El acusado, que clama su inocencia, entró sonriendo ante los flashes de los fotógrafos en la sala del Tribunal de Ried, escoltado por ocho guardianes penitenciarios. Podría ser condenado a la cadena perpetua.
Según la versión oficial del Gobierno de esa época, los prisioneros se habían apoderado del control de la prisión, resistieron disparando a la policía y combatieron hasta la muerte.
De acuerdo con la fiscalía de Ried, los prisioneros no tenían armas y fueron ejecutados a poca distancia por un comando fuertemente armado al cual habría pertenecido Javier Figueroa. La justicia austríaca considera que estaba al tanto de la preparación de esas ejecuciones.
Figueroa, que vive en Austria con el estatuto de refugiado político desde 2007, había sido arrestado en 2011 en ese país. La justicia austríaca, que no extradita a los acusados que corren el riesgo de ser condenados a la pena de muerte, se había negado en 2011 a otorgar su extradición hacia Guatemala, considerando que su vida corría peligro.
Se abrió una investigación en Austria, ya que se trata de un crimen capital, precisó en mayo de 2013 un portavoz del fiscal, Alois Ebner.
El expresidente guatemalteco Óscar Berger será interrogado como testigo en este juicio, cuyo veredicto se espera el 8 de octubre.