La religiosa, junto al italiano Samuelle Corbetta, quien había llegado como voluntario al centro educativo, fueron detenidos poco después de los hechos a petición del Ministerio Público (MP).
Según las investigaciones de la Fiscalía, la religiosa salvadoreña encubrió los abusos de Corbetta, quien en julio último fue condenado a ocho años de prisión por abuso sexual.
Entre las pruebas contra el italiano figura una denuncia en la que amenazó con dar muerte a los padres de la menor si lo acusaban ante la justicia.
El establecimiento educativo donde se cometieron los abusos está ubicado en San Lucas, Sacatepéquez.