Justicia

Unos 4 mil reos ya cumplieron condena pero no salen porque deben multas

Reclusos que cumplieron condena ven la cárcel como un centro de operaciones y prefieren no salir, dice investigador.

El ministerio de Gobernación busca retomar el control de las 23 cárceles a cargo del Sistema Penitenciario. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El ministerio de Gobernación busca retomar el control de las 23 cárceles a cargo del Sistema Penitenciario. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Un grupo de abogados analiza los expedientes de por lo menos cuatro mil reos que cumplieron condena, pero que, según el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, no pueden recobrar la libertad por retrasos administrativos o porque no pueden pagar las multas dictadas por el juez, que van desde los Q400.

El sistema de prisiones de Guatemala se compone de 23 cárceles que se encuentran hacinadas, de acuerdo con lo que han reconocido las mismas autoridades de Gobernación desde administraciones anteriores, que atribuyen el problema a la mora judicial, acciones legales que retrasan los procesos, problemas administrativos, abuso de la prisión preventiva y las multas “elevadas” de las reparaciones dignas dictadas por jueces.

“Son entre cuatro mil y cinco mil reos los que cumplieron condena y por circunstancias administrativas o por falta de pago no han salido de las prisiones”, afirmó Jiménez a una radioemisora local.

El funcionario dijo que designaron a un grupo de abogados para que analice los expedientes.

Corrupción

Federico Reyes, investigador independiente en temas de seguridad, subrayó que el problema persiste desde gobiernos pasados y, a pesar de que muchos reos fueron procesados por pertenecer a grupos del crimen organizado que reunió fuertes sumas de dinero en actividades ilícitas, solo estuvieron al servicio de los “líderes” y no se beneficiaron con dinero.

“Fueron secuestradores, extorsionistas y cometieron varios delitos, pero cuando llega el momento de pagar la reparación digna no tienen los recursos, porque los líderes de las estructuras se quedaron con todo”, explicó.

Reyes agregó que no contar con Q400 o Q500 para pagar la multa como lo afirma el ministro Jiménez es solo un argumento de los reos, puesto que las cárceles se convirtieron en un “sistema de corrupción” en el que las extorsiones son un negocio rentable que se opera de mejor manera y los reos prefieren permanecer adentro.

“Porque les va mejor, y si salen de la cárcel vuelven a cometer delitos para que al poco tiempo los capturen y así vuelvan a lo que ellos ven como un centro de operaciones”, acotó Reyes.

Más gasto

Consultado el exdirector de Presidios Eddy Morales, afirmó que no poder salir de la cárcel por impago de multas es un problema que ha trascendido de “gobierno en gobierno” y la primera opción para la mayoría es pagar con más días de prisión.

“Las cárceles están hacinadas y solo se gastan más recursos del Estado”, comentó.

Morales recalcó que dos días de trabajo dentro de un penal significan un día menos en prisión, aunque muchos reos prefieren no hacerlo y que su condena se cumpla en el tiempo establecido.

Según el Sistema de Contabilidad Integrada (Sicóin), del Ministerio de Finanzas, en el 2023, por alimentación, en la que se incluye a guardias y reos, se invirtieron Q121 millones.

Corinne Dedik, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), recomienda que los reos que no tienen los recursos para pagar las multas hagan trabajo comunitario a cambio de reducir esas sumas de dinero.

Más reos

Tres gobiernos han transcurrido sin que se construyan nuevas cárceles. En el gobierno anterior se comenzó el proceso para construir una cárcel de máxima seguridad en Masagua, Escuintla, aunque las autoridades anteriores de Gobernación afirmaron que el proceso de quedó en “trámites”, por lo que el ministro Jiménez indicó que volverán a analizar el contrato.

Hacinamiento

A pesar de que en el 2019 hubo una leve reducción de la sobrepoblación, el hacinamiento es el mismo en los penales. Entre el 2012 y el 2023 hubo un incremento de ocho mil reos, sin que exista más infraestructura presidiaria, según estudios del Cien.

Este informe también destaca que en el 2012 la población reclusa en las 23 cárceles era de 15 mil 13 hombres y mujeres que vivían en seis mil 682 espacios.

En el 2023, el número de privados de libertad era de 23 mil 582, los cuales ocupan seis mil 842 espacios.

Eso significa que hay ocho mil 569 reos más que 12 años atrás, y desde esa fecha solo aumentaron 160 espacios dentro de la misma infraestructura presidiaria.

Una de las estrategias que hasta el momento no ha tenido mayores resultados para deshacinar las cárceles es la implementación del control telemático, cuyo funcionamiento comenzó el 1 de junio del año pasado. Ese sistema, que consiste en colocar tobilleras en quienes son procesados por delitos con opción a medida sustitutiva, tiene un costo diario de Q50 y Q1 mil 500 por mes.

Conteo de reos

El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, anunció un conteo de reos en las 23 cárceles para establecer la cantidad exacta de los privados de libertad, puesto que sospecha que quienes fueron sentenciados no cumplen condena y fueron sustituidos por otras personas a cambio de dinero.

Fuentes del Sistema Penitenciario, que prefieren el anonimato, afirman que en las cárceles se hacen conteos a diario, pero no hay certeza de que se compruebe si la cantidad de reclusos corresponde a la registrada y si nombre y apellido del interno corresponden a la persona que está detenida.

En sectores de la cárcel El Boquerón, Santa Rosa, y en el sector 11 del Preventivo para Hombres de la zona 18, las fuentes aseguran que los custodios no ingresan, por medidas de seguridad, y son los mismos reos los que hacen los conteos.

Añaden que los directores de cada centro fungen un año en el cargo y son sobornados a cambio de permitir privilegios a los reos.

 

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.