El ahora fugitivo fue ingresado el pasado 21 de enero al hospital por úlceras en las piernas; se escapó por el sótano del centro asistencial cuando ingresó una ambulancia a la emergencia, informaron las autoridades.
Soto señaló que el reo era custodiado por dos agentes del SP, dijo que la fuga evidencia los problemas que tiene esa institución para controlar a los reclusos y el riesgo que implica para el personal del hospital y pacientes que sean atendidos en dicho lugar.
El director precisó que en el hospital hay cuatro reos más, y que el SP solo asigna dos custodios por cada detenido, cuando deberían de ser ocho elementos.
Soto habló que el Sistema Penitenciario y el Organismo Judicial deben revisar los trasladados de los presos a los hospitales nacionales porque en muchas ocasiones los trasladan sin orden de juez ni hoja de referencia.
Agregó que esto afecta la atención del mismo reo y aumenta el riesgo de fuga. Señaló que el año pasado recibieron a 277 reclusos, este año han atendido a 63, de los cuales el solo 10 por ciento presentó orden de juez y una hoja de referencia.
El médico explicó que aunque recibir reos pone en riesgo al personal y pacientes, están obligados a hacerlo porque si no acatan una orden de juez tendrán problemas legales, o la Procuraduría de los Derechos Humanos los señala de violar los derechos humanos.
“Yo no estudié para ser guardia de seguridad o de preventivos, si no estuviera en el Sistema Penitenciario tal vez. Soy director del Hospital Roosevelt, porque soy médico, y los médicos que estamos aquí, somos personal de salud, no somos policías”, dijo el director del Roosevelt.
Quejas
Algunas de las denuncias —señaladas por el director— son que los custodios salen en grupo a ingerir sus alimentos y descuidan a los reos, además que personal médico y enfermeras se quejan de que tanto reos como policías son groseros, a veces tocan a las mujeres o les dicen palabras soeces; además el personal les tiene miedo.
Recordó que el año pasado denunciaron algunas extorsiones de reos al personal.
Otra de las denuncias es que algunos reos incluso llegan a drogarse en sus camas, con sustancias que los familiares les llevan.
Agregó que hablará con el nuevo director del Sistema Penitenciario y jueces para buscar resolver este tema que es una responsabilidad de ellos, ya que no es justo que a ellos los pongan en aprietos cuando no aceptan reos.
“Llame a principios de enero al subjefe del Sistema Penitenciario, le pregunté sobre las clínicas y a las dos horas me llamó porque no sabía que existían las clínicas, entonces estamos o no estamos”, explicó Soto.