Según los fiscales que participan de las diligencias, se trata de un caso por maltrato infantil y se busca establecer la situación de los menores. En el caso se desarrollan la pesquisas preliminares, por lo cual la investigación se encuentra bajo reserva.
Extraoficialmente se indica que los niños bajo el cuidado de la comunidad viven en condiciones infrahumanas, por lo que se hace necesaria la intervención de las autoridades.
Otra versión indica que las autoridades buscan específicamente a una menor que tenía prohibición de salir de Israel, y que se supone habría ingresado a Guatemala para unirse a este grupo ortodoxo.
La Procuraduría General de la Nación (PGN) se encuentra en el lugar, a solicitud del Ministerio Público. La denuncia fue presentada a la recién creada Fiscalía de la Niñez y Adolecencia.
El procurador de la Niñez y Adolescencia, Harold Flores, explicó que se trata de una demanda en la cual se manifiesta la posibilidad de que unos 50 o 60 menores de edad, de entre algunos meses de nacidos y 17 años, podrían sufrir vejámenes.
En el operativo se encuentra un médico forense, quien revisará a los menores y determinará si existen indicios de violencia en contra de ellos, aseguró Flores.
De constatarse las agresiones, los agraviados podrían ser llevados a albergues de la PGN.
Algunos judíos manifestaron su rechazo a la acción de la Policía Nacional Civil, pues les impidieron llamar a sus abogados para que estuvieran presentes en las diligencias del Ministerio Público. Incluso señalaron que algunos agentes les amenazaron con dispararles si utilizaban el teléfono.
Expulsados de Sololá
El Consejo de Ancianos de San Juan La Laguna, Sololá, decidió en agosto de 2014 expulsar del municipio a unas 70 familias de la comunidad judía, las cuales estaban agrupadas en la organización Toiras Jesed y vivieron ocho años en esa localidad.
La decisión de expulsar a los judíos fue tomada por 75 miembros del Consejo, quienes representan a las 20 comunidades indígenas de San Juan La Laguna.
El Consejo de Ancianos justificó la expulsión de San Juan La Laguna porque supuestamente los judíos intentaban cambiar el pensamiento y la cultura del pueblo, y por eso se acordó que personas en proceso de formación al judaísmo, pertenecientes a la secta Toiras Jesed, fueron denunciadas públicamente como personas racistas.
El Consejo sostuvo que el grupo realizaba algunas prácticas en contra la sana convivencia que siempre ha caracterizado al pueblo de San Juan La Laguna, por ejemplo, que no responden al saludo de los vecinos y no socializan con la comunidad.
Además, hacían inmersiones en el Lago de Atitlán sin ropa, una práctica que riñe con la cultura de la población juanera.