El hallazgo ocurrió en la vivienda de Domingo Cante, y Leocadio Contreras tenía puesto un gorro pasamontañas, y aunque ambos cuerpos estaban baleados en la escena del crimen no se localizó ninguna arma de fuego.
La Policía presume que Contreras llegó con otros sujetos a la casa de su primo para robar, debido a que Cante vendió la producción de café y tenía efectivo en su casa, el cual no fue localizado.
Silvestra Cruz, conviviente de Contreras, dijo que sospecha que el crimen pudo ser por un asunto sentimental entre primos, debido a que su esposo tenía relaciones con otra mujer.
Ciriaco Contreras, padre de uno de los muertos, comentó que desconoce cómo ocurrió el hecho, ya que vive lejos de la casa donde fueron localizados los cadáveres.