Guatemala

Álvaro Morales: “El liderazgo debe poseer valores”

Es el primer presidente ejecutivo de la compañía Pollo Campero para Centroamérica que no forma parte de las familias de los fundadores. Álvaro Morales ganó el cargo a pulso, a lo largo de dos décadas de carrera en el área financiera de la empresa y se ha propuesto dejar huella a través de la transformación de la marca, un proceso que aún está en marcha y que abarca la apariencia visual, el servicio al cliente y la revitalización de la cultura Campero.

La excelencia en todo lo que se hace es, según Morales, uno de los  pilares en  la filosofía de trabajo de  Pollo Campero y la corporación  Multi Inversiones.

La excelencia en todo lo que se hace es, según Morales, uno de los pilares en  la filosofía de trabajo de  Pollo Campero y la corporación Multi Inversiones.

Bajo su responsabilidad se encuentra un enorme equipo que ejecuta la transformación más importante de la marca; sin embargo, no por ello deja de lado su responsabilidad como hombre de familia ni olvida el ejemplo de trabajo y austeridad de sus padres: “Siempre nos enseñaron a no gastar más de lo que se tenía, a ahorrar y a invertir en la educación”.

¿Qué significa ser presidente de una marca guatemalteca tan importante?

Es el fruto de 21 años de esfuerzo, dedicación y disciplina.

En el proceso de ir creciendo, la pregunta que uno debe de hacerse es cómo agregar valor a la organización, y creo que en la medida en que eso se ponga en práctica, en esta u otras compañías, se logra ascender en la escalera organizacional.

¿Qué valores ha aportado usted?

Empecé mi carrera en Pollo Campero en el área financiera.

Inicié como gerente de finanzas en 1993, trabajé por 10 años y después fui nombrado vicepresidente de Finanzas. A finales del 2010 dejé esa área para entrar a la gerencia de operaciones.

Posteriormente fui nombrado vicepresidente ejecutivo para las operaciones de Latinoamérica y finalmente, en abril del 2012, fui nombrado presidente ejecutivo de Pollo Campero Centroamérica.

¿Cuál ha sido su mayor contribución como presidente?

La transformación que estamos viviendo es la contribución más importante que me ha tocado gestionar.

Decir que la hice yo sería muy arrogante, pero creo que mi contribución más significativa es liderar a un equipo que se entrega a esta transformación y cuyos frutos vamos a ver dentro de unos años.

¿Como líder de esta transformación qué valora en sus colaboradores?

Lo que más aprecio es que ejerzan un liderazgo basado en valores, ya que si se ejerce desde esa perspectiva se facilita el actuar con clientes, proveedores y compañeros de trabajo.

Por la relevancia de la marca que representamos, tenemos que conducirnos de acuerdo con ese grupo de valores que nos dan siempre el norte de saber qué se puede y qué no se puede hacer.

¿Qué reto representa suceder a Juan José Gutiérrez?

Suceder a Juan José Gutiérrez implica muchos retos, sobre todo por su gran carisma y porque él sigue siendo la cara visible de la empresa.

Sin embargo, cuando me nombraron además de sentir mucha satisfacción, me dije: “Voy a tener la oportunidad de contribuir de una forma más visible y relevante al desarrollo de esta gran marca”.

Uno de los grandes retos es abrir espacios, brillar con luz propia y que a lo interno de la organización las personas me conozcan tal y como soy.

¿Cómo se describe a sí mismo?

Soy una persona poco complicada, trato de ser sencillo y creo mucho en las personas.

Parto del principio de reconocer que en la esencia del ser humano, todos somos iguales. Todas las personas merecemos un trato digno, tener acceso a las oportunidades y, sobre todo, reconocer que solos hacemos muy poco.

Por ejemplo, poner un plato en la mesa de uno de nuestros restaurantes requiere del esfuerzo de un equipo enorme en el que cada quien hizo su parte con excelencia.

Creo que las personas son las que hacen que las cosas sucedan y es por ello que trato de establecer relaciones significativas.

Realmente estoy interesado en cultivar mis relaciones interpersonales y conocer cuáles son sus aspiraciones e inquietudes.

¿Cuál considera es su principal cualidad?

En mi vida hay una regla de oro, trato a los demás como me gusta que me traten.

Creo que haber seguido esa regla de forma consistente es parte central de quien es Álvaro Morales y, sin lugar, a dudas es parte de lo que ha influido en que hoy esté en esta posición.

Me ha abierto puertas y corazones, y creo que en todo momento también ha facilitado mi función de líder.

¿En qué ocupa su tiempo libre?

Algunos fines de semana voy a la playa, me encanta leer la revista The Economist, me fascina navegar por Internet, me gusta estar informado en temas de política y economía.

Me gusta mucho ver deportes y aunque no practico ninguno, sí hago un poco de ejercicio, sobre todo caminar. Además trato de compartir con mis amigos.

Ya que estamos en época del Mundial ¿qué equipo es su preferido?

Le voy a Argentina porque quiero que Messi sea campeón mundial. Es un excelente jugador y para que tenga su justa comparación con las otras grandes figuras del pasado, le hace falta ganar un Mundial.

¿Cúales son los planes futuros para Campero?

Uno podría pensar que ya está todo hecho, pero la realidad es que estamos muy lejos de eso, porque estamos en un entorno competitivo cada vez más complejo.

Me gusta ver por estos ventanales (centro Comercial Santa Amelia) y observar que competimos contra marcas internacionales relevantes de la industria de comida rápida, por lo que el gran reto es mantenernos en la mente del consumidor.

Es una labor constante. El reto es cómo crear una experiencia Campero que sea diferenciada. Tenemos que seguir buscando nuevas formas de comunicarnos con el consumidor.

Entorno

Hombre de familia

El ejecutivo, quien  se  cataloga como una persona sencilla, refiere  que la educación es el motor del desarrollo de las personas.

¿De dónde viene Álvaro Morales?

Mi papá, Héctor Morales Díaz, era quetzalteco y médico de profesión,  que con mucho  esfuerzo se hizo profesional. Fue el primer gastroenterólogo de Guatemala.

Mi mamá, María Antonieta de Morales, nació en una aldea de Jutiapa que se llama Betania. Posteriormente llegó a la capital a estudiar y en esa época conoció a mi papá.  

Tuve la suerte de venir de una familia integrada por padres esforzados que pusieron un buen ejemplo y se preocuparon por educar a sus cinco hijos.

Aunque no tuvimos limitaciones económicas, siempre nos enseñaron a no gastar más de lo que se tenía, a ahorrar y a invertir en la educación.

¿Cómo se integra su familia?

Tengo tres hijos. Un hombre y dos mujeres, de 28, 26 y 24 años, respectivamente;  todos son graduados universitarios.

Mi esposa, Edna, quien también es una persona muy ocupada, entiende sobre los requerimientos de este nuevo reto y, debido a que también ha estado  en posiciones de mucha responsabilidad, ha sido fácil compaginarnos.

¿Qué significa su esposa en su vida?

Creo que podría sonar a anuncio, pero tengo una esposa realmente excepcional. En la primera etapa de nuestra vida familiar fue una madre cinco estrellas.   

En esta nueva etapa, Edna trabaja desde hace unos cinco años en desarrollar capacidades en mujeres que viven en extrema pobreza, para que puedan forjar un mejor futuro para sus hijos.

¿Cuánto tiempo trabaja cada día?

Mi actual  posición es tremendamente demandante, pero llegó cuando mis hijos ya habían salido de casa y entonces esa demanda de tiempo ahora es bastante menor,  porque por el momento ni siquiera viven en Guatemala.

Historia de esfuerzo

Se graduó de bachiller en Ciencias y Letras en el  Liceo Javier.

Es ingeniero en Sistemas Computacionales del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México.

Obtuvo una maestría en Ciencias de Computación en la Universidad de Indiana, Estados Unidos, la cual cursó como becado fullbrigth.
Cuenta con una certificación del Incae.

Es presidente ejecutivo de la División Restaurantes Centroamérica de Corporación Multi Inversiones.

Es responsable de las marcas Pollo Campero, Telepizza, Café Barista, Pollo Granjero y Don Pollo,  en El Salvador.

Es vicepresidente de la Fundación Ayúdame a Vivir, entidad que promueve el tratamiento y curación de los niños con cáncer en Guatemala.

Es el primer ejecutivo que no pertenece a la familia Gutiérrez o Bosch que ocupa un puesto tan alto.

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