Hoy, en el Juzgado de Mayor Riesgo C, serán indagados 11 de 13 miembros de la estructura, investigada por el robo de unos 80 automotores en el centro y el sur del país, quienes fueron capturados en agosto último.
Escuchas telefónicas de un caso de conspiración de asesinato que fraguaban tres integrantes de la banda el Flaco —sindicados de sicariato— con un individuo llevaron a los fiscales a dar con el paradero de Álvaro Pineda Corado, el líder de la banda.
Cuando la Fiscalía comenzó su investigación, en diciembre del 2015, descubrió una estructura que recibía vehículos robados en la capital, Amatitlán, Villa Nueva, Antigua Guatemala, Sacatepéquez; Puerto San José, Escuintla; Chimaltenango, Retalhuleu y Suchitepéquez.
Sin disparos
Los sindicados no registran un solo robo de carro a mano armada, pues eran especialistas en hurtarlos, según la investigación del Ministerio Público.
Los fiscales estaban frente a una banda cuya estrategia descubrieron después de analizar 400 sesiones telefónicas y seguimientos.
En otros casos la agrupación contó con la complicidad de tramitadores y personal de la Superintendencia de Administración Tributaria de Escuintla para legalizar la documentación de los vehículos.
La banda era dirigida, según el MP, por Pineda Corado, alias el Gordo, quien públicamente era un prestamista.
Las conversaciones entre Eswin Rolando Parada Esquivel, alias el Flaco, Juan Daniel Orellana Carrascosa y Odel Enrique Leverón Morina, sindicados por integrar una banda de sicarios, llevaron a los fiscales a lo que llaman “un hallazgo inevitable”: el de Pineda Corado.
Hasta hoy solo se han recuperado nueve vehículos de los 80 que las largas sesiones telefónicas señalan a los investigadores.