Justicia

Falta de policías hace sufrir a la comisaría 12 para controlar la ola de homicidios y extorsiones

La Comisaría 12 de la Policía Nacional Civil tiene asignados más de mil agentes en 55 subestaciones repartidas en 5 zonas de la Ciudad de Guatemala y San Pedro Ayampuc y Chinautla. Se enfrenta a extorsiones, asaltos y narcomenudeo.

|

El mercado La Parroquia, zona 6, fue cerrado el 22 de marzo pasado, debido a extorsiones. Un día después abrieron con más apoyo de la Policía Nacional Civil. (Foto Prensa Libre: Roberto López)

El mercado La Parroquia, zona 6, fue cerrado el 22 de marzo pasado, debido a extorsiones. Un día después abrieron con más apoyo de la Policía Nacional Civil. (Foto Prensa Libre: Roberto López)

Los hechos delictivos en la demarcación que tiene a su cargo la Comisaría 12 de la Policía Nacional Civil (PNC) causa dolores de cabeza a la institución y mantiene en vilo a la población que demanda mayor seguridad en cuatro zonas de la Ciudad de Guatemala y otros dos municipios donde tienen cobertura.

Es la Comisaría con mayor incidencia criminal en el inicio de 2023. De hecho, suele serlo en los años anteriores, según las estadísticas, pero en esta ocasión preocupa porque la ola de criminalidad ha alcanzado no solo a comerciantes, sino a vecinos de las colonias y asentamientos.

De hecho, en esta demarcación están dos centros de detención preventiva que en muchas ocasiones les causan problemas de inseguridad.

La cobertura de la Comisaría 12 es amplia porque abarca las zonas 6, 18, 17, 24 y 25, donde reside un tercio de la población total de la capital del país.

De acuerdo con el Censo de 2018 del Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Ciudad de Guatemala viven 1 millón 221 mil 739 personas. De ellas, en las zonas descritas, suman 533 mil 285 habitantes.

Además, también se ocupan de la seguridad de los municipios de Chinautla y San Pedro Ayampuc, en donde, según el Censo 2018, hay 125 mil 342 y 68 mil 954 personas, respectivamente.

El Ejército y la PNC han llevado a cabo patrullajes combinados desde inicios de año en la zona 18, que alberga unas 300 colonias y asentamientos. Además, lo han hecho en San Pedro Ayampuc, que cuenta 16 colonias, 14 aldeas y 21 cantones y caseríos.

En la actualidad la Comisaría 12 ocupa el primer lugar del ranquin de estaciones con 69 homicidios hasta el 12 de marzo. 42 de esos crímenes ocurrieron entre las 16 y 24 horas, según un informe oficial.

En 2020 fueron 51 homicidios, mientras que, en 2021, 67, en este mismo periodo. Ese análisis oficial al que tuvo acceso Prensa Libre revela que ha habido un aumento del 3% en comparación del mismo periodo del 2022.

Las autoridades reconocen el repunte de criminalidad en esta demarcación. El ministro de Gobernación, Napoleón Barrientos, asegura que se han hecho algunos ajustes en las subestaciones para mejorar los patrullajes y operativos en esa demarcación.

“Lo que siempre le pedimos a la población es que denuncie los hechos. La pueden hacer en forma anónima a través del 1561 de Crime Stoppers”, argumentó.

Las denuncias sobre el robo de vehículos, motocicletas, asaltos a mano armada y extorsiones, aumentaron, eso sí, según las estadísticas oficiales.

Pero junto con ello también se incrementó la organización de las personas ante la falta de elementos de la PNC para cubrir esa jurisdicción.

La sede de la Comisaría 12 está en la colonia Llano Largo, zona 25, sobre la ruta al Atlántico. De esta se desprenden 55 subestaciones que están distribuidas en las áreas de cobertura. El total de agentes asignados suman mil 686 activos.

Estos agentes, en las últimas dos semanas, se han enfrentado a una serie de incidentes violentos que se han cobrado la vida de personas, incluido el de un vendedor del mercado La Parroquia, zona 6, que obligó a las autoridades a reforzar la seguridad con más agentes y más patrullajes.

El domingo 12 de marzo, según los comerciantes, asesinaron a un vendedor, miembro de la junta directiva del mercado, que tenía muchos años de trabajar en La Parroquia.

Ese día asesinaron a sangre fría a Manuel Chiroy Julajuj, de 67 años, quien, según testimonio de sus conocidos, fue acribillado por delincuentes en su casa.

Se lo habían advertido antes, dijeron, y fue por negarse a pagar extorsión, explicaron. La PNC y el Ministerio Público (MP) investigan el hecho.

Algunos vendedores reconocieron que les están cobrando entre Q250 semanales, pero hay otros que aseguran que les piden hasta Q1 mil en ese lapso. La PNC y el MP no tienen denuncias formales, pero sí de oficio e indagan sobre ellas.

“Esto se hace difícil de conseguir, y por eso solicitamos a la PNC que actúe”, aseguró una vendedora que omitió su nombre por el temor. Otro más asegura que esto no había pasado como ahora. “Éramos el único mercado que no sufría por eso, porque estamos organizados muy bien, pero el crimen de don Manuel asustó a muchos”, relató.

El 22 de marzo optaron por cerrarlo, debido a que las amenazas aumentaron y dos presuntos pandilleros, a quienes les atribuyen los hechos, regresaron para amedrentar a otros vendedores.

Esa vez los comerciantes reaccionaron y los extorsionistas tuvieron que huir y dejar abandonada la moto en donde se conducían. Los Bomberos Voluntarios llegaron para atender a algunas personas con crisis nerviosa.

El 18 de marzo, en la 10 calle y 12 avenida de la zona 6, colonia Martinico II, un grupo de pobladores linchó a un sujeto de unos 25 años.

Los vecinos lo rociaron de gasolina y le prendieron fuego bajo la acusación de haber asesinado a un vecino tras un asalto. El domingo 19 de marzo Marvin Alberto Díaz Camey, de 18, murió en el Hospital San Juan de Dios, a donde había sido trasladado.

Otro caso parecido, ocurrió en ese mismo 18 de marzo, pero en el sector 3, Santa Lucía Los Ocotes, zona 25. Un ataque armado se cobró la vida de un hombre y dos más resultaron heridos.

El perpetrador del ataque fue rescatado por la PNC porque amenazaban con lincharlo. Estos incidentes, sumado a la presunta extorsión de vendedores del mercado La Parroquia, hicieron que las autoridades reforzaran la Comisaría 12.

Para el especialista de análisis criminal, Mario Bosos, el caso de la comisaría 12 no es nuevo, aunque ahora cobra relevancia porque los delincuentes han afectado a un mercado que antes no lo había permitido.

“Históricamente esta comisaría, con la de Mixco, han estado dentro de las que más incidencia criminal reportan”, explicó Bosos.

Esa incidencia al alza, según el analista criminal, puede tener su origen en un reacomodo de parte de algunas clicas de pandillas que tienen el control territorial en ese sector.

“Está muy bien marcada la territorialidad de las clicas en el sector. Veo que hay patrones repetitivos de las pandillas, especialmente del Barrio 18, al momento de cobrar extorsiones o cometer asaltos”, aseguró.

En su experiencia analizando las operaciones de las pandillas, Bosos dijo que el mercado La Parroquia, donde ahora sufren acoso de extorsionistas, “es como una frontera entre la zona 2 y 6, y entre las dos pandillas, el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS13).

“Barrio moderno en la zona dos y el cerrito El Carmen, lo controla la clica Carmen Lokotes de la MS13”, reveló el especialista.

Agregó que en la colonia Martinico, buscando Quintanal, San Julián, Jocotales, todo el sector propiamente de Chinautla es territorio del Barrio 18, incluido Palencia, San Pedro, Ayampuc y la zona 18.

Ese mercado, aseguró Bosos, es una línea divisoria entre ambas organizaciones criminales. “Todos los buses extraurbanos salen de ese mercado y van a Chuarrancho, Chinautla, Palencia, San Pedro Ayampuc, y todos tienen pagos extorsivos.

“Los buses que llegan del extranjero o van a Palencia y San Pedro Ayampuc, y que pasan sobre el puente Belice, según los análisis hechos, pagan extorsión a la MS13”, explicó Bosos.

Pero ya en otros sectores, añade el analista, la que se encarga es el Barrio 18. “Sin duda que esas acciones les ha dado rentabilidad y no quieren desprenderse de ello. Quizás hubo alguna ruptura entre ambas maras y ahora pelean por el territorio”, refirió.

Para Bosos lo interesante del caso La Parroquia es que no había habido denuncias de extorsiones porque tienen una junta directiva bien organizada, activos y que se acerca a las autoridades.

La muerte del comerciante fue un mensaje para amedrentar, sentenció Bosos. “Podría ser un mensaje, pero aquí también hay que trasladarle un mensaje a los locatarios que deben denunciar los hechos para descartar que estos eventos los aprovechen otras personas diferentes a las pandillas”, sugirió.

Aunque para Bosos, por el modo de operar, el Barrio 18 es quien está detrás de las extorsiones en el mercado La Parroquia.

Sobre las debilidades de la PNC y la Comisaría 12, el especialista plantea que la extensión territorial es un serio problema que se debe resolver.

“Pero no se trata solo de la cantidad de personal, sino también del apoyo que puedan brindar otras unidades de la PNC como la Policía de Mercados.

Las autoridades deben reforzar los patrullajes, crear planes a futuro para combatir la criminalidad, y usar mucha más inteligencia civil y criminal para capturar a quienes delinquen en el sector, refirió Bosos.

El crimen del comerciante es un ejemplo que los delincuentes vigilan, persiguen y ejecutan. “A él no lo mataron en el mercado, pero fueron y lo buscaron en su casa. Eso es terrible”, aseveró.