Desde hace años, gobiernos y presidentes en la región han planteado la necesidad de que los vuelos en Centroamérica sean tratados como domésticos, eliminando requisitos y trámites innecesarios para desplazarse dentro estos destinos, con lo cual, se lograría un aumento en la demanda.
Una tasa única para volar por Centroamérica y R. D.
Hay consenso en que, lo viable, por ahora, es la reducción de impuestos que integran el costo de los boletos de avión para abaratar los vuelos internos en la región. Es establecer una tasa impositiva de salida única y diferenciada de US$15 para vuelos con destino Centroamérica y República Dominicana como ya lo hizo Panamá, y es una apuesta en la que ya trabajan Costa Rica y recientemente El Salvador, indica Ronny Rodríguez, director de Desarrollo Corporativo de Volaris, una de las líneas aéreas de bajo costo que opera en estos países.
Por aparte, en la Organización Mundo Maya, a la cual Guatemala pertenece, junto a El Salvador, Honduras, Belice y cinco estados del sur de México, se viene barajando la misma idea, para reducir los costos en el boleto de avión entre estos destinos.
En la actualidad, el impuesto de salida en Guatemala es de US$30; en Honduras, US$49; El Salvador US$47 y, Belice US$50. La reducción de estos gravámenes permitiría hacer vuelos más baratos hacia Guatemala y, desde otros países del istmo, incluyendo República Dominicana dando paso a viajar a destinos más económicos y por ende mayor entrada de visitantes y mayor derrama económica.
“Los países centroamericanos presentan una oferta turística complementaria. Una reducción en tasas aeroportuarias para vuelos intrarregionales permitiría, por ejemplo, que un turista proveniente de Turquía disfrute de la oferta de sol y playa de Panamá y extienda su visita a Guatemala para experimentar la riqueza del patrimonio natural y cultural que nos caracteriza. Además, facilitaría el surgimiento de más líneas aéreas regionales, así como nuevas rutas entre aeródromos o aeropuertos regionales. Por ejemplo, una ruta Roatán en Honduras hacia el aeródromo de Quetzaltenango. Estos son ejemplos de los beneficios que traería este esfuerzo. Recordemos que no se puede concebir el crecimiento del turismo sin una fortalecida aviación comercial”, indicó Esther Brol, líder de la mesa DE Turismo de Guatemala No Se Detiene.
Es de agregar que en Guatemala, además al impuesto de salida, se suman a la tarifa de la aerolínea US$3 por tasa aeroportuaria, aparte del Impuesto al Valor Agregado (IVA). De esa cuenta, a nivel región, la tasa aeroportuaria en promedio es de US$50. Adicional a esos impuestos, de acuerdo con la preferencia del cliente, la tarifa puede incrementarse a cada quien, por servicios como equipaje o clase de asientos.
Entre los cargos que incluye el boleto de una aerolínea se mencionan los costos directos e indirectos que le representan operar en un destino, como aeronaves, equipo humano, combustibles, insumos de abordo y de tierra, entre otros a los que las empresas están sujetas en cada país. De igual manera, el margen de ganancia que la aerolínea considere apropiado dentro del cual, además, se consideran otros rubros como para ayuda social en el destino que se opera, o para medioambiente, sostenibilidad y otros, manifiesta Motty Rodas, directora Ejecutiva de la Asociación Guatemalteca de Líneas Aéreas (Agla).
¿Qué debe pasar para que los vuelos sean más baratos?
Hasta ahora, el sector turismo privado y organizado interesado en el crecimiento de sus segmentos, deberá presionar para que esta propuesta se revise y Guatemala no se quede fuera de competitividad ante los otros países de la región, advierte Rodas.
Esta reducción al impuesto de salida, a la larga, vendría a generar ingresos impositivos mayores a la merma que inicialmente estaría resintiendo el fisco y los destinos de dicho impuesto. Hay que recordar que Guatemala no solo cuenta con visitantes por turismo, sino también viajes corporativos entre otros, indica Anaité Castillejo, presidenta de la Comisión de Turismo de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).
Rolando Schweikert, Presidente de la Cámara de Turismo de Guatemala, señala que “si bien hay esfuerzos regionales, en el ámbito local es un tema de voluntad política, una iniciativa que debería liderar el Ejecutivo, el Ministerio de Economía y el Ministerio de Comunicaciones, junto con el Inguat”.
Argumenta que “los beneficios son muchos: se incrementa el turismo intrarregional, el turismo receptivo internacional que daría un gran impulso al multidestino, el número de vuelos semanales”.
Tienen que formular la iniciativa de ley e ingresarla al Congreso de la República para aprobar el decreto que establezca una tasa diferenciada, reducida y especial de US$15 para vuelos con destino a Centroamérica, siempre que la tarifa limpia de la aerolínea sea menor a US$50, indica Rodríguez.
De no hacerlo el Mineco, en todo caso, la Comisión de Turismo del organismo legislativo puede elaborar la misma. El planteamiento ya está dado, solo se requiere voluntad política y el apoyo del Congreso para empezar a hacer algo al respecto, subraya la directora Ejecutiva de AGLA.
5 vuelos semanales más compensarían recursos
En el caso de Guatemala, un cálculo inicial sugiere que la merma en el ingreso de impuestos al fisco por la rebaja de US$30 a US$15, se compensa con 5 vuelos semanales adicionales. En ese contexto, Volaris ofrece al país, operar nuevos vuelos y frecuencias para compensar la pérdida de recaudación suficientemente. “La derrama económica de nuevo turismo y de nuevos viajeros, generaría adicionalmente ingresos frescos al Estado”, asegura Rodríguez.
Si se acordara como política pública de los países de Centroamérica una tasa aeroportuaria, única y reducida de US$15, se podría generar una nueva demanda hasta ahora desatendida y se promoverían los viajes multidestino dentro de Centroamérica.
La apuesta por la rebaja del gravamen a la salida de los viajeros deviene de una propuesta del Banco Mundial (BM), a partir de un estudio presentado en el 2022 a los gobiernos del istmo.
A partir de la propuesta del BM, el paso que el país debe dar es elaborar la política pública que sustente la decisión del gobierno, la cual debe incluir un acuerdo entre los diferentes actores institucionales que reciben ingresos de la recaudación de la tasa, así como la garantía del Ministerio de Finanzas Públicas de compensar con recursos directos la reducción temporal de la recaudación fiscal actual.
De los US$30 de la tasa de salida internacional, se destina en un 33% para el Inguat; 32% para el Ministerio de Educación; 27% para la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC); 4% para el Ministerio de Cultura y Deportes y, 4% para la Comisión de Áreas Protegidas (Conap). “A la larga, perdemos competitividad con otros mercados. Lo ideal sería presentar una iniciativa de ley en el Congreso de la República para que se reduzca esta tasa”, agrega Castillejo.
Francis Argueta, director de la Dirección General de Aeronáutica Civil, respalda la propuesta de baja de tarifas, pero considera que esta baja debe ir acompañada de un cambio en la distribución de ese impuesto de salida, “para que lo que produce la aviación vaya a ese sector. La propuesta es que el 50% del impuesto vaya para el Inguat y el otro 50% para Aviación Civil. Si nosotros reducimos el impuesto, el volumen de ingresos va a ser mayor”.
