Contratos
Según Luis Ayala, director de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas, las áreas se dividen en dos tipos de contrato —directo e indirecto— a plazos de 25 años y con la posibilidad de una prórroga por 15 años.
Las áreas de exploración indirecta son Cotzal, San Francisco, La Libertad y Laguna Blanca, ubicadas en Petén, además de Cancuén, en el mismo departamento, Izabal y Alta Verapaz.
En estas áreas no es obligatorio perforar pozos, sino solo hacer los estudios de sísmica en segunda y tercera dimensiones, los cuales son trabajos en superficie que no son invasivos, explicó Ayala.
La intención es obtener suficiente información para decidir si es recomendable la perforación de pozos.
En este tipo de contratos las regalías seguirán siendo de 5 por ciento y se les da más valor a los trabajos técnicos.
Mientras, las áreas de El Cedro —Petén, Quiché y Alta Verapaz—, Xalbal —Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz— combinan la exploración indirecta y directa.
Aquí se hace exploración por medio de estudios de sísmica, pero sí es obligatorio perforar pozos.
Ayala aseguró que estos últimos son lugares donde ya se han hecho pozos con contratos anteriores, pero se dejaron de operar debido a problemas durante los años del conflicto armado en el país o porque los precios en ese momento eran bajos.
En el segundo tipo de contrato se buscarán mayores regalías y participación del Estado, por lo que se dará mayor calificación a estos rubros en las ofertas que se presenten.
En la actualidad el Estado recibe 5 por ciento de regalías y tiene participación de entre 30 y 45 por ciento en las siete empresas instaladas en el país.
La perforación de un pozo cuesta entre US$10 millones y US$12 millones, afirmó Ayala. Mientras que los estudios de sísmica costarían en los primeros tres años entre US$8 millones y US$10 millones, y del tercer al séptimo años, unos US$20 millones, refirió.
Las ofertas
El MEM espera recibir ofertas en octubre y que se puedan adjudicar entre diciembre o enero del 2013.
Érick Archila, ministro de Energía y Minas, indicó que tienen altas expectativas de participación de inversionistas para revertir la tendencia actual que refleja una disminución en la producción petrolera, ya que se quiere pasar de 3.9 millones de barriles producidos en el 2011 a 18.8 millones de barriles en el 2020.
Aunque evitó mencionar los montos de inversión que se podrían atraer, aseguró que no brindarán beneficios fiscales.
Archila expuso que el concurso para la atracción de inversión se ha promocionado en Canadá, EE. UU. y Uruguay, y las rondas de negociaciones continuarán en Colombia y Houston durante agosto.
Douglas Rosales, representante de Perenco Guatemala Limited, señaló que el proceso se percibe interesante y que está más claro que el lanzado en la administración anterior, además de que los trabajos se acercan más a la realidad del país y del tipo de negocios del sector petrolero.
En la actualidad en el país hay infraestructura como un oleoducto que tiene capacidad para 35 mil barriles, pero solo se está usando para unos 10 mil, explicó Archila.
