Guatemala

Delitos electorales no reciben justo castigo

Más allá del financiamiento ilícito de las campañas, una de las principales dificultades que enfrenta el sistema electoral guatemalteco es la pobre regulación para sancionar los delitos electorales, tanto de forma administrativa como penal, resaltó ayer la Cicig.

Durante Semana Santa, los partidos políticos aprovecharon para promocionarse y la sanción por campaña anticipada fue débil. (Foto Prensa Libre: hemeroteca PL)

Durante Semana Santa, los partidos políticos aprovecharon para promocionarse y la sanción por campaña anticipada fue débil. (Foto Prensa Libre: hemeroteca PL)

Iván Velásquez, jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), afirmó en la presentación del informe El financiamiento de la política en Guatemala, que el país es propicio para cometer delitos electorales sin tener ninguna consecuencia.

“Esta situación, sumada a una difícil implementación por parte de las instituciones, ha resultado en la existencia de muy altos niveles de impunidad electoral”, afirmó el Comisionado.

Destacó que, del 2007 a mayo del 2015, el Ministerio Público (MP) solamente ha conocido 326 denuncias, y de estas, un número muy inferior ha recibido un tratamiento que permita tener salidas procesales positivas.

“En relación con el padrón electoral, se confirma que el número de denuncias es proporcionalmente bajo, motivo por el cual es posible inferir un notable subregistro de delitos electorales”, destacó Velásquez.

No hay denuncias

Por los registros tan bajos de los últimos años, Velásquez precisó que “podría decirse que no existe en Guatemala una cultura de denuncia de delitos electorales”. Como ejemplo citó: “Excepto la formulada ayer, no hay denuncias por financiamiento ilícito en los ocho años examinados en el MP”.

“Hay una alta impunidad en delitos electorales, cifras que oscilan entre el 95 por ciento y el cien por cien de impunidad; es decir, Guatemala es un país propicio para cometer delitos electorales sin ninguna consecuencia”, afirmó Velásquez.

Debilidad institucional

En el informe, la Cicig resaltó que en el 2010 el Congreso aprobó el delito de promoción, propaganda, campaña o publicidad anticipada, y que “lamentablemente, este tipo penal fue declarado inconstitucional por sentencia de la Corte de Constitucionalidad del 27 de febrero del 2011, imposibilitando de tal forma el accionar sancionatorio de las instituciones de justicia penal y facilitando la continuidad de estas prácticas de las organizaciones políticas, las cuales son lesivas al principio de transparencia y a la democracia”.

Otro ejemplo es la falta de controles para garantizar que los partidos no gasten más de lo autorizado en un proceso. Es por ello que en los comicios del 2011, con dos excepciones, todos los partidos que participaron gastaron más de lo que reportaron como ingresos.

“De acuerdo con el Tribunal Supremo Electoral, más de Q300 millones no fueron reportados como ingresos de los partidos y fueron empleados en la campaña electoral”, dijo el Comisionado.

Resaltó que tres partidos fueron los que superaron el límite de gastos establecidos por la Ley y dos de ellos fueron los que más votos obtuvieron en las elecciones para la Presidencia y la Vicepresidencia.

Urgen reformas

Afirmó que el régimen de sanciones es muy débil y resulta insuficiente, por lo que la Cicig afirmó: “Debe apoyarse la aprobación del proyecto de reformas para el fortalecimiento del régimen político electoral del Estado de Guatemala presentado por el TSE al Congreso, el cual contiene modificaciones a la Ley Electoral”.

“Consideramos que estas reformas constituyen un paso importante para la transformación del sistema electoral”, aseguró.

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