El ataque enardeció a los vecinos, quienes capturaron a siete supuestos implicados en el crimen, a quienes golperaron y luego entregaron a la PNC. Los agentes trasladaron al grupo a la subestación de Río Dulce, a 63 kilómetros del lugar del hecho.
Posteriormente, otro grupo de pobladores llegó a la subestación de El Estor, para linchar a los supuestos responsables de la muerte de Molina Toc.
Al no conseguir lo que buscaban, saquearon y quemaron las instalaciones, destruyeron expedientes, quemaron dos autopatrullas y una motocicleta, lo cual dejó sin agentes a El Estor.
Tercera ocasión
Esta es la tercera ocasión en la que las instalaciones de la PNC son destruidas en El Estor, por lo que Raúl Estrada, gobernador de Izabal, dijo que los agentes no regresarán hasta que la población se comprometa a dejar de intervenir en el trabajo de la Policía.