Los féretros llegaron ayer a la 1 de la madrugada, y desde Cuatro Caminos —ingreso a Totonicapán— la carroza fúnebre fue escoltada por una caravana de decenas de vehículos que llegaron hasta el cantón Paquí, de donde era originaria García.
Masiva velación
Los cuerpos de García y sus hijas, acomodados en ataúdes blancos, fueron velados en la iglesia evangélica Independiente, cantón Juachanep, con la asistencia de más de mil 500 personas.
La mayoría de condolencias fueron para las abuelas de Deisy, quienes se encargaron de su crianza desde que ella tenía 7 años, cuando su madre, al enviudar, emigró a Estados Unidos, hasta los 14, cuando la ahora fallecida decidió viajar de manera ilegal a ese país en busca de un mejor futuro.
“No puedo soportar el dolor que me embarga al ver a mi nieta y a sus dos inocentes angelitas muertas. No entiendo que llevó al esposo de Deisy —el mexicano Miguel Mejía, ya capturado— a cometer el crimen”, expresó Eva Rodríguez, una de las abuelas de García Alvarado.
Raúl Velásquez, líder de la iglesia Independiente, recordó durante el velatorio que García participaba desde niña en esa comunidad religiosa y estuvo encargada de un grupo de pastoral juvenil hasta que decidió dejar el país.
“Repudiamos este asesinato cruel y despiadado, y los dejamos en las manos de la justicia divina y estadounidense, para que el responsable sea juzgado conforme a la ley”, dijo Velásquez.
En la iglesia se celebró un servicio consolatorio ante familiares y vecinos, quienes luego acompañaron los restos hacia el cementerio El Carmen, en Juachanep, donde fueron sepultados.