario tendrá un abanico de opciones en las plataformas digitales a las que se tendrá que suscribir. “La misma inteligencia artificial no es ajena a esto. Debería ser una herramienta, no un sustituto, pero habrá una selva digital de oferta de contenidos”, expone. 

Para Guillermo Bonifaz, empresario, la derrama económica es importante, ya que  los negocios que  se benefician de forma indirecta benefician incluyen sectores como transporte, hospedaje, alimentación, no solo para los equipos  sino también para los aficionados que siguen las actividades.

 Lo complicado es cómo se adecúa en un entorno donde hay mucha competencia.  Bonifaz considera que el futbol compite como espectáculo. Si no es atractivo para su mercado objetivo, puede verse vulnerado. “Los mercados tradicionales y los nuevos deben generar la mejor experiencia para el consumidor. Esto incluye no solo la calidad del espectáculo. A ello se suma la seguridad, las facilidades para asistir a los eventos”, dice. 

De espacios amplios y crónicas en los diarios, las emotivas narraciones por radio y los avances tecnológicos en televisión al consumo multimedia que hoy se tiene minuto a minuto. El futbol genera información y crece a cada momento un público ávido de  consumo. Mientras haya demanda habrá oferta, y los medios y la tecnología lo saben.

Un aficionado escocés visiblemente conmovido asiste a un partido de fútbol del Grupo A de la Eurocopa 2024 entre Escocia y Hungría.

(Foto Prensa Libre: EFE)

El docente Juan Pablo Ramírez indica que el deporte logró posicionarse en un mercado como Estados Unidos desplazando a disciplinas tradicionales como futbol americano o el béisbol. Llevaron figuras como David Beckham, Zlatan Ibrahimovic o Lionel Messi. Introdujeron calidad deportiva con historia  a la inversión en infraestructura y en especial desarrollo del talento en jóvenes.

 Sostiene que China hizo del futbol una política nacional con el fin de convertirse en una potencia mundial. Sin embargo, el desarrollo del deporte la llevó a buscar herramientas de software, lo cual permitió al país mejorar sus relaciones internacionales.

Los países del Medio Oriente encontraron en el futbol alternativas para economías por completo dependientes del petróleo. Qatar potenció su economía al ser sede de la Copa del Mundo 2022. Los inversionistas árabes llegaron a ligas como la inglesa y española,  alrededor de una pelota, agrega. 

Hay otros elementos que inciden, como el mercado de la nostalgia de los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos. A esto se refiere Cruz al exponer que estos se reúnen para ver los partidos de sus equipos. En Guatemala, al menos el 98 por ciento de los hogares tiene más de un celular. “Se necesitan contenidos, no se diga con un mercado como el latino en Estados Unidos. Los migrantes se reúnen cada fin de semana para ver partidos de Guatemala como una forma de mantener un vínculo con el país que extrañan”, dice.  Alrededor de un plato de frijoles se ve el juego del equipo que se sigue, más que por el interés deportivo, por la nostalgia, asegura.

ESCRITO POR:

Juan Francisco Romero

Juan Francisco Romero

Periodista, colaborador especial para Prensa Libre.

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