Vivar Marroquín y otras 10 personas son sindicados de pertenecer a una red criminal dedicada a defraudar millones de quetzales del erario.
En su testimonio en el Juzgado Primero B de Mayor Riesgo, Asencio señaló a unas seis personas que pertenecen a la CGC, entre jefes y empleados, unos asignados a la Municipalidad de Antigua Guatemala y otros ubicados en la zona 1 capitalina.
Vivar Marroquín los habría convencido para que escondieran las irregularidades que cometían en la autorización de los proyectos, y que en sus auditorías reportaran que los gastos de ese ayuntamiento estaban en regla.
“En una ocasión el alcalde me obligó a que le llevara Q30 mil a una persona, con la que nos reunimos en una gasolinera de San Lucas Sacatepéquez. A otra persona le llevé el paquete con dinero y documentos a la zona 1”, afirmó.
Los contralores también pidieron, a cambio de su silencio, que Vivar Marroquín les otorgara plazas para sus familiares. El jefe edil cumplió y les proporcionó empleo en Catastro y en el área del Impuesto Único Sobre Inmuebles.
Prensa Libre buscó la versión de la contralora general, Nora Segura, pero informaron que se encontraba en una reunión, y pese a que se dejó mensaje no devolvió la llamada.
Ayer se celebró la audiencia en la cual Miguel Ángel Gálvez le daría los beneficios a Asencio, por su declaración como colaborador eficaz.
Sin embargo la audiencia fue declarada en reserva, por lo que personas ajenas a la diligencia fueron retiradas de la sede del juzgado.