Del total, 11 mil 479 son guatemaltecos, que representan 42 por ciento más que todos los niños connacionales que fueron detenidos por el ICE en el año anterior. Distintos sectores consideran que el año fiscal podría cerrar con unos 90 mil menores detenidos, la mayoría de Honduras, Guatemala y El Salvador.
José Barillas, cónsul de Guatemala en Houston, Texas, indicó que en este año fiscal de EE. UU. la migración de menores ha crecido “significativamente”.
“La migración de niños ha crecido mucho, significativamente este año. La mayoría son de 10 años para arriba, aunque yo he visto niños de 6 años, que supuestamente venían con alguien, pero que a la hora de la detención estaban solos y se consideran no acompañados. También suelen viajar con sus hermanos mayores de 14 o 15 años”, explicó Barillas. Afirmó que esta semana funcionarios del consulado visitarán de nuevo esos centros para verificar si las condiciones han mejorado.
La situación en el consulado de McAllen, Texas, es igual de alarmante. Una fuente cercana a esa sede dijo que sorprende el incremento de menores que llegan a EE. UU. en forma ilegal.
“Estamos sorprendidos y admirados, pareciera que Guatemala se está quedando sin niños, sin menores y sin familias. Es exagerada la cantidad que está migrando a EE. UU., vienen niños de meses con su mamá, que también es menor”, expresó.
Diety Madrid, de la Unión de Guatemaltecos en Oklahoma, precisó que el aumento puede obedecer a que los traficantes de personas se aprovechan de que EE. UU. no deporta a menores, por lo cual cobran grandes sumas de dinero por llevarlos.
“Solo cruzan la frontera de México y los dejan abandonados a su suerte. Ese fue el caso, la semana pasada, de unos hermanitos de 3 y 6 años”, contó.
CRISIS HUMANITARIA
La situación fue calificada de una crisis humanitaria por el presidente de EE. UU., Barack Obama, quien ordenó la habilitación de albergues en bases militares, para que los niños permanezcan mientras se soluciona su situación legal. Estas están en Lackland, San Antonio, Texas; la Base Naval Ventura Country, California, y Fort Sill, Oklahoma.
Una comisión del Senado aprobó ayer un incremento de US$2 mil millones al Gobierno de EE. UU. para enfrentar la crisis humanitaria originada por el incremento desmesurado de la migración de infantes.
Distintos sectores involucrados con los migrantes en los estados de Arizona y Texas dan cuenta de la situación de emergencia que atraviesan los menores migrantes, muchos de los cuales ni siquiera llegan a los 10 años de edad.
Al ser capturados, los infantes son trasladados a centros de detención, donde permanecen hacinados y con servicios limitados. “No hay duchas, no hay lugares de aseo personal, hay un inodoro o dos por grupos hasta de 35 en un solo espacio”, explicó recientemente el canciller Fernando Carrera al hablar sobre una inspección que hicieron a los centros de detención.
Al ser apresados los menores esperaban entre tres y cuatro días antes de ser trasladados a un albergue donde las condiciones mejoran. Sin embargo, por el incremento de las migraciones infantiles ahora tardan más.
Brandon Darby, periodista del medio digital Breitbart, de Texas, documentó la semana pasada la precaria situación por la que atraviesan los niños y niñas migrantes. Vía telefónica refirió a Prensa Libre que la situación “es un desastre”.
“Los menores están con graves problemas de salud, muchos tienen piojos y otros problemas, no se pueden bañar porque no hay suficientes duchas, y otros tienen enfermedades de la piel debido al largo viaje desde sus países”, indicó el periodista, quien tuvo problemas para entrar a los centros del ICE.
Darby afirmó que la alimentación no es buena y que muchos pequeños han sufrido intoxicación y se han enfermado del estómago porque la comida no es adecuada para ellos.
El Gobierno de EE. UU. inició un plan de vacunación en los albergues, para evitar el brote de enfermedades.
Aseguró que en los centros se pueden ver niños desde 5 años con cualquier enfermedad y no son atendidos con prontitud debido a la exagerada cifra de inmigrantes. Lo más preocupante, dijo, es que durante su visita constató que algunos menores tenían hasta un mes en esa situación y esperan que las autoridades migratorias los trasladen a un albergue con mejores condiciones, para luego ser devueltos a sus familias.
EXTERNAN PREOCUPACIÓN
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia expresó su preocupación por el “aumento sin precedentes” del número de niños no acompañados que intentan llegar a EE. UU. y solicitó a los países de origen “hacer todo lo que esté a su alcance para dar a los niños apoyo, protección y oportunidades de preparación”.
Preguntas acerca del fenómeno
Las dudas surgen al conocerse el explosivo aumento de niñez migrante ilegal a EE. UU. que ha causado una crisis humanitaria en ese país.
¿Cuántos niños hay detenidos?
Según reportes oficiales, hasta mayo de este año han sido detenidos por Inmigración casi 47 mil menores. La cifra ya supera los 38 mil 45 que fueron capturados en todo el año pasado en las fronteras.
¿Qué pasa con ellos?
Los menores son recluidos en un centro de detención, luego son enviados a un albergue mientras son entregados a sus padres en EE. UU. Si nadie se hace responsable son devueltos.
¿Por qué el aumento?
El reclutamiento forzado de las pandillas en el Istmo es una de las causas. Se suma que los coyotes saben que EE. UU. no deporta a niños y cobran grandes sumas de dinero por trasladarlos.
Lo califican de problema grave
Medios estadounidenses han dedicado sus portadas a la problemática
de la niñez migrante no acompañada.
La Opinión, de Los Ángeles, calificó la situación de una crisis sin precedentes en EE. UU.
The Breitbart, de Texas, dio a conocer la crisis humanitaria en los centros de
detención.
El diario The Inquisitr News también publicó artículos sobre la migración de familias enteras.
El medio AZ Central, de Arizona, publicó un
artículo con las probables respuestas a la razón del alza de niños en las fronteras.
Prensa libre denunció el problema de los pequeños migrantes el 25 mayo, en un reportaje especial
Travesía riesgosa
Un periodista de Prensa Libre viajó a Arriaga, Chiapas, México, el mes pasado y documentó la travesía que cientos de niños centroamericanos, incluidos decenas de guatemaltecos, hacen al abordar el tren de carga conocido como la Bestia, en el cual se transportan indocumentados por aquel país.
En el techo de ese vehículo viajan niños desde 2 años. Muchos, al tener más edad, van solos o con sus hermanos de 14 a 17 años.