Guatemala

Legislación facilitó pruebas en el país

Estados Unidos habría encontrado en Guatemala el escenario ideal para realizar en la década de 1940 experimentos médicos en humanos con enfermedades de transmisión sexual, debido a que la ley vigente permitía que prostitutas ingresaran en cárceles y cuarteles.

Reverby, investigadora de  Wellesley College. (Archivo)

Reverby, investigadora de Wellesley College. (Archivo)

La investigadora Susan Reverby dijo desde EE. UU., en una entrevista por teléfono con Prensa Libre, que según sus investigaciones, se creó una muestra con una población controlada, lo que daría certeza a los investigadores de EE. UU. del comportamiento de la penicilina para combatir enfermedades como sífilis, gonorrea y chancroide.

Según sus declaraciones, el gobierno de Barack Obama se habría visto obligado el viernes último a oficializar la información de los experimentos y ofrecer disculpas a Guatemala, debido a que por un error en el sitio de Internet de la investigadora se publicó ese hallazgo.

Obama se disculpó con el presidente Álvaro Colom por haber experimentado en unos mil 500 guatemaltecos durante el gobierno de Juan José Arévalo (1945-1951).

Los informes de Reverby detallan cómo el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos avaló experimentos con prostitutas, reos, soldados y enfermos mentales, a quienes se les transmitieron, sin que lo supieran, sífilis, gonorrea y chancroide.

Juan Pablo Rodas, microbiólogo e investigador guatemalteco, aseguró que las prisiones y cuarteles son escenarios idóneos para ver cómo se manifiesta una enfermedad.

“Las personas que habitan esos lugares tienen una movilidad controlada y convivencia limitada con otras personas, lo que hace de esos sitios un escenario ideal para observar el desarrollo de una infección o enfermedad”, aseguró.

Impresionada

Reverby relató que encontró los informes acerca de Guatemala en los archivos del médico estadounidense John C. Cutler, encargado de dirigir las pruebas en otros lugares, como Alabama, EE. UU.

El experimento sobre la sífilis fue llevado también a Alabama. Conocido como el estudio de sífilis de Tuskegee de Salud Pública, era un experimento clínico realizado entre 1932 y 1972, relacionado con la progresión natural de la enfermedad sin tratamiento.

La investigadora se confesó sorprendida por el hallazgo que, explicó, debía ser divulgado hasta enero del 2011, cuando se publicará el informe completo.

Quién lo sabía

Reverby indicó que en los documentos a los que tuvo acceso nunca se detalla si el presidente, o algún ministro de la época, tenía información sobre los experimentos.

“Quienes ayudaron a llevar a cabo el estudio estaban a cargo de la Sección de Enfermedades de Transmisión Sexual del Departamento de Salud de Guatemala; si había alguien más arriba de ellos, no consta en los archivos que revisé”, afirmó.

Uno de los informes publicados en la página de Internet del Departamento de Servicios Humanos y de Salud de Estados Unidos detalla que en varias cartas intercambiadas entre los facultativos involucrados en el experimento en Guatemala reconocen “la naturaleza poco ética de los estudios de investigación”.

Ayer, el presidente Colom afirmó que la comisión que se integrará entre EE. UU. y Guatemala deberá determinar quiénes estaban enterados, pero expresó que supone que el presidente Arévalo no se cuenta entre ellos.

El procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, manifestó: “Guatemala fue tratado como un país de segunda”. Y solicitó acciones concretas a los gobiernos de Estados Unidos y Guatemala para investigar el caso.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lamentó en un comunicado los experimentos con guatemaltecos.

La OPS, cuya entidad precursora, la Oficina Sanitaria Panamericana, fue financista del experimento en el país, llamó a “garantizar que nunca se permita nuevamente que violaciones de la ética como estas tengan lugar en nombre de la salud pública”.

“Lamentamos profundamente las violaciones éticas pasadas reveladas… y nos comprometemos a cooperar plenamente (…), en particular con Estados Unidos y Guatemala, para aclarar lo sucedido”, reza un comunicado de la OPS.

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