Elecciones Generales Guatemala 2023

Fitch se pronuncia por las elecciones en Guatemala y resalta débil gobernabilidad

La agencia de calificación Fitch Ratings dice que el resultado de los comicios no traerá grandes cambios de política macroeconómica del país.

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La calificadora Fitch Ratings se refirió a las elecciones en Guatemala. (Foto Prensa Libre: María José Bonilla)

La calificadora Fitch Ratings se refirió a las elecciones en Guatemala. (Foto Prensa Libre: María José Bonilla)

En un comunicado publicado en su página web la noche de este jueves 24 de agosto, Fitch Ratings indica que es poco probable que las elecciones presidenciales de Guatemala conduzcan a cambios importantes en los entornos de política macroeconómica, que están anclados por un historial de conservadurismo fiscal y un banco central independiente.

“La campaña electoral puso de relieve las debilidades en la gobernabilidad que son una limitación clave para la solvencia soberana de Guatemala”, resaltó.

Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla de centroizquierda, recibió alrededor del 58% de los votos en la segunda vuelta del 20 de agosto, mientras que Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), ganó menos del 40%. Arévalo, un congresista y ex diplomático que se posicionó como un candidato reformista anticorrupción, había superado las expectativas en la votación de primera ronda cuando terminó segundo detrás de Torres. Asumirá el cargo en enero de 2024, recuerda la calificadora.

“Esperamos una amplia continuidad de las políticas bajo la próxima administración. Ninguna de las agendas económicas de los candidatos de segunda vuelta implicó grandes desviaciones de los entornos actuales, pero ambas incluyeron planes para aumentar el papel del estado en la provisión social. El plan de Arévalo prevé un aumento sustancial en el gasto social, financiado por el aumento de la recaudación de impuestos a través de mejoras administrativas en lugar de aumentar las tasas impositivas, así como un cierto aumento en el endeudamiento. Esto implica un aumento proyectado del déficit fiscal del gobierno central a 2,9% del PIB para 2025 desde el 2,1% actual (en los 12 meses hasta junio), y desde el 2,6% que proyecta el plan de Arévalo para 2023″, señaló Fitch.

La calificadora de riesgo agregó: “Pero esperamos que tales planes se cumplan con un fuerte conservadurismo fiscal. El establishment político de Guatemala se ha resistido durante mucho tiempo tanto a los aumentos de impuestos como a la acumulación de deuda, y las ganancias adicionales en la recaudación de impuestos a través de medidas administrativas podrían ser más difíciles después de los éxitos recientes. El gobierno ha registrado bajos déficits fiscales durante muchos años, ya que los presupuestos han obedecido los estrictos límites de financiamiento impuestos por el Congreso”.

Además, si bien la magnitud de la victoria de Arévalo en la segunda vuelta puede aumentar su capital político, Fitch resaltó que la fragmentación puede obstaculizar su agenda.

“Las elecciones legislativas del 25 de junio entregaron otro Congreso fragmentado en el que están representados 17 partidos. Vamos, liderado por el presidente saliente Alejandro Giammattei, es el partido más grande con 38 de 160 escaños, seguido por UNE (28 escaños) y Semilla (23 escaños)”, precisó.

El comunicado prosigue: “Los ajustes de políticas existentes han permitido la sólida recuperación fiscal y económica posterior a la pandemia, y nuevas mejoras en las métricas externas, que impulsaron nuestra decisión de actualizar Guatemala a ‘BB’ / Estable en febrero de 2023. La deuda soberana/PIB en 26,9% (finales de 2022) es la más baja de América Latina y una de las más bajas en la categoría ‘BB’, y se proyecta que se mantenga estable dados los bajos déficits fiscales. La administración de Giammattei pudo aprobar algunas reformas económicas para mejorar el clima de negocios e impulsar la inversión, pero las perspectivas de Arévalo para hacerlo son menos claras”.

Salida de la Cicig

Las elecciones también resaltan las debilidades de gobernabilidad de Guatemala, que han empeorado desde 2019, cuando el gobierno de Morales expulsó a una misión anticorrupción respaldada por la ONU, indicó, en referencia a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

“Los indicadores de gobernanza continuaron disminuyendo durante el mandato de Giammattei, principalmente los relacionados con el control de la corrupción y el estado de Derecho, lo que probablemente refleja el retroceso percibido en los esfuerzos anticorrupción. Los indicadores de gobernanza del Banco Mundial han caído del percentil 31 en 2010 al 26 en 2022″, precisó Fitch.

“En las elecciones de 2023, varios candidatos presidenciales fueron descalificados para presentarse por tecnicismos, y la certificación de los resultados de la primera ronda se retrasó después de las impugnaciones legales de algunos partidos políticos. La oficina del fiscal general (AG) intentó suspender el estatus legal de Semilla después de la votación del 25 de junio, y la candidatura de Arévalo fue objeto de un desafío legal. Torres aún no ha cedido formalmente mientras el Fiscal General continúa investigando el registro del partido Movimiento Semilla de Arévalo”, recordó la calificadora.

La débil gobernabilidad en Guatemala no ha tenido grandes efectos macroeconómicos, incluso durante los disturbios sociales y la volatilidad política en 2015, pero sin embargo es una barrera importante para un mayor impulso al alza de las calificaciones. Arévalo se compromete a abordar estas debilidades mediante la creación de nuevos organismos anticorrupción dentro del gobierno, la adopción de medidas para mejorar la transparencia y la reforma del Código Penal. Sin embargo, es probable que estos esfuerzos enfrenten desafíos dados los intereses creados y la fragmentación del Congreso, y podrían tomar tiempo para dar resultados, incluso si se implementan con éxito”, concluyó.