Lo que sería una actividad pública terminó en acto privado. Mientras Velásquez esperaba en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia, se le informó que la sesión se efectuaría a puerta cerrada, por lo que llevó su equipo hasta donde se encontraban los representantes de la Corte Suprema de Justicia, ministerios Público y de Gobernación, e Instituto de la Defensa Pública Penal.
En su discurso trató sobre el avance en casos que lleva esa entidad, como el financiamiento que haría el crimen organizado a partidos políticos, la corrupción en algunas contrataciones, trata de personas y adopciones ilegales.
Al salir de la reunión, Velásquez afirmó que la Cicig estaría anuente a continuar en el país, pero la prórroga de su mandato, que se vence este año, depende de la decisión del presidente Otto Pérez Molina.
Al cierre de la edición, representantes de la sociedad civil daban a conocer su postura sobre la permanencia de la Cicig.