El sacerdote Cañaveral explicó que la actitud de las autoridades migratorias de su país causan que se vayan perdiendo los logros en cuanto a resguardo de los derechos humanos.
Alberto Solís Cruz, de la Pastoral de Movilidad Humana de la parroquia de Tuxtla Chico, expuso que pasaron al lado guatemalteco y las autoridades migratorias de la frontera mexicana de Talismán les dijeron que al regresar tendrían que presentar su documentación migratoria correspondiente.
“Mejor decidimos regresar y volver a pasar con un grupo de más de 300 mexicanos. Solo así no nos molestaron las autoridades migratorias”, agregó Solís.
“Hago un llamado a la sociedad civil y a los gobiernos de Estados Unidos, México y Centroamérica para que se entienda que los migrantes no son bandidos, no son delincuentes, no son narcotraficantes, no son coyotes, sino personas que han superado los límites de las fronteras solo por un motivo al que llamamos sobreviviencia”, expresó.